Desde sus inicios en el área comercial de Latam Cargo en el Perú hasta su actual posición en Santiago de Chile, como subgerente de Proyectos, Gianmarco Cabello Pinillos ha superado numerosos desafíos, que comprenden la gestión de equipos multiculturales y la implementación de metodologías ágiles para asegurar el éxito de proyectos tecnológicos, regulatorios y estratégicos en diferentes países.
En esta entrevista, Gianmarco comparte sus experiencias, retos y aprendizajes a lo largo de su carrera como ingenierio industrial, así como su visión sobre el futuro de la gestión de proyectos en un entorno globalizado.
¿Qué te llevó a desarrollar tu carrera profesional en Chile?
Al terminar mis estudios de Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima, en julio de 2015, ya llevaba casi siete meses como practicante en el área comercial de Latam Cargo. Un mes después de terminar la carrera, me contrataron como analista de Gestión de Operaciones, posición que mantuve por un poco más de un año. Luego, se abrió una posición de Revenue Management como analista sénior en Chile, me invitaron a postular y quedé seleccionado. Fue un reto enorme, porque tenía apenas 23 años. Desde entonces, me he movido por distintas áreas, desde Revenue Management, Capacity Planning y Proyectos. Actualmente, soy subgerente de Proyectos dentro del holding. Mi posición está basada en Santiago de Chile, pero el alcance de lo que hago aplica a toda la red de Latam Cargo en el mundo.
¿Cómo manejas equipos y proyectos que se ubican en diferentes países?
Es un desafío constante, especialmente por el tema cultural. Trabajo con personas de todo el mundo y con diferentes idiosincrasias. El inglés es parte de mi día a día, porque interactúo con proveedores y clientes de otros países. Ahora, por un proyecto estratégico en Brasil, practico también el portugués casi a diario. Además, para mantener siempre a los equipos enfocados a distancia, trabajamos con la metodología agile, que propone trabajar en ciclos cortos (sprints) en los que se muestran resultados parciales en el tiempo. Es decir, en lugar de esperar meses o años para ver el resultado final, como se hacía en el pasado, ahora se puede planificar las actividades del equipo de modo que permitan mostrar entregables progresivamente para asegurar que se va por el camino correcto o hacer un ajuste. Esto ha traído grandes resultados.
¿De qué tipo de proyectos te ocupas?
Me encargo de proyectos de distinta naturaleza, desde tecnológicos, regulatorios, de cambios de procesos y estratégicos. Podría ocuparme de un cambio en el proceso de aceptación de la carga en Colombia o implementar una iniciativa transversal de tecnología, como abrir un marketplace para digitalizar el proceso de reservas en Europa y Norteamérica. O liderar iniciativas de ciberseguridad que velen por proteger la integridad de la información y la tecnología en nuestros sistemas. En mi rol, es clave gestionar el equilibrio entre los recursos, ya sea de proveedores externos o personal propio de Latam Cargo, y concertarlo con las necesidades de ejecución provenientes de los focos estratégicos de la organización.
¿Tienes equipo en el Perú?
Actualmente, mi equipo directo está basado en Chile y no en el Perú. Pero de acuerdo con el tipo de proyecto, anexo temporalmente a mi estructura a algunas personas que trabajan en otras áreas. Esta figura se conoce como KU, que significa key user o usuario clave, en español. Este es un modelo que tiene como objetivo equilibrar el tamaño de mi equipo con recursos propios del negocio. Por ejemplo, hasta hace un par de meses tuve entre 15 y 20 personas del Perú en esa figura KU, que trabajaban en un proyecto de transformación tecnológica.
El puerto que se abrirá en Chancay seguramente generará nuevos proyectos para ti.
Absolutamente, sí. Pero, de hecho, no es el único cambio muy relevante para el país. El primero es el nuevo aeropuerto de Lima, que para nosotros es fundamental en el ámbito de carga, porque movemos cargamento no solo en aviones de transporte, sino también en los de pasajeros. De modo que, con el nuevo aeropuerto, tendremos más aviones y, por ende, más capacidad para ofrecer productos a nuestros clientes. El segundo cambio es el megapuerto de Chancay, que será un foco de importación y exportación masivo que convertirá al Perú en una puerta de entrada y salida en la región para Asia. Esto aumentará la demanda aérea de carga, ya que, por un tema de tiempos y al no contar con una buena infraestructura vial en el país, el avión será una alternativa conveniente para transportar carga dentro del Perú y conectarla a otros países de la región. Ambos cambios, independientes o de forma complementaria, harán que los mercados crezcan e impactarán significativamente en nuestras operaciones y en el desarrollo del país.
