La Lá ofrecerá temas de su nueva producción en el Centro Cultural Ulima

La música nos alegra, nos entristece, nos activa, nos hace bailar, nos emociona. Y la voz humana es su órgano más bello. Giovanna Núñez, conocida en los escenarios como La Lá, quiso desde muy chica dedicarse a la música. Lo que empezó como un sueño se convirtió en una realidad que poco a poco la cantautora construyó gracias a su habilidad para enganchar emotivamente con la gente a través de sus temas. Hoy tiene dos discos editados —Rosa (2014) y Zamba puta (2017) — y uno más en camino.

La Lá pisará por primera vez el Centro Cultural de la Universidad de Lima en dos únicas presentaciones, los días 13 y 14 de julio a las 20.30 horas, con lo que marcará el cierre del ciclo Conciertos Ulima. Conversamos con ella acerca de su trayectoria y de sus próximas presentaciones.

¿La pasión por la música es algo que viene de improviso? ¿Cuándo sentiste que te picó ese bichito?
Siempre me gustó la música, escucharla y cantar, y hubiera querido estudiarla desde chica, pero nunca se pudo porque no teníamos en casa la plata o el hábito de meter a los niños en talleres. La cosa es que a los 16, cuando salí del colegio, ya me sentía tarde para empezar a estudiar música, así que me dediqué a otras cosas mientras cantaba en algunos proyectos. La composición llegó sorpresivamente mientras estudiaba filosofía en la UARM, cuando agarré una guitarra que había en mi casa y me puse a elegir posiciones con los dedos y a formar, sin saber qué eran, acordes y armonías. Empecé a componer así y hasta ahora lo hago de la misma manera. No sé los nombres de los acordes todavía.

¿Te has presentado siempre como La Lá o empezaste tu carrera musical con otro seudónimo?
Cuando cantaba en otros proyectos era parte de un conjunto, pero siempre que he presentado mis composiciones he cantado como La Lá.

¿Qué es lo que te dicen las personas cuando te escuchan cantar?
Las personas que escuchan mi música me dicen, por lo general, que les da tranquilidad.

Se percibe el interés social en tus temas. ¿Existe una idea de hacer discos bajo esa temática?
No me considero una artista que se destaque por hacer temas de relevancia social. En el caso puntual de mi segundo disco, había una intensión personal de promover una reflexión sobre el racismo y el machismo de nuestra sociedad, pero considerando la cualidad de la música de ser tomada libremente por quien la escucha. Quiero decir que con mi trabajo musical del disco Zamba puta y con su difusión en medios de prensa quise participar de la intensión de promover una reflexión sobre estos temas, pero las canciones en sí mismas siguen prestándose a la apropiación de cada persona que las escucha. 

Para ti, ¿cuál es el fin de la música en general?
En realidad, no contemplo la música en términos de utilidad o de propósito.

Te presentarás en el Centro Cultural de la Universidad de Lima el viernes 13 y el sábado 14 de julio. ¿Qué tienes preparado para estas funciones?
El viernes estará con nosotros Lorena Blume, y Julieta Azul nos acompañará el sábado. Ambas son compositoras y cantantes peruanas que me gustan mucho. Estaremos con la banda completa y presentaremos canciones de los dos discos editados y algunas del próximo disco, que saldrá a finales de año y que se inspira un poco en los avatares de la vida doméstica y en la forma en que nuestras relaciones interpersonales han cambiado con la tecnología. 

Finalmente, ¿de dónde es que nace la inspiración para componer letras con una temática tan variada?
Compongo las canciones de lo que vivo, siento y veo en la experiencia de mi vida. Me han dicho que soy confesional, pero es que no puedo escribir sobre cosas que no conozco. Cuando estaba chica escribía, pero me inclinaba por las crónicas; los cuentos y las historias no me ligaban. Hasta ahora y en la música, es así para mí.