El 27 de abril se desarrolló el taller virtual de inicio del proyecto “Remoción de metales pesados en las aguas utilizadas para el cultivo de truchas mediante el uso de membranas de nanofibras de quitosano bioadsorbentes funcionalizadas obtenidas a partir de los desechos de langostinos” (PNIPA-ACU-SIADE-SP-2020-00325), ejecutado por el Instituto de Investigación Científica de la Universidad de Lima (IDIC).
Participan en esta iniciativa la empresa Acuacultura Técnica Integrada del Perú (Atisa) como entidad asociada, el Programa Nacional en Pesca y Acuicultura (PNIPA) del Ministerio de la Producción como cofinanciador y Food Research Institute Prague (FRIP) de República Checa como entidad colaboradora.
Jorge Sanabria, coordinador general del proyecto y docente de nuestra Facultad de Ingeniería y Arquitectura, destacó el valor nutricional de la trucha, el potencial de crecimiento de este mercado, la importancia de Junín como el lugar de mayor producción de truchas en el Perú al aportar casi el 50% de este insumo a nivel nacional y las oportunidades de aumentar estas exportaciones a la Unión Europea, que es el mayor importador mundial de pescados, mariscos y productos de la acuicultura. Añadió que debe existir un plan de control de metales pesados, contaminantes y residuos de plaguicidas, ya que los requisitos sanitarios estipulados por la Unión Europea para este tipo de importaciones son sumamente exigentes.
Asimismo, Sanabria indicó que este proyecto del IDIC beneficiará a los piscicultores de truchas y a los productores de langostinos. Agregó que se generará un valor agregado a los desechos de langostinos al obtener de ellos los elementos que serán usados en la producción de las membranas de quitosano, las cuales servirán para la remoción de metales pesados en las aguas utilizadas en el cultivo de las truchas. Además, señaló que la propuesta generará oportunidades de empleo para los pobladores y ayudará a reducir la emisión de los gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.
Silva Ponce, investigadora principal del proyecto y docente de la Ulima, afirmó que se busca depurar un método sencillo, económico y amigable con el medio ambiente y que impulse la mejora de la calidad de la carne de las truchas cultivadas. Del mismo modo, disertó sobre las etapas del proceso de obtención del quitosano y exhibió un esquema general del diseño experimental de la iniciativa, el cual va desde el acopio de las cabezas de langostino hasta el método de tratamiento de aguas con las membranas de quitosano.
En otro momento, Ponce detalló los roles de las organizaciones involucradas en la propuesta. Precisó que la Universidad de Lima se encargará de la preparación de las membranas de quitosano, las pruebas de remoción de los metales pesados y los estudios del escalamiento industrial de esta tecnología. También indicó que Atisa proveerá las cabezas de langostinos y que FRIP brindará asistencia técnica.
Finalmente, Abel Gutarra, investigador del proyecto y docente de nuestra Casa de Estudios, se centró en las membranas, sus características y su proceso de fabricación. El experto afirmó que una membrana es una interfase entre dos medios que puede regular, selectivamente, la transferencia de componentes. Además, remarcó el carácter biodegradable del quitosano, lo que trae una serie de beneficios.
También participan en esta iniciativa los investigadores Juan Carlos Morales y Hugo Alarcón, de la Universidad de Lima, Juan Carlos Leyton, de Atisa, y Milos Beran, de FRIP.
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