A lo largo de tres días, entre el 2 y el 4 de febrero, expertos nacionales e internacionales y candidatos a la Presidencia del Perú abordaron el tema de la corrupción en el Auditorio ZUM de la Universidad de Lima. Esto en el marco de la VI Conferencia Anticorrupción Internacional: Agenda Política contra la Corrupción al 2021, organizada por la Contraloría General de la República.
El ciclo de conferencias, conducido por Eduardo Guzmán y Melissa Peschiera, empezó con las palabras de Óscar Quezada, rector de la Universidad de Lima, quien enfatizó que la corrupción, más que un problema coyuntural, es estructural en esta parte de la región. Y su único antídoto es que las instituciones educativas sean verdaderas escuelas de ciudadanía. Por su parte, el presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano, aseguró que debemos permanecer en democracia para combatir la corrupción, y asumir desde el Estado todos los acuerdos internacionales dirigidos a la lucha contra ese mal. Antes de pasar a la primera ponencia internacional, Fuad Khoury, contralor de la República, anunció los avances que se han hecho desde la contraloría, como el ahorro de cientos de millones de soles gracias a los procesos preventivos que vienen ejecutando; sin embargo, reconoció que su esfuerzo sigue siendo insuficiente si no se complementa con el de todas las instituciones y ciudadanos.
Estrategias frente a la corrupción
“Tengo una buena noticia: soy de un país donde no hay corrupción, porque esta se castiga con la ley criminal. La mala noticia es que eso es mentira”. Así fue como se presentó Martin Kreutner, decano y secretario ejecutivo de la Academia Internacional contra la Corrupción (IACA) de Austria. En su exposición “La academia, los medios y la sociedad civil contra la corrupción”, mostró cómo la corrupción genera pérdidas que se cuentan por billones. Una situación, además, que es vista como negativa en todas las sociedades. Es así como dentro de las 17 metas de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas se incluye “paz, justicia e instituciones fuertes”, metas vinculadas al combate de la corrupción. Sin embargo, añadió que hace falta, de parte de los Estados, la academia, los medios y la sociedad civil, convertir la teoría en acción. En esa línea, Teresa Quiroz, directora del Instituto de Investigación Científica de la Universidad de Lima (IDIC), consideró necesario “desarrollar acciones desde los campos en los que nos desenvolvemos”. Ella fue parte del panel de comentarios en el que también participaron Rosana Cueva, directora de Panorama, Elizabeth Salmón, directora del Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la PUCP (IDEHPUCP), Paula Muñoz, profesora e investigadora de la Universidad del Pacífico y Cecilia Blondet, directora e investigadora del Instituto de Estudios Peruanos.
El segundo día de exposiciones comenzó con “Un futuro sin corrupción: Estrategias al 2021”, ponencia a cargo de Ramiro Mendoza, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Adolfo Ibáñez y ex contralor general de Chile. Para él, la corrupción genera desconfianza y no tiene tanto que ver con los recursos de un país, sino con cómo los gestiona. En la región, la tendencia es que la corrupción está aumentando, afirmó, por lo que resulta urgente plantear una estrategia enfocada en los siguientes aspectos: la transparencia, que requiere siempre una reflexión acerca de por qué es necesaria —por ejemplo, una razón, estudiada desde la antigüedad, es que el hombre es malo por naturaleza y necesita ser visto—; el gasto en educación y la retención de la inteligencia en Latinoamérica; reformas serias en el aspecto legal, dado que saber qué ley se debe aplicar “es como jugar ¿Dónde está Wally?”; evitar que las reformas sean vacuas y “que todo cambie para que todo siga igual”; y, finalmente, exigirle nuevas reglas a los partidos políticos, columnas vertebrales del sistema democrático. Pablo Sánchez, fiscal de la Nación, Roque Benavides, presidente ejecutivo de Minas Buenaventura, y Jaime Saavedra, ministro de Educación, comentaron la presentación. Saavedra se preguntó cómo afectan las medidas anticorrupción a quienes no son corruptos, agregando que “si bien hay espacio para corregir las normas, se debe trabajar más en cambiar la mentalidad”. Sol Carreño, moderadora de la mesa, añadió que es la labor de los buenos funcionarios desplazar a los malos.
