Yván Vivanco, contador público colegiado, presentó, el 26 de agosto, el webinar “Estados financieros bajo el impacto de la COVID-19”, organizado por la Dirección de Educación Continua de la Universidad de Lima.
El ponente se refirió a la incidencia de la pandemia en el contexto actual y se centró en cinco normas: NIC 1 (presentación de estados financieros), NIIF 7 (instrumentos financieros: información a revelar), NIC 36 (deterioro del valor de los activos de larga duración), NIC 2 (inventario) y NIIF 15 (ingresos por actividades ordinarias: procedentes de contratos con clientes).
Vivanco indicó que la coyuntura que estamos viviendo no tiene precedentes en la historia del Perú y del mundo, que la interrupción parcial o total de las operaciones está afectando de manera severa la generación de ingresos, y que se debe evaluar ese impacto según el giro del negocio y las diferentes transacciones financieras relacionadas con una compañía. También mencionó que las nuevas regulaciones sanitarias generan sobrecostos e incertidumbres en las expectativas de los accionistas e inversionistas, y que el contexto de la COVID-19 produce impactos directos en la presentación de la información financiera de distintas empresas, así como efectos en los reportes interinos dirigidos a la Superintendencia del Mercado de Valores.
Sobre la NIC 1, señaló que hay que analizar el impacto del contexto actual guiados por la hipótesis de que el negocio seguirá en marcha; es decir, se preparan los estados financieros bajo la consideración de que la empresa va a continuar. Agregó que se debe tomar en cuenta para el análisis toda la información disponible vinculada con el futuro, y que el análisis depende de la realidad económica de la compañía.
Con respecto a la NIIF 7, afirmó que, por el incremento del riesgo de liquidez, las informaciones a revelar deben recoger los cambios en la posición de liquidez. Añadió que hay que analizar la calidad crediticia que repercute en los juicios y supuestos relevantes asumidos por la gerencia de una compañía, además de evaluar la segmentación de la cartera de crédito, entre otras consideraciones.
En cuanto a la NIC 36, expuso que se considera que un activo está deteriorado cuando la compañía no es capaz de recuperar su valor en los libros, ya sea mediante su uso o a través de su venta. También señaló que el importe recuperable es el mayor entre los valores razonables menos los costos de enajenación y su valor de uso, y que la norma indica que se debe realizar el análisis siempre que existan indicios de deterioro de los activos no financieros al cierre de cada período de reporte.
Asimismo, el experto subrayó que la NIC 2 requiere que se contabilicen los inventarios al menor importe entre el valor al costo y el valor neto realizable, y que, debido a la pandemia, algunas empresas reconsideraron la manera de hacer negocio, cambiaron su cadena de suministro y migraron a las ventas online, lo que puede afectar los costos de sus existencias.
Y sobre la NIIF 15, afirmó que se podrían generar modificaciones de los contratos con los clientes o reevaluar si es probable que reciban la contraprestación a la que tienen derecho, y que, además de los efectos de los contratos en curso, se deben evaluar los contratos futuros con los clientes.
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