Es indiscutible que la reciente pandemia de COVID-19 ha marcado un punto de inflexión acerca de la forma en que concebíamos la vida, y el ámbito laboral no escapa a este cambio. Por ese motivo, el miércoles 15 de abril, la Dirección de Educación Continua (DEC) de la Universidad Lima organizó el webinar "Transformación de comportamientos en trabajo remoto y conductas sociales pos-COVID-19", a cargo de Giovannie Escribens Ruiz, economista por la Universidad de Lima y gerente de Recursos Humanos en Quimpac.
Durante la videoconferencia, los participantes conocieron más sobre los cambios de comportamiento que experimentarán en su vida social y laboral. El conferencista señaló:
“Los trabajos primarios continuarán. Los secundarios irán reinstalándose poco a poco, pero seguirá prevaleciendo el criterio de distancia social. Por eso, el trabajo remoto permanecerá, al menos por este año, y será mejor visto por ser una modalidad más flexible que el teletrabajo. Las organizaciones deberán optar por extender el trabajo en domicilio. Es lo recomendable. En tanto, la educación y la capacitación tienen un destino virtual prácticamente todo el año”.
Siguiendo las proyecciones, Escribens sostiene que muchos profesionales deben repensar sus servicios, dado que la mayoría de sectores económicos no se reactivarán este año:
“La situación llevará a muchos a replantear sus formatos de trabajo, sobre todo muchos independientes, cuando el servicio que brindan se basa en el análisis, las terapias, las consultas, las asesorías o la docencia, por ejemplo”.
Ante este panorama, el expositor remarcó que el trabajo remoto supone una teórica frontera entre los roles del trabajo y los del hogar, pero la realidad nos está llevando a una gestión integrada. La solución es establecer una disciplina que permita conjugar el trabajo con las labores de casa y el compartir con la familia. Esto implica también desarrollar habilidades para trabajar en equipo de forma dual (laboral y familiar), la capacidad de persuadir acerca de los roles compartidos que se asumirán, el aprendizaje de nuevas herramientas de comunicación virtual y adquirir la costumbre de emplear con mayor frecuencia los medios electrónicos de pago, hábitos que refuerzan la capacidad de adaptación.
Finalmente, el ponente señaló que las actividades sociales suspendidas están casi condicionadas a la llegada de la vacuna, mientras que el clásico saludo de apretón de manos, de beso o de abrazo quedan en el recuerdo hasta próximo aviso.
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