Acto seguido, con la conducción de Nicolás Lúcar, director y presentador de Punto Final, se llevó a cabo el panel de expertos internacionales llamado “Crimen organizado y corrupción. Cómo enfrentarlos”. José Manuel García, jefe de la Brigada Central de Blanqueo de Capitales y Anticorrupción de España, sugirió pocas y buenas leyes para combatir la corrupción. Desde el punto de vista de la política internacional criminal, Javier Gamero, docente y coordinador de International Police Association, afirmó que lo más usual es que la corrupción sistémica nazca al interior de los gobiernos mismos y a partir de allí se cree una serie de redes entre todos los poderes del Estado.
Para Guillermo Jorge, especialista anticorrupción del Banco Mundial, el acceso a la información es un arma poderosísima, por lo que saber qué hacen los funcionarios públicos, conocer sus bienes y sus posibles conflictos de interés es de gran ayuda. Por su parte, Pedro Angulo, decano del Colegio de Abogados de Lima, se preguntó qué estamos haciendo en educación para prevenir la corrupción. Finalmente, el consultor internacional David Fischman recordó que en el Perú hace 30 años nadie pagaba impuestos, pero desde que el Estado empezó a encarcelar a quienes no lo hacían, mucha gente empezó a pagar. “Tiene que haber temor a las consecuencias”, enfatizó.
El encargado de continuar la conferencia fue Phillip M. Herr, director ejecutivo de Infraestructura Física de Government Accountability Office (GAO), quien presentó “La corrupción y la ineficiencia, su interrelación e impacto en la gestión pública”, ponencia en la que afirmó que, aunque “la corrupción es un cáncer que va afectando la vista de los ciudadanos sobre su gobierno”, es importante mantener la confianza, a pesar de que esta sea frágil. “Esa confianza es algo que nosotros como funcionarios tenemos no que abusar, sino cuidar mucho, y asegurarnos de que hagamos lo mejor que podamos para mantener los estándares”, agregó. Recordó, además, que “la corrupción tiene influencia sobre las inversiones, sobre dónde deciden o no operar las empresas”, por lo que sus consecuencias económicas pueden llegar a ser devastadoras. Carlos Adrianzén, decano de la Facultad de Economía de la UPC, dirigió el panel de comentarios de la exposición, conformado por Nelson Shack, coordinador del Proyecto de Mejoramiento de Servicios de Justicia del Banco Mundial, Roberto Salcedo, auditor especial de desempeño de la Auditoría Superior Federal de México, José Escaffi, gerente de la División de Gestión Pública de Apoyo Consultoría, María José Jarquín, especialista sénior en modernización del Estado del BID, y Desirée Orsini, docente de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Lima. “Si bien no toda ineficiencia es corrupción ni toda corrupción se aplica por ineficiencia, ambos fenómenos se relacionan”, explicó Jarquín. Por otro lado, Orsini precisó que “lo que urge es un planteamiento integral de reforma”, pues “no hay una estrategia integral de reforma del Estado, que es fundamental”.
El tercer y último día de conferencias empezó con la presentación de Raymond Fisman, catedrático de la Universidad de Boston, quien habló sobre “Responsabilidad social corporativa y corrupción”. Aunque, como él mismo afirmó, “más que de responsabilidad, hablaré de irresponsabilidad”. Así, mencionó que la lógica del “roba pero hace obras” opera en diversos países del mundo. También se preguntó cómo ser más responsables cuando la corrupción es rentable para quienes la ejecutan. Soluciones como el acceso a la información de compras del Estado parecen ser un camino. “Pero la tecnología en sí misma no resuelve el problema”, afirmó. “No funciona sin el compromiso de la ciudadanía”. Además, concluyó que “los problemas sociales no pueden ser solucionados con mejores reglamentos o actividades. Necesitas ambos”. Conducido por Cecilia Rizo Patrón, docente de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Lima, el panel tuvo como primer comentarista a Martín Pérez, presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), quien rogó porque la lucha contra la corrupción “no sea un tema de campaña”. Por su parte, Pablo de la Flor, gerente de la División de Asuntos Corporativos del Banco de Crédito, celebró que los jóvenes muestren cada vez más su rechazo a la corrupción. Completaron la mesa Gonzalo Prialé, presidente de la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN), y el economista Eugenio D’Medina.
