Óscar Gómez García y Wilder Gómez Taipe, profesores del Programa de Estudios Generales de la Universidad de Lima y de nuestra Carrera de Arquitectura, son los autores del libro Dibujo Arquitectónico 1, que será presentado en la Feria del Libro Ricardo Palma, en Miraflores, el 8 de diciembre a las 20.00 horas.
Conversamos con los arquitectos y docentes sobre esta publicación, que es un testimonio de sus experiencias pedagógicas y un reflejo del curso Dibujo Arquitectónico 1, el cual es impartido en el primer año de nuestro Programa de Estudios Generales.
¿Qué reflexiones plantea el libro?
Óscar Gómez García: Una pregunta importante podría ser la siguiente: ¿los arquitectos de hoy tienen que dibujar para ser buenos arquitectos; se necesita un curso de este tipo en el inicio de la formación de un arquitecto? Se señala que la arquitectura usa un lenguaje que trabaja con el espacio y construye herramientas vinculadas con este propósito debido a que necesita expresarse de una manera particular. En ese sentido, más que ofrecer productos finales, el dibujo sirve para decantar ideas: es una herramienta de exploración.
¿En qué aspectos o técnicas del dibujo se enfoca la obra?
Wilder Gómez Taipe: El libro es el reflejo de un curso inicial de Estudios Generales relacionado con la Carrera de Arquitectura. Por tanto, el alumno empieza con el aprendizaje de nociones básicas, desde cómo se pega el papel en el tablero, cómo se manipula la escuadra, la exploración de las graduaciones del lápiz, etcétera. A partir de ese reconocimiento de herramientas, se inicia la exploración formal de la arquitectura. A nivel académico, esto se refleja en aspectos relacionados con la geometría descriptiva: proyecciones, isometrías, entre otros conceptos. Además, se incluye el tema de la valoración tonal, la cual se asocia con el trabajo de la exploración espacial, con lo que ese volumen isométrico adquiere cualidades espaciales: profundidades, contrastes, etcétera. También está el tema de la perspectiva, que es básica para los arquitectos. La arquitectura es como una carrera renacentista, pues recoge estas tradiciones de los siglos XV y XVI, en las que los elementos de los dibujos de interiores convergen en un punto de fuga. Luego, a esas perspectivas o dibujos se les añaden colores, con lo que se obtienen valoraciones tonales cálidas o frías que generan la sensación de profundidad o alejamiento del plano.
En plena era digital, ¿el dibujo adquiere otros valores?
Óscar Gómez García: El dibujo que planteamos es uno que, sin la necesidad de recurrir a una herramienta compleja, permite visualizar de manera instantánea si una idea es clara. De este modo, el dibujo ayuda a decantar ideas y a dejar huella de lo que uno va planteando en los procesos. También conocemos las posibilidades del software, pero no estamos diciendo que lo analógico sustituya lo digital, y viceversa. Lo que planteamos es que el dibujo es parte del inicio de los procesos. También podría decirse lo siguiente: con el dibujo se quita todo lo superfluo a la idea, para que quede lo esencial. No buscamos que el arquitecto dibuje bonito, sino que se exprese correctamente.