La segunda generación se abre paso en el negocio

Desde chicos, los hermanos Raúl y Patricia Cánepa asistían a la planta de Cantol y ayudaban en la elaboración de productos de seguridad. Como adultos, tuvieron que atravesar muchos desafíos hasta tener la confianza de su padre, quien les cedió la posta en la gestión del negocio que él creó.

Patricia es gerente general y Raúl, CEO. Ellos se formaron profesionalmente en la Universidad de Lima. Patricia estudió primero Economía y después Administración, y Raúl, Ingeniería Industrial.

Juntos han modernizado la empresa, incorporado tecnología y creado nuevas áreas, además de enfrentar la competencia extranjera. Por sus esfuerzos, han sido galardonados como Líderes Empresariales del Cambio (LEC), premio anual organizado por EY Perú y El Comercio con apoyo de ASBANC, en la categoría de empresa grande.

¿Cómo fue su primer relacionamiento con Cantol, la empresa de su padre?
Patricia: Nosotros somos tres hermanos: Paola, Raúl y yo. Desde pequeños, mi papá nos hizo participar activamente en la empresa. Nuestros sábados solían transcurrir en Cantol, donde apoyábamos en la fabricación de los productos. Me encargaba de embolsar los accesorios de las cerraduras. Llegado el mediodía, nos íbamos al quiosco a tomar una gaseosa y a comer unas galletas de soda. Fue una época bonita.

Años más tarde, mi papá decidió viajar a España para visitar a mi hermana —que radicaba en ese país— y no tenía a quién dejar la empresa, así que me ofrecí a hacerme cargo. Por entonces, estaba entre el sexto y el séptimo ciclo de Economía en la Universidad de Lima, que fue la primera carrera que estudié en esta Casa de Estudios. Después, seguí la Carrera de Administración.

Raúl: Estudié Ingeniería Industrial en la Ulima, terminé en el 98-II y, antes de unirme a Cantol, realicé prácticas en Nettalco, una empresa textil. Luego, trabajé en Backus, Telefónica y el BCP, después de lo cual me fui al extranjero a estudiar inglés. Al volver, con los años que tenía Patricia en la empresa y por los resultados obtenidos, se abrió paso a la segunda generación, y yo entré a apoyar. Poco a poco, obtuve más responsabilidades, pequeñas al principio, pero significativas para mí.

¿Cómo fue la transición que los llevó a asumir el liderazgo de la empresa?
Raúl: Ciertamente, luchamos con Patricia por una oportunidad. Fue difícil, pero logramos generar la confianza de nuestro padre, que era también nuestro empleador. En nuestro caso, no había sucesión ni protocolos familiares, los almuerzos del domingo eran nuestro consejo de familia, reunión de directorio, junta de accionistas, etcétera. Nos ordenamos poco a poco y llevamos a cabo cambios en la empresa. 

Paola también se sumó, pero con Patricia ya llevamos más de veinte años trabajando juntos. Comenzamos a crear nuevas áreas, ya que inicialmente solo estaban mi papá, los obreros, un contador y una secretaria. La venta se daba a través de las páginas amarillas de la guía telefónica y no había vendedores. Hemos aprendido mucho en este proceso.

¿Por qué áreas han pasado?
Raúl: Con Patricia, hemos pasado por todas las áreas: Almacén, Despacho, Ventas, entre otras. Actuábamos como gerentes de recursos humanos, comerciales, etcétera, y cambiábamos de rol constantemente. A medida que la empresa creció, incorporamos profesionales y confiamos en su experiencia y conocimiento. Aprendimos a delegar.

¿Cuál es el cambio más significativo que recuerdan haber realizado?
Raúl: Uno de los cambios más importantes fue la incorporación de nuevas maquinarias y tecnología al proceso productivo, especialmente alrededor del año 2000, cuando se abrieron las puertas a las importaciones. La competencia que se generó con la llegada de productos chinos nos llevó a evolucionar. En el 2003, viajé a Taiwán para conseguir proveedores de maquinaria. Esto marcó un gran cambio que fue respaldado por Patricia, quien manejaba la parte financiera y evaluaba estas inversiones. 

Iniciamos la modernización del proceso productivo, lo que implicó inducciones, capacitaciones y mantenimientos autónomos para adaptarnos a la nueva tecnología. Luego, decidimos ampliar el catálogo de productos, porque reconocimos que, como fabricantes, estábamos limitados. Optamos por productos de mayor volumen y margen, principalmente importados de China, tras identificar proveedores con un ADN similar al nuestro, centrados en la calidad y el cuidado de la marca. Patricia desempeñó un papel clave en esta expansión. Yo me desarrollé más en la planta, enfocado en las operaciones.

Patricia: Recuerdo que en esos años el desarrollo de habilidades blandas no era tan fuerte a nivel industrial, y nuestro ingreso marcó un cambio en la estructura organizativa y en la necesidad de ser mejores líderes. La mejora continua es crucial debido al constante crecimiento de la empresa. Aprendimos sobre organización y formalización. Aportamos herramientas de control y gestión a una empresa que, a pesar de tener un orden determinado, necesitaba una mayor regularización. Implementamos sistemas de información y avanzamos en la profesionalización del equipo. Creemos que, a lo largo de distintas etapas, nuestro aporte fue fundamental en la organización, la formalización y la gestión inicial del negocio.

¿Cuál es el mayor reto que han tenido que superar?
Patricia: Hemos atravesado muchos retos, sobre todo, el de adaptarnos y trabajar con mi padre. Fue un proceso complejo, pero contamos con la asesoría y la ayuda de personas preparadas. Hemos evolucionado y aprendido sobre la formalización de una empresa familiar, y contamos con un protocolo y un directorio externo que nos asesora para la toma de decisiones importantes. 

¿De qué tipo son sus clientes principales?
Patricia: Nuestros clientes principales hoy en día son las ferreterías tradicionales: más de 2500 ferreterías. También, trabajamos con el canal moderno. Estamos en Promart, Sodimac y Maestro, y llegamos al constructor y a la empresa. Incluso, tenemos un canal que llega al B2B y a nuestros distribuidores en el exterior.

¿Cómo ven el futuro?
Patricia: Tenemos muchas expectativas. Queremos reforzar la marca consolidada en el Perú. Apuntamos a generar al menos 150 nuevas posiciones en ferreterías y centros ferreteros en el canal tradicional en el país. Además, ya exportamos a Ecuador y Bolivia, y nos proponemos crecer en el extranjero, principalmente, en estos mercados.

Para terminar, ¿cómo les fue en la Universidad de Lima?
Patricia: Para mí, fue muy gratificante seguir la Carrera de Administración. Mientras estudiaba, trabajaba en la empresa, y eso enriqueció mi proceso de aprendizaje, porque aplicaba los conocimientos de cada clase. Si aprendíamos de costos, también veía ese tema en la empresa. Si hablábamos de contabilidad, ocurría lo mismo. Fue muy agradable mi paso por la Universidad de Lima.

Raúl: En mi caso, también aplicaba en esta empresa todo lo que aprendía en las clases. Cada vez que tratábamos temas como mecánica de materiales o termodinámica, siempre tenía algo con que asociarlo. Mi carrera de Ingeniería Industrial fue muy buena para mí. Además, me gusta mucho lo que hago, disfruto mi trabajo y lo hacía desde que era estudiante, gracias a que vi cómo se aplicaba todo lo que aprendía. Me siento orgulloso de mi carrera y de mi Universidad.