¿Cuáles son los otros puestos que has tenido en Latam?
En los últimos cinco años, he estado en el mundo de proyectos, pero antes estuve en el equipo de Revenue Management, que es neurálgico dentro de Latam porque se propone rentabilizar y optimizar al máximo el espacio del avión.
¿Puedes explicar con un ejemplo cómo rentabilizar y optimizar un vuelo?
Por ejemplo, podría vender la capacidad de un vuelo de 1000 kilos volumétricos con textiles. Esto supondría un ingreso de 2000 dólares. Sin embargo, si vendo los mismos 1000 kilos brutos con espárragos, que son más pesados y pagan más por kilo, podría obtener hasta 5000 dólares. Mi rol en el equipo de Revenue Management consistía en identificar la combinación óptima entre precio y tipo de carga que se podía ofrecer en distintas rutas en todo Sudamérica. Mi cliente interno en ese entonces era el equipo de ventas. Ellos recibían las directrices que dábamos con mi equipo y vendían en mercados como Perú, Colombia, Argentina, Brasil y Chile.
La idea era asegurar que el ingreso por cada vuelo fuera el máximo posible, con el uso de la combinación correcta de tipo de carga y tarifa. Fue muy enriquecedor aprender cómo interactuaba la oferta y la demanda, y las distintas realidades de los mercados. Sudamérica es una zona de commodities, como espárragos, fruta, flores, etcétera. En cambio, desde Norteamérica y Europa se exportan productos finales y tecnología hacia nuestra región.
Antes de eso, estuviste en Lima, ¿verdad?
Estuve en Lima como analista de Gestión de Operaciones. Me encargaba de la administración del presupuesto operativo y de algunas iniciativas de mejora continua en la bodega. En ese entonces, era responsable de la operación de Perú. Antes de eso, cuando terminaba de estudiar, fui practicante en el equipo comercial. Elaboraba presentaciones para los equipos de ventas, consolidaba resultados y hacía análisis. Antes de esta práctica, estuve en Maquinarias en Nissan, en un área de calidad y mejora continua. Medía tiempos y procuraba que los procesos fueran óptimos. Mi primera práctica fue en el BCP, a los 19 años.
¿Qué ha hecho que no te muevas a otra industria?
Aunque he recibido propuestas para hacerlo, siento que he encontrado el equilibrio entre lo que me apasiona y lo que me da la posibilidad de seguir aprendiendo y creciendo. Mis proyectos son tan variados que hoy puedo aprender sobre una industria, un mercado o un país, y mañana puedo ver un tema regulatorio o tecnológico completamente distinto. Esto me permite expandir mi conocimiento y regula mi inquietud de querer moverme a otra industria, porque realmente me siento muy a gusto con ese dinamismo.
¿Qué haces en tus tiempos libres?
Me gusta mucho cuidar mi salud, practicar deporte y me encanta cocinar. En Chile, donde valoran bastante la comida peruana, la cocina se ha convertido en uno de mis pasatiempos más relajantes. Cuando tengo días cansados o abrumadores, me pongo a cocinar y me relajo, es un vehículo de distracción para mí. También me gusta viajar, he tenido la oportunidad de visitar más de 40 países y tengo un gran interés por los idiomas. Hablo español como lengua nativa, inglés y aprendí portugués. Este año espero retomar el italiano. Trato de mantenerme actualizado año a año, ya sea que estudie un idioma nuevo o hago algún diplomado. Como viajo con frecuencia, siempre encuentro el motivo perfecto para practicar los idiomas que aprendo en los países que visito.
Para finalizar, ¿cómo fue tu experiencia en la Universidad de Lima?
Para mí, la carrera elegida y la Universidad fueron el match perfecto. No podría haber hecho mejores elecciones. Trabajo con profesionales de diversos países y, en ningún caso, me siento en desventaja. Todo lo contrario, atribuyo mi éxito, en buena parte, a la formación que recibí en la Universidad, a las herramientas que me brindó y al hecho de haber construido redes potentes. Tengo muchos amigos en grandes empresas y emprendimientos propios tanto en el Perú como en el extranjero. En resumen, mi experiencia en la Universidad de Lima fue muy gratificante.