Los recuerdos de Laura, su niñez, la relación con su abuelo, el dilema de vender la casa donde ella acumuló bellas experiencias, el valor de la familia y las huellas que esta deja en cada uno de nosotros es lo que nos plantea Recuerdos con el señor Cárdenas, la obra de teatro escrita y dirigida por Patricia Romero, que va del 12 de octubre al 4 de diciembre en el Teatro del Centro Cultural de la Universidad de Lima gracias a un gran elenco de actores, como Martha Figueroa, Alberto Herrera y Víctor Prada.
Este texto obtuvo el segundo lugar en el Sexto Concurso de Dramaturgia Peruana “Ponemos Tu Obra en Escena”, organizado por el Centro Cultural Peruano Británico. A continuación, Patricia nos cuenta todo sobre el montaje.
¿Cuál fue tu motivación para escribir esta obra?
La motivación partió de mi relación con mi abuelo. Él era una persona muy especial y nuestra relación fue maravillosa. Recuerdo que a veces me llamaba por teléfono solo para preguntarme qué había pasado en el capítulo de ese día de la novela, porque él no la había podido ver. Siempre tuve ganas de escribir sobre ese vínculo.
El contexto de esa historia es la época del terrorismo, ¿verdad?
Exacto. La obra se desarrolla en un contexto particular, durante la década de 1990, cuando el terrorismo empieza a ingresar a Lima y termina aquí. Pero no es el motivo de la obra, solo el contexto.
¿Qué nos cuenta la obra?
La obra te muestra a Laura, una mujer que vive encerrada en la casa de sus abuelos, se siente fracasada y se ha dedicado a cuidar la casa y los muebles; pero de pronto surge una oportunidad de vender la casa y Laura no tiene claro si hacerlo o no. En ese momento se confronta con todos esos procesos que vivió con el señor Cárdenas y recurre a sus recuerdos para tomar una decisión. Es una obra que habla de la familia, de lo importante que es y de cómo te marca a lo largo de la vida. Va a gustar a todo tipo de público, porque todos tenemos familia y todos valoramos su importancia, y también la de nuestro país, que es nuestra columna vertebral.
¿Desde cuándo escribes?
Siempre he escrito, pero recién hace diez u once años que pongo en escena lo que escribo. Empecé con obras para niños.
¿Hay una obra a la que le tengas un afecto especial?
Las quiero a todas, pero mi obra de niños a la que le tengo más “camote” es Killari. Me tomó mucho tiempo montarla, incluso tuve que renunciar a un trabajo de muchos años, porque mis horarios de ensayo y trabajo se cruzaban. En cuanto a mis obras de adulto, creo que podría elegir a Katrina Kunetsova y el clítoris gigante, que es precisamente la obra anterior que dirigí. Tuvo mucho éxito, dos temporadas, de hecho; participó en tres festivales, dos en Lima y uno en Argentina.
¿Cómo ha sido para ti dirigir una obra que expone una parte de tu vida?
Ha sido muy emocionante, me he sentido expuesta en muchos aspectos de mi vida, he tenido que compartir con los actores recuerdos muy personales, cosa que no había hecho antes. Las obras siempre tienen algo de uno, pero acá eso es más real. Al mismo tiempo, es muy bonito ver aparecer a los personajes de mi vida sobre el escenario, a mi abuelo, a mi abuela… Ha sido loquísimo ver en escena a personajes que son absolutamente reales y tan cercanos.
¿Cómo te ha ido con el equipo de actores?
Excelente. Ha sido un proceso muy tranquilo, armónico, todos han estado muy involucrados con la obra, cosa que agradezco, porque han estado dispuestos a colaborar todo el tiempo, han aportado ideas, han escuchado muchísimo, ha sido un proceso muy bonito, y es algo que se va a reflejar en escena. Definitivamente, la gente va a notar lo bien que nos llevamos y la pasamos.
¿Qué puedes comentar del trabajo con las niñas?
Tenemos a dos niñas en el elenco; ellas se turnan el papel de Laura cuando niña, y puedo decirte que tener a dos niñas en el grupo es muy bonito, porque juegan, se ríen, generan un buen ambiente. Pensé que iba a ser algo complicado trabajar con ellas, pero no. Se saben la letra y la de todo el mundo, porque tienen la memoria fresca, conocen sus movimientos, entienden qué hacer, no les molesta repetir una escena, son muy intuitivas, no tengo que dar una indicación demasiadas veces, porque captan todo muy rápido. Para el público, verlas en escena va a ser encantador.
¿Qué tal te llevas con los demás actores?
Muy bien con todos. Pero hay una situación singular, y es que mi mamá [Martha Figueroa] actúa en la obra, eso es algo fuera de lo común. Y como es mi madre, pues a veces me trata como hija; de repente me llama y pienso que me va a preguntar algo sobre el montaje, pero le escucho decir: “Patricia, voy a ir a la tienda naturista, ¿quieres que te compre…?” [risas]. Pero muy bien con ella, es una gran profesional. A Alberto Herrera lo vi actuar hace años, y tuvo la gentileza de hacer lectura conmigo para conocerlo más, me pareció perfecto para la obra. A Víctor Prada ya lo conocía. Para el caso de las niñas hice un casting. A Lolo Balbín lo vi en microteatro y a Maricarmen Sirvas ya la había visto también.
¿Qué te parece la sala del Centro Cultural de la Universidad de Lima?
Es una sala linda, nueva, con excelentes equipos. Van a ver unos muebles colgados flotando en el aire; la Universidad nos dio todas las facilidades para hacerlo. Esperamos que venga el público habitual del teatro, pero también el que vive en Surco y La Molina. Van a encontrar una sala con todas las comodidades, y con playa de estacionamiento, inclusive. No se la pueden perder.
La temporada de Recuerdos con el señor Cárdenas va de jueves a lunes, a las 20.30 horas; domingos, a las 19.00 horas. La cita es en el Teatro del Centro Cultural de la Universidad de Lima (ingreso por la Av. Cruz del Sur 206, Surco). El estacionamiento es gratuito. Los actores que participan en la obra son: Martha Figueroa, Alberto Herrera, Víctor Prada, María del Carmen Sirvas, Lolo Balbín, Zoe Arévalo y Luciana Monteverde. Entradas: desde 20 soles, a través de la web del Centro Cultural, en Teleticket y en la boletería del Teatro Ulima (dos horas antes de cada función). |