“Lo que queremos es combatir el miedo que provoca la intolerancia. Queremos rescatar a grandes pensadores y ejecutores de políticas en un marco de intercambio de ideas en torno a lo que significa ser humano. Queremos que desde las razones expuestas, se le dé amplitud a lo que nos hace humanos cuando cuestionamos, dudamos, preguntamos, sentimos curiosidad y desarrollamos nuestro pensamiento crítico”, señaló Daniel Figallo, ministro de Justicia y Derechos Humanos, en la inauguración del conversatorio internacional “¿Qué significa ser humano? Una mirada multidisciplinaria”, organizado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y la Universidad de Lima en el marco de la Cátedra UNESCO en Comunicación y Cultura de Paz, y que tuvo lugar en nuestro Auditorio ZUM (Zona de Usos Múltiples).
Por su parte, el doctor Óscar Quezada, rector de la Ulima, brindó estas palabras de bienvenida:
“La universidad, como instancia de la sociedad civil, como institución vital en la sociedad del conocimiento, está comprometida con la expansión de esos espacios que enfrentan la crisis actual de los derechos humanos. La sociedad civil —no olvidemos que los gobernantes provienen de ella—, y con ella la universidad, asume el deber de reflexionar, de conversar y de discutir, pero sobre todo de persistir y resistir con los valores republicanos de oponerse y denunciar esos nuevos avatares de la injusticia. Tarea compleja, pues los derechos humanos sólo crecerán en universalidad en la medida en que protejan a los más pobres”.
Y añadió:
“La injusticia oprime, la justicia libera. Afirmemos pues, la libertad. La diferencia es un hecho, la igualdad es un derecho. Afirmemos pues, la igualdad. La violencia denigra, deshumaniza; la paz eleva, humaniza. Afirmemos pues, la fraternidad”.
En este acto inaugural, también estuvieron presentes Fabrice Mauriès, embajador de Francia en el Perú; Oswaldo Hundskopf, decano de nuestra Carrera de Derecho; y José Ávila Herrera, viceministro de Derechos Humanos y Acceso a la Justicia.
La importancia de ser humano
El conversatorio se dividió en nueve exposiciones. Paola Bustamante, ministra de Desarrollo e Inclusión Social, se refirió al ser humano en su dimensión social e indicó que las iniciativas de su despacho parten de la premisa de que todas las personas pueden ejercer sus derechos y que, por ello, este ministerio trabaja bajo el criterio de igualdad de oportunidades en todo el Perú.
El filósofo Miguel Giusti abordó el significado del ser humano libre y se aproximó a la libertad como un concepto de alto valor que posee tres dimensiones esenciales: la libertad como autonomía, opción moral y creación colectiva.
Cindy Leoni, de la Comisión Nacional Consultiva para los Derechos Humanos de Francia, incursionó en el significado del ser humano en el ámbito ciudadano y detalló algunas leyes y mecanismos jurídicos del país galo para condenar los actos de racismo y discriminación. También afirmó que una sociedad civil con una actitud de vigilancia permanente tendrá mayores chances para progresar hacia un escenario de igualdad de los derechos humanos.
Marcos Cueto, doctor por Columbia University de Nueva York, expuso sobre el ser humano en su dimensión histórico-social y describió varias situaciones en las que se tuvo que luchar para que los derechos humanos sean respetados. El experto mencionó el caso del sida, recordó que muchos portadores de esta enfermedad fueron discriminados y añadió que fue necesario concientizar la sociedad para que los derechos de estos pacientes fueran tratados como un tema de derechos humanos que consideran la prevención, el acceso a los tratamientos y la atención confidencial.
Alfredo Villavicencio, decano de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), habló sobre el ser humano trabajador y puntualizó que el trabajo es central en su existencia, aunque también lamentó que la realidad laboral en el mundo dista de ser óptima, especialmente si tomamos en cuenta que 1.500 millones de personas se encuentran en una situación de trabajo vulnerable y que 839 millones de trabajadores de los países en vías de desarrollo ganan menos de 2 dólares diarios. El ponente agregó que es urgente concentrar esfuerzos para reducir estas brechas dolorosas.
Monseñor Luis Bambarén disertó sobre el ser humano en el ámbito espiritual. Recalcó que todas las personas, ricas o pobres, cuentan con los mismos derechos, y lamentó la presencia enraizada de la corrupción en nuestra sociedad. Al respecto, detalló: “Es el momento de una regeneración moral en el Perú. La corrupción debe morir y los derechos humanos deben ser respetados. La esperanza debe florecer”.
Paula Siverino, asesora legal del Gabinete de Ministros de Argentina, se refirió al ser humano desde la bioética y precisó que esta actividad es de carácter multidisciplinario, tiene una vocación democrática, se preocupa por el desarrollo de la vida en diversos ámbitos y tiene como base una ética que enmarca los derechos humanos.
Juan Jiménez, representante permanente del Perú ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), se aproximó al ser humano desde lo político y resaltó la relevancia de consolidar una ética política que garantice el respeto a los derechos humanos.
Enzo Defilippi, jefe del gabinete de asesores del Ministerio de Economía, habló sobre el ser humano en su dimensión económica e indicó que la economía puede ser empleada para describir la realidad y el comportamiento de las personas, por lo que esta disciplina también es útil para abordar la situación de los derechos humanos.
Premio Derechos Humanos 2014
En la clausura de este conversatorio internacional se efectuó, por tercer año consecutivo, la entrega del premio Derechos Humanos 2014, que reconoce el aporte de funcionarios e instituciones en este rubro. En esta oportunidad, se otorgó un reconocimiento póstumo a Ana Cecilia Magallanes Cortez, ex fiscal provincial penal. Además, se distinguió al Equipo Forense Especializado (EFE) del Ministerio Público y a la Comandancia General de Operaciones de la Amazonía y Quinta Zona Naval de la Marina de Guerra, responsable de la implementación de la Plataforma Itinerante de Acción Social (PIAS), que tiene el propósito de incorporar la población amazónica rural a los servicios básicos del Estado de manera sostenible.