Este 16 y 18 de mayo se llevaron a cabo las sesiones de apertura de la Clínica Interdisciplinaria para Empresas BIC 2023-1, programa organizado por el área de Responsabilidad Corporativa del Centro de Sostenibilidad de la Universidad de Lima (Responde Ulima), con el apoyo del Sistema B y el Ministerio de la Producción. Esta iniciativa, dirigida al sector empresarial, tiene por finalidad promover la transformación hacia un modelo de negocio con propósito social y ambiental, que contemple el beneficio y el interés colectivo. Se destaca la participación de estudiantes y docentes, que, en calidad de voluntarios, desarrollan el acompañamiento a las empresas participantes, que en total suman aproximadamente treinta en esta etapa inicial.
Ambos encuentros estuvieron dirigidos a empresarios de diversos rubros económicos, entre los que se encuentran mypes y organizaciones que participan en el mercado de valores. Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de Alfredo Estrada, director de Responde Ulima. A través de su participación, resaltó la importancia de la iniciativa BIC para el futuro empresarial:
“Esto se construye para la sociedad y para el planeta, y desde la sociedad y desde el planeta. Las empresas con propósito son el futuro de la economía de triple impacto, no solo en nuestro país, sino en el mundo. Es esta visión estratégica la que nos hace impulsar este proyecto, que se gesta desde el 2020 y que ha tenido ya un éxito importante. El año pasado esta clínica cerró con catorce empresas que formalizaron su hoja de ruta para su transformación hacia un modelo de negocio con impacto”.
En la jornada del 16 de mayo, se contó con la exposición de Daniel Moreno de Vettori, profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales y Económicas de nuestra Casa de Estudios. Nuestro docente desarrolló el concepto de propósito empresarial y señaló que hoy las empresas no solo deben buscar el éxito económico, sino también tienen que ser responsables con el impacto global que generan sus actividades. También indicó que toda empresa está inserta en un contexto y que no solo tiene que ser responsable con los accionistas, pues los trabajadores, los proveedores, los clientes y el Estado también forman parte de su ecosistema de acción.
Posteriormente, resaltó la relevancia del enfoque de valor compartido, por el que tanto la empresa como la sociedad se benefician de forma mutua. Por último, explicó la importancia de tener en cuenta a los stakeholders, dado que estos grupos de interés, ya sean ministerios, municipalidades, vecinos u organismos fiscalizadores, siguen las actividades de la empresa, y pueden verse afectados de forma positiva o negativa.
En la segunda jornada, Mariella Del Barco, jefa del área de Responsabilidad Corporativa de Responde Ulima, expuso sobre los principios generales de la responsabilidad social, según el ISO 26 000. Mencionó que la rendición de cuentas, la transparencia, el comportamiento ético, el respeto a la ley y los derechos humanos son elementos esenciales para la conformación de toda sociedad BIC. Más adelante, enfatizó los beneficios que trae para una empresa implementar estos criterios: ventaja competitiva, reputación, visión positiva por parte de inversionistas, sponsors y entidades financieras, y una buena relación con gobiernos, proveedores y clientes.
Asimismo, comentó la Ley BIC (Ley 31072) y su normativa. Señaló que una sociedad BIC es una nueva figura legal que resalta el propósito social y ambiental de una empresa. Agregó que es el mercado el que reconoce y valora el triple impacto generado por las empresas. Finalmente, expresó que los objetivos BIC son un medio para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), porque se enfocan en fomentar el acceso a energía asequible y no contaminante, en la generación de empleo decente y crecimiento económico, en la mitigación de los efectos del cambio climático, entre otros.