La VI CAAI culminó con “La impunidad como multiplicador de la corrupción”, exposición de Matthew Stephenson, catedrático de la Universidad de Harvard. “Estados Unidos tiene una mala reputación dando sugerencias de lo que se debe hacer en un país ajeno”, por lo que aclaró que daría algunas perspectivas generales sobre la corrupción y no incidiría en fenómenos particulares de nuestro país. Así, comentó qué le exigiría a un candidato, si es que él tuviera que votar. Por ejemplo, en ausencia de una ley que lo requiera, pediría que los candidatos hagan públicos sus bienes e ingresos. Sin embargo, “no basta con que la información sea accesible. Los medios necesitan analizarla y sintetizarla”. Criticó, además, el sobreúso de la ley de difamación e instó a la ciudadanía a preguntar a sus candidatos qué harían en su administración que sería diferente de las anteriores. Augusto Thorndike, periodista de América Televisión, dirigió la mesa de panelistas, que contó con la presencia de Yván Montoya, coordinador del Proyecto Anticorrupción IDEHPUCP, César San Martín, vocal supremo del Poder Judicial, Martín Santiváñez, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad San Ignacio de Loyola, y el congresista Juan Carlos Eguren. Santiváñez consideró que las facultades de derecho tienen una gran responsabilidad en formar profesionales que se conduzcan limpiamente y que fiscalicen a quienes no lo hacen, pues cree que la corrupción “no es un problema de reglas de juego sino de jugadores”. Por su parte, Eguren recordó que muchas de las propuestas de los candidatos acerca de la lucha contra la corrupción son medidas que ya han sido aprobadas, como la muerte civil y la imprescriptibilidad.
Tiempo de propuestas
Durante los tres días de conferencia, cada candidato presidencial tuvo 20 minutos para exponer y luego se procedió a las preguntas de los panelistas. Siguió otra ronda para dar opción a repreguntas. Muchos estuvieron de acuerdo en demandar un mayor liderazgo para luchar contra la corrupción. También se dijo que en una democracia es necesario que existan partidos políticos sólidos que cuenten con los mejores profesionales y técnicos trabajando por el Estado. Además, destacaron la necesidad de una legislación legible, integrada y mucho más compendiada. Finalmente, la mayoría coincidió en que debe ser una prioridad combatir la ineficiencia en la gestión pública.
Los participantes del primer día fueron Keiko Fujimori, Ántero Flores Aráoz, Renzo Reggiardo, Felipe Castillo y Daniel Urresti. Los candidatos recibieron las preguntas de Martín Pérez, presidente de la Confiep, Alfonso Baella, director de Baella Consulting, y Carlos Adrianzén, decano de la Facultad de Economía de la UPC. En la segunda fecha estuvieron presentes Verónika Mendoza, Hernando Guerra García, Fernando Olivera, Miguel Hilario y Julio Guzmán, complementados por un panel conformado por el periodista Carlos Paredes, la también periodista y politóloga Sigrid Bazán y Daniel Yovera, jefe de la Unidad de Investigación del diario El Comercio. En el día final participaron, primero, Vladimir Cerrón, Alejandro Toledo, Yehude Simon, Francisco Diez Canseco y César Acuña, acompañados por los periodistas Eduardo Guzmán, Daniel Yovera y Anuska Buenaluque; tras ellos, intervinieron Pedro Pablo Kuczynski, Alfredo Barnechea y Alan García, con las preguntas del periodista Mario Saldaña, Nicolás Lúcar y Carlos Adrianzén.
Finalmente, tras tres intensas jornadas, el contralor Fuad Khoury cerró la VI CAAI afirmando sentirse “satisfecho de que luego de casi siete años, hoy en día, y en las vísperas de unas elecciones presidenciales, el tema de la corrupción esté en la agenda pública”.