En 1915, en Puno, se llevó a cabo la que, probablemente, es la sublevación campesina más significativa del siglo XX. Fue en la provincia de Azángaro donde Teodomiro Gutiérrez Cuevas, oficial del Ejército del Perú autodenominado Rumi Maqui (Mano de Piedra), lideró un multitudinario movimiento indígena que puso en jaque al gobierno del entonces presidente Óscar R. Benavides y que remeció las estructuras de un orden articulado desde Lima. La conflictividad entre gamonales y comunidades campesinas, las duras condiciones de trabajo en las haciendas, el auge del mercado de la lana y el atraso económico de la zona altiplánica originaron un desenlace de violencia y reivindicación que luchó por un proyecto político federalista para Puno.
La resonancia que este acontecimiento suscitó en la prensa limeña —la cual vio en Rumi Maqui el retorno de un inca—, el miedo que provocó en los políticos de la época y lo relegado que posteriormente quedó en la historia nacional motivó a nuestro docente e historiador Luis Bustamante Otero a escribir La Rebelión de Rumi Maqui. Indigenismo y utopía en Puno (1915-1917), libro publicado por el Fondo Editorial de la Universidad de Lima. En esta investigación, el autor se sumerge en los orígenes de esta sublevación y esclarece el enigmático destino de su líder luego de su captura.
La presentación del libro se realizará el próximo 16 de octubre, a las 19.00 horas, en la Librería El Virrey, en el distrito de Miraflores.
Conversamos con el profesor Bustamante acerca de la realización de este trabajo. Él nos cuenta sobre las particularidades del personaje y su relevancia para la comprensión del presente político.
¿Cómo surgió el interés por el personaje de Teodomiro Gutiérrez Cuevas, Rumi Maqui?
La inquietud apareció cuando era estudiante, en un curso que dirigía el padre Jeffrey Klaiber sobre las protestas campesinas. Allí me topé con diferentes casos que llamaron mi atención, entre ellos las insurrecciones de Juan Bustamante y la de Rumi Maqui. Este último despertó mi interés porque el periodismo de ese tiempo lo representó como alguien que quería restituir el Tahuantinsuyo. La investigación que realicé sobre Rumi Maqui para ese curso fue el inicio de lo que luego sería mi tesis de bachillerato.
Dicha tesis es el insumo principal del presente libro. ¿Por qué decidió ampliar la investigación?
En efecto, la tesis es la base del libro. Nunca pensé que podía convertirse en uno, porque cuando la terminé sabía que, pese a que era un buen trabajo, tenía limitaciones. Sin embargo, con el tiempo me sorprendió, porque colegas y amigos no tan cercanos sabían de su existencia, y la tesis era citada y referenciada más de lo que me podía imaginar. Incluso, algunos la citaban sin haberla leído. Había gente que me conocía por la tesis. Fueron los buenos amigos y colegas los que me animaron a retomar la investigación y yo acepté el reto. Por eso, el extenso prefacio que revisa las últimas investigaciones e intenta nuevas aproximaciones y conclusiones.
¿Esta rebelión se puede inscribir dentro de una trayectoria de expresiones de descontento campesino a lo largo de la era republicana?
En efecto, la rebelión de Rumi Maqui, la más importante rebelión campesina del siglo XX, se inserta dentro de una tradición de lucha regional por la autonomía ante el centralismo limeño, que proviene de tiempos virreinales. Esta sublevación no solo se trata de una expresión de protesta regional, sino de una población secularmente marginada y maltratada. Puno era una región controlada por grupos de poder blanco-mestizos, los gamonales, con intereses vinculados a la exportación de lana, y en la búsqueda de estrechar vínculos con el poder central. Esta insurrección se nutre de toda la prédica reivindicacionista, que, en el contexto de la República Aristocrática, impulsa la revalorización de lo indígena como peruano y que exige igualdad frente al gamonal.
¿Qué rol cumple el movimiento indigenista de principios del siglo XX en esta rebelión?
El indigenismo ataca de raíz el tema de la identidad, en la medida en que una mayoría de peruanos no reconoce sus elementos indígenas y los ven como algo primitivo. Es una corriente que surge en los círculos intelectuales, urbanos, tras la guerra con Chile, y que tuvo como propósito colocar lo indígena en el centro de atención para que este sea absorbido por una nueva peruanidad. El indigenismo limeño fue más literario e ideológico; el puneño, en cambio, fue muy activista, pues estuvo nutrido por la experiencia cotidiana de la realidad campesina. Teodomiro Gutiérrez Cuevas fue un indigenista.
¿Cómo inciden factores como el gamonalismo, las relaciones de servidumbre y el auge del negocio de la lana en este clima de descontento?
El gamonalismo puneño está caracterizado por la continua expansión del latifundio y las víctimas eran las comunidades campesinas o los pequeños propietarios, y esa relación tensa llevaba décadas sin solución por parte del Estado. El gamonal es un sujeto poderoso que tiene vínculos con el Estado, el cual resuelve a su favor. Para las poblaciones campesinas, la tierra lo es todo. A esto se suma el maltrato laboral a la población de colonos en las haciendas. Además, los comerciantes de lana adelantaban dinero a los productores a cuenta de ventas futuras y luego los perseguían y los forzaban a más ventas. Se trata de una protesta por la recuperación de tierras, por el fin del gamonalismo y del abuso, y por la libertad comercial.
¿Cómo Rumi Maqui decide organizar una insurrección hacia un proyecto federalista?
Hay una coincidencia de intereses entre Rumi Maqui y el campesinado que protesta. Teodomiro Gutiérrez Cuevas cree en la justicia, en el orden, y piensa que los problemas del campesinado pueden ser solucionados legalmente. Él empieza a relacionarse con Puno como funcionario público desde comienzos de siglo: fue jefe militar, subprefecto en Chucuito y comisionado especial del presidente Billinghurst. Forjó lazos con los líderes campesinos. Luego, toma conciencia de que ese gamonalismo parece inquebrantable y que el Estado no está en condiciones de poner un límite, y decide pasar a la rebelión. Aquí entra en juego también su contacto con el indigenismo, el anarquismo y el activismo cristiano de los adventistas y metodistas de la época.
A partir de este libro, ¿cómo leer las recientes protestas en Puno a raíz de esta tradición combativa?
Espero que este libro sirva para revalorar la historia como disciplina, pues nos ayuda a entender el presente. Hoy reconocemos un nexo con esa época. Hemos visto hace poco una población que siente que no es escuchada, con líderes locales que ofrecen promesas difíciles de cumplir y con un gobierno central desconectado de las preocupaciones de la localidad. Hay una conexión del recuerdo permanente de ese pasado de rebeldía expresado en figuras como Rumi Maqui. Las protestas actuales relanzan a estos personajes que están vivos en la memoria colectiva.