CEDS y Minam organizaron encuentro académico en la Ulima

El Ministerio del Ambiente (Minam) y el Centro de Estudios para el Desarrollo Sostenible (CEDS) de la Universidad de Lima organizaron un diálogo académico entre investigadores de nuestra Casa de Estudios, autoridades del Minam y otros actores de la sociedad civil, quienes pusieron el foco en la gestión ambiental. La cita fue el 13 de junio en el Aula Magna T-3.

El director de la Carrera de Ingeniería Civil, Alexandre Almeida, presentó algunos de sus hallazgos acerca de las consecuencias ambientales y económicas del sistema de transporte en Lima, logrados a partir de las investigaciones que viene haciendo con el Instituto de Investigación Científica (IDIC). Almeida afirmó:

“Un mal sistema de transporte no solo tiene peso medioambiental, sino que resulta una gran pérdida de horas laborales y de capacidad económica, ya que el transporte puede ocupar un cuarto del ingreso mensual de alguien que gana el salario mínimo.

Por otro lado, señaló que los actores que interceden en el planeamiento del transporte en la ciudad, desde el Ministerio de Transportes y Comunicaciones hasta las municipalidades locales, llevan a cabo planes que responden a los intereses particulares de sus instituciones. Por ello, indicó que es necesario integrar los objetivos de todas estas entidades.

Luis Quispe de la ONG Luz Ámbar y Mónica Muñoz del Minam coincidieron con las conclusiones de Almeida y añadieron que, además de lo mencionado, algunas de las trabas por superar tienen que ver con los pocos filtros que existen para crear empresas de transporte y con la falta de integración de otras reformas que deben realizarse junto con la de transporte, como las referidas a la energía y a la gestión de residuos.

A continuación, Christiam Méndez, docente de la Carrera de Administración Ulima, presentó parte de su investigación en curso acerca de la incorporación de rutinas para la reducción de los desperdicios. El investigador dijo haberse aproximado al tema desde la línea de la modificación de la conducta, y explicó que combatir el desperdicio, especialmente a través de la modificación de seis rutinas (planificar, comprar, almacenar, cocinar, comer y manejar las sobras), “puede ahorrar dinero y tiempo, reducir la huella de carbono y cuidar la Tierra”.

Eduardo La Torre, de la ONG Ciudad Saludable, complementó afirmando que, “lamentablemente, está cambiando el tipo de consumo que se tiene en el Perú. Debemos evitar el sobreabastecimiento en nuestros hogares”. Robinson Calderón, del Minam, coincidió con Méndez en que “la gestión de desperdicios debe tener la minimización como fuente principal”.

Rosario Guzmán, docente de Ingeniería de Sistemas e investigadora del IDIC, presentó el sistema de cálculo de huella de CO2 que viene desarrollando. “No encontrábamos métodos para calcular la huella a nivel distrital”, comentó, y añadió que “las municipalidades hacen esfuerzos en favor del medio ambiente, pero no tienen cómo medir su impacto”. El sistema de información que está trabajando Guzmán se conforma a partir de los cálculos de impacto ambiental individuales de los ciudadanos, para luego ser procesados por los gobiernos municipales y, en última instancia, por el Minam.

Los comentarios de la ponencia estuvieron a cargo de Teysa Cornejo, representante de Luz del Sur, y de Roxana Díaz y Freddy Garro, del Minam. Cornejo indicó que, desde su institución, se desea negociar con generadoras que produzcan energía renovable, principalmente con hidroeléctricas. Por su parte, Díaz señaló que el año pasado “se aprobó la inclusión de etiquetas de eficiencia energética en los productos eléctricos, que permitirá que los consumidores conozcan qué equipos son los más eficientes”. Según Garro, esta y otras medidas buscan que el país cumpla el compromiso que suscribió en el Acuerdo de París: mitigar su emisión de gases de efecto invernadero hacia el año 2030.

Por último, María Teresa Quiroz, directora del IDIC, cerró el encuentro asegurando que “el gran rato es hacer sostenibles estos espacios de diálogo entre la empresa, el Estado y la academia”. Esto porque, desde la Universidad, “no queremos especular, sino que buscamos proponer salidas a los problemas y acompañar a las instituciones encargadas de llevar a cabo estos proyectos”.