La reactivación económica está en proceso. La reapertura avanza por fases y de manera gradual. Este reinicio, sin embargo, exige cumplir ciertos requisitos y lineamientos que aminoren el peligro de más contagios de COVID-19. Bertha Díaz Garay, decana de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Lima, nos ayuda a comprender esta compleja situación y opina que se deben apuntalar dos sectores clave: minería y construcción, por su capacidad para dinamizar la economía.
¿Qué condiciones requieren las industrias para reactivarse?
En principio, el Decreto Supremo 080-2020-PCM aprueba el reinicio de las actividades económicas, pero con algunas condiciones. Se ha pedido que cada empresa elabore un plan de emergencia acorde con el sector al que pertenece. Para ello, cada uno de los sectores ya definió unos protocolos básicos. El primer paso es desarrollar un plan de emergencia y presentarlo al sector correspondiente. Una vez aprobado, la empresa queda registrada en el sistema SICOVID, que va a dirigir toda esta reactivación. Por otro lado, cuando inicien sus operaciones, habrá fiscalizaciones por parte de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil), de los gobiernos locales o las unidades del Estado que lleguen hasta la zona correspondiente. Por su lado, las empresas tienen que empezar a trabajar internamente. Deben revisar sus planes reales de reactivación, porque muchas prácticamente han quebrado, no todas podrán reactivarse. Asimismo, las empresas deben analizar si el mercado les va a brindar la posibilidad de desarrollar sus actividades, de tal manera que sus ingresos sean suficientes para, al menos, cubrir sus costos fijos y luego poco a poco lograr los ingresos necesarios.
¿Cómo se podría dar mayor impulso a la reactivación económica?
El Gobierno debería fijar su mirada principalmente en dos sectores grandes: minería, que representa un 10 % del PBI y por lo tanto impulsa y dinamiza muchísimo la economía del país, y el sector de la construcción, que estaba venido a menos por los problemas de corrupción. Este sector tiene la capacidad de movilizar otros sectores: el metalmecánico, de acero, madera y otros, asociado a la construcción de carreteras, canales, etcétera. Esto en cuanto a los grandes niveles de producción. Otro sector que es importante dinamizar es el textil y de confecciones. Engloba una gran cantidad de pequeñas empresas y da trabajo a numerosas personas. Este sector habría podido aprovechar muy bien sus capacidades en la elaboración de mascarillas, ropa médica e inclusive bolsas que se utilizan para los cadáveres. El Instituto Nacional de Calidad (Inacal) incluso se preocupó por definir ciertos estándares, sin embargo, muchos de estos productos se han venido importando; se está trabajando a puerta cerrada, pero hay que dinamizarlo. Otro sector que no se suele mencionar es el de agroexportaciones, que ha destacado en productos como el jengibre. Asimismo, la exportación de paltas y mangos se ha mantenido y hasta creció algo en marzo. Hay que impulsarla y apoyarla. Por otro lado, nuestro mercado interno está sin ingresos, y este es el que, finalmente, va a sostener nuestra economía.
¿De qué manera se podría dinamizar el mercado interno?
Creo que las pequeñas y medianas empresas darán trabajo a la población, y esta, a su vez, va a surtir la canasta familiar y comprará algunos otros productos como vestidos, artículos eléctricos y hasta tabletas y laptops, ahora que la educación es prácticamente virtual.
¿De qué depende la generación de empleo?
Este es un tema que debe ir por etapas. En el caso de los restaurantes, por ejemplo, el Gobierno decidió abrirlos en las primeras etapas, pero bajo el canal delivery, que ya tenían activo las cadenas de fast food y las pollerías. Hay que recordar que el sector de servicios, en general, aporta más del 50 % del PBI y es el más afectado, porque su naturaleza es el contacto humano. En España, por ejemplo, el turismo es una de sus más grandes industrias, ya se han abierto los restaurantes y los vuelos internacionales, pero existe la necesidad de que los ciudadanos tomemos conciencia de la importancia de nuestra salud y del cumplimiento de los protocolos, de usar las mascarillas, del lavado de manos, de la distancia social. Si no hacemos eso, nosotros mismos impediremos que nuestra economía se reactive. Si bien las empresas pueden hacerse responsables del cumplimiento de los protocolos dentro de sus locales, estamos viendo cómo se trasladan en las unidades de transporte. En algunas no se respeta la capacidad mínima que deben tener, y aun si la respetaran, en los paraderos se producen aglomeraciones. Si queremos avanzar como país, seamos conscientes de que cuidarnos está en nosotros. No se trata solamente de las directivas del Gobierno, sino también de asumirlas, de ser responsables para cumplirlas y hacer que los demás las cumplan. La única manera de salir adelante es haciéndolo todos juntos.
¿Qué opina sobre los anuncios de inversiones en carreteras, que deberían ayudar en el transporte de los productos de la agricultura?
Es una medida importante, porque se está pensando activar el Plan Nacional de Infraestructura, que no es un tema privado, sino más bien nacional. Estos grandes proyectos pueden generar una gran cantidad de empleos, aunque a veces se contrata personal solo por cierto tiempo. También se va a impulsar Reconstrucción con Cambios, que son carreteras pequeñas que están en las regiones, y el Gobierno ha destinado un monto considerable para eso. Tener las carreteras en buenas condiciones dinamiza el sector agrícola, y esa es una combinación virtuosa que espero que se pueda dar. El Gobierno ha anunciado que invertirá unos 2.500 millones de soles para otorgar créditos a las pequeñas y microempresas productivas, específicamente al grupo de las empresas agrícolas. Esto es significativo porque muchos no han podido aprovechar la primera campaña del año y necesitan relanzarse en la segunda campaña, que empieza en agosto. Se puede apoyar con fertilizantes, semillas y hasta en su canalización comercial. Ellos pasan por varios intermediarios, pero si logramos hacer un encadenamiento productivo para que puedan ofrecer su producto, entonces vamos a impactar directamente en las familias de productores agrarios. Se han creado mercados de productores y mercados itinerantes, pero no todos son de productores. Allí falta ordenar un poco, y los alcaldes tienen una función de liderazgo en este sentido.
¿Cómo podría ayudar la minería que, como dijo, es uno de los sectores que mueven la economía del país?
Tras el freno de la cuarentena, la producción minera caería este año unos 5.000 millones de dólares americanos, según algunos de sus representantes. Opino que este es un sector que no debería haber parado, porque las minas se ubican en lugares muy alejados. Estas empresas podrían haber cumplido los protocolos desde un inicio, porque tienen los más altos estándares de seguridad y salud en el trabajo, por las mismas condiciones en que se desarrollan, y además usan un alto nivel de tecnología. Pienso que esta es una gran oportunidad para mostrar a la empresa minera como aquella que aporta, de manera tal que los poblados de su área de influencia no solo puedan ser productivos, sino que también sean apoyados con unidades médicas y campamentos de salud. Y mejor todavía si en estas circunstancias el Gobierno se une a este apoyo, para que se entienda realmente la importancia de la minería y su relación armoniosa con su ámbito de influencia, con los poblados cercanos. Sé que algunas empresas han estado ayudando a las comunidades aledañas, y eso es algo que suma. En el panorama industrial, de manera general, diría que tenemos recursos y capacidad humana, pero ahora tenemos que unirnos y empezar a trabajar de forma disciplinada y ordenada para recuperar todo lo que hemos perdido. Por otro lado, esta situación nos ha permitido mirar nuestras deficiencias, lo que es muy importante, porque nos señala por dónde tenemos que empezar a construir.