La arquitectura comercial y el reto a la creatividad

Daniela Reaño está trazando su camino como arquitecta. Desde que estudiaba en la Universidad de Lima, aprendió a admirar las obras de Zaha Hadid y Le Corbusier, entre otros grandes. Hoy se desempeña como arquitecta retail en el Open Plaza, trabajo por el cual viaja a distintos locales ubicados en provincias, donde observa las necesidades que se presentan y efectúa una propuesta de mejora.

¿Cuáles son tus funciones como arquitecta en el Open Plaza?
Soy arquitecta retail junior. En el departamento donde trabajo nos encargamos de aprobar los proyectos que ingresan al centro comercial. Vemos proyectos de todo tamaño, como los carritos de feria, los locales y hasta las máquinas de juego. Todo locatario que ingresa al centro comercial pasa por la aprobación del equipo de Arquitectura y tiene que respetar los lineamientos arquitectónicos del centro comercial, a fin de que todo se vea bien y todo esté alineado con el estilo del centro comercial. Llevamos a cabo este trabajo en los once locales del Open Plaza que hay en el Perú. 

¿Eso implica que viajas a provincias?
Sí, precisamente eso es lo divertido e interesante. Hace poco estuve en Pucallpa y me pareció una gran experiencia. Aparte de poder conocer un poco más el Perú, aprendo mucho sobre el ámbito retail y cómo se desarrolla en todo en el país. 

¿Qué haces cuando llegas a un local?
Ahora que recién ha comenzado, voy a conocer el centro comercial. Pero la idea es que, después de cada visita, presente un informe. Este debe contener los proyectos o mejoras que se piensan realizar dentro del centro comercial. Tomamos fotos y luego presentamos propuestas. Si se aprueban, se ejecutan. Actualmente, lidero un proyecto en el Open situado en la avenida La Marina. Es un proyecto pequeño en el área de ingreso, pero es algo nuevo para mí y por eso mismo lo considero un logro. Es la primera vez que lidero un proyecto.

¿A qué le llaman arquitecta retail?
Básicamente, se trata de la actividad que realizamos; un arquitecto retail se desenvuelve en el ámbito del retail, tiene un enfoque comercial y los proyectos que aprobamos son de locatarios de marcas conocidas. 

Programan cosas que van a quedar permanentemente y otras que son temporales, ¿verdad?
Correcto. Los locales siempre firman contratos largos, de varios años. Los módulos permanecen dos años aproximadamente, y, en el caso de las ferias, suelen quedarse de tres a seis meses. Por otra parte, las ferias inmobiliarias o de Navidad se quedan por un mes.

En el tiempo que llevas en este trabajo, ¿qué cosas has aprendido o qué cosas te han impresionado?
En realidad, me ha gustado mucho conocer el mundo del retail. Es interesante ver el otro lado del centro comercial. Estamos acostumbrados a observar las tiendas como clientes y no nos enteramos de todo el trabajo que hay detrás, de todo lo que pasa en una tienda o en un módulo o con una marca. Es interesante ver cómo ingresa a un centro comercial una marca, y todas las coordinaciones previas que se realizan, cómo funciona un centro comercial, en general.

¿Cuál fue tu anterior experiencia laboral?
Hice prácticas durante tres meses en Cosapi. En ese entonces, me inclinaba por la construcción, por eso quise saber cómo era trabajar en una constructora. Aprendí mucho, sin duda, pero me di cuenta de que prefería desarrollarme en otros ámbitos. Después estuve en Trialta, donde yo era parte del equipo que hacía el diseño. En Open Plaza es diferente, yo apruebo el diseño. En Trialta, además, participaba en el diseño de la tienda. Ese es un campo que me gusta mucho. El diseño de las tiendas incluye planear cómo se van a colocar los productos, cómo será la iluminación, las decoraciones que deben ir de acuerdo con la marca. Todo, en realidad, debe estar muy relacionado con el tema de la marca. 

¿A qué arquitecto admiras?
Admiro a Zaha Hadid. Sus proyectos son innovadores y sorprendentes, me gusta mucho seguir sus trabajos. Pero, por otro lado, el arquitecto que más ha marcado mi etapa universitaria es Le Corbusier. Recuerdo que, en tercer ciclo, me tocó reproducir en maqueta la Villa Savoye, una obra destacada de Le Corbusier. Me encantó ese trabajo, me permitió conocer mucho más de él. 

Actualmente, ¿se siguen haciendo maquetas o se trabaja todo en 3D?
Se trabaja más en 3D, pero la maqueta es fundamental, porque te permite ver el proyecto desde todos los ángulos, tocar las partes, sacar una pared y ubicarla en otro lugar. Por supuesto, la tecnología da muchas herramientas que permiten hacer cosas increíbles. Pero las maquetas nunca pasarán de moda.

¿Por qué decidiste estudiar Arquitectura?
Recuerdo que, mientras estaba en el colegio, yo estaba muy segura de que quería estudiar Comunicación, pero cuando me mandaron a hacer un trabajo sobre la carrera que yo había elegido estudiar, me di cuenta de que no era lo que yo quería hacer en la vida. Luego, al escuchar las exposiciones de mis compañeros, despertó mi interés por la arquitectura y me puse investigar al respecto. Vine al Open Ulima y participé en una actividad para jóvenes que iban a estudiar esta carrera, y ahí terminó de interesarme. Se trataba de hacer cosas, no de estar sentado frente a una computadora. Fue por eso que decidí estudiar Arquitectura, y no me equivoqué, me gustó mucho mi carrera, desde el principio hasta el final.

¿Qué es lo que más llamó tu atención de tu carrera?
Toda la carrera me gustó mucho. A diferencia de otras, en Arquitectura los estudiantes siempre están haciendo cosas, hacemos muchos trabajos manuales. En Arquitectura interviene mucho el gusto, aunque hay cosas que son de normativa, como el tamaño de la puerta, las alturas de los techos, etcétera. Todos tenemos que respetar esas normas, pero fuera de eso hay una estética que uno debe saber manejar.