Abdías Calderón es ingeniero industrial por la Universidad de Lima y actualmente se desempeña como líder del equipo de Supply Chain en PepsiCo Ecuador. Su labor consiste en asegurar que la operación funcione de manera eficiente y en garantizar que los clientes reciban un servicio óptimo. Tiene la convicción de que todo profesional debe actualizarse constantemente, así como adaptarse a las tendencias tecnológicas.
Actualmente, trabajas en PepsiCo Ecuador. ¿Habías estado antes en la misma empresa en el Perú?
Sí. Mi relación con esta empresa viene desde el 2014. Ingresé como pasante a través de la bolsa de trabajo de la Universidad de Lima. Me animó el hecho de que era una empresa grande, y quería ver cómo funcionaba todo. No era mi primera práctica, era la tercera. En PepsiCo, se trabaja por objetivos, de manera que yo podía acompañar mis estudios con las prácticas. Me quedé ahí hasta el 2017; luego pasé a NGR, del Grupo Intercorp. En el 2020, durante la pandemia, regresé a PepsiCo y estuve a cargo de la administración de sucursales. Más adelante, me ofrecieron ir a Ecuador, donde a partir de agosto del 2022, lidero el equipo de Supply Chain para PepsiCo Ecuador.
¿Cómo te has adaptado a la cultura en ese país?
Aunque la cultura empresarial es la misma, el proceso de adaptación siempre es un desafío. Pero he recibido el acompañamiento y el seguimiento necesarios para mejorar día a día. El actual gerente de Supply Chain en el Perú tuvo una temporada en Ecuador y luego regresó al Perú. En esta empresa, la idea es tener personas de diferentes nacionalidades que lideren los equipos en distintos países.
¿En qué consiste el trabajo que realizas?
Mi equipo se encarga de asegurar que la operación funcione al 100 %, muy de la mano con todas las áreas, a fin de que el cliente reciba un óptimo servicio. Organizamos el transporte y el almacenaje en Quito y Guayaquil, y vemos el tema de servicio al cliente, que PepsiCo ha desarrollado en toda la región con mucho énfasis en el acercamiento a los clientes y en el cuidado de cada uno de los detalles. Tenemos nuestro almacén de materia prima, vinculado con el área de planificación de abastecimiento y liderado por una persona con cargo regional, y nosotros tenemos que estar pendientes de las recepciones y del abastecimiento.
Asimismo, nuestro plan de producción, que también se organiza regionalmente, se ejecuta en coordinación directa con mi equipo. El objetivo es tener siempre el producto suficiente para atender a cada uno de nuestros clientes. Igualmente, nuestros almacenes deben funcionar con las mejores condiciones de almacenamiento y de manufactura. En el caso de la planta, también nos aseguramos de mantener la calidad de nuestro producto y de entregarlo en perfectas condiciones. Del mismo modo, el equipo de servicio al cliente consolida toda la información y da la cara al equipo comercial, tanto en el canal tradicional como en el moderno, con el fin de mejorar la organización.
¿Cómo calificarías el trabajo que llevas a cabo para que todo esto que has mencionado se realice en óptimas condiciones?
Hoy en día, en Ecuador, tenemos el orgullo de contar con el mejor fill rate o nivel de servicio en Latinoamérica para PepsiCo. Eso nos indica que estamos haciendo las cosas bien. Todavía hay mucho más por hacer, pero mantenemos muy buenos índices y esto lo vemos reflejado en nuestro trabajo.
¿En qué empresas has trabajado antes y qué función cumplías en cada una de ellas?
Comencé a hacer prácticas a principios del 2013 en Industrias Elicar, del sector industrial metalmecánico. Ahí, puse en práctica todo lo que había aprendido en la Universidad. Luego, pasé a Consorcio Transandino, una empresa un poco más grande dedicada al rubro textil, donde estuve un año. También conseguí esta oportunidad a través de la bolsa de trabajo de la Universidad de Lima. Después, me desempeñé en NGR Restaurants, entre la primera vez que estuve en PepsiCo y esta última vez. Todas estas experiencias me ayudaron a entender y aplicar lo que había aprendido en la Ulima, sobre todo en lo que concierne a presentaciones, que deben ser cortas, concisas y muy informativas. A mediados del 2014, di el salto a una empresa más grande, nuevamente a través de la bolsa de trabajo de la Universidad. Fue entonces cuando inicié mi travesía con PepsiCo.
¿Qué hacías en NGR?
Ahí estuve como jefe de Planeamiento Logístico. NGR es una retail de restaurantes que en ese momento tenía más de 250 negocios, que incluyen marcas como Bembos, China Wok, Papa Johns, Popeyes y Dunkin Donuts. Fue un gran desafío, ya que había muchas sucursales que atender. Afortunadamente, tenía un equipo de trabajo profesional que me ayudó mucho a madurar y adquirir habilidades blandas, así como a consolidar todo lo que había aprendido a lo largo de mi carrera. Como líder y jefe de área, comprendí el negocio desde otras perspectivas, como el frente financiero, el de recursos humanos, el de operaciones y el comercial. Esta experiencia amplió mi perspectiva y me dio la posibilidad de observar cómo se hacen las cosas en otros países de América Latina para traer esas mejores prácticas a la región andina.
¿Qué les aconsejarías a los jóvenes que piensan dedicarse al campo de la logística?
Algo fundamental es actualizarse constantemente y estar al tanto de las tendencias del mercado. Durante mi época universitaria, estudiábamos la era de la industria 3.0 y nos adentrábamos en la 4.0. Ahora, el mundo tecnológico se acelera con la industria 4.0 y 5.0, y ya exploramos cómo adaptar la inteligencia artificial para mejorar nuestros procesos. En PepsiCo, el equipo de IT ya trabaja con inteligencia artificial en ciertas aplicaciones.
Finalmente, ¿cómo te fue en la Universidad de Lima y qué opinas de tu carrera?
Mi experiencia en la Universidad de Lima fue muy buena. Desde el primer año, aprendí una variedad de materias, aunque al principio, en algunos casos, no comprendía su aplicación en mi carrera profesional. Con el tiempo, sin embargo, me di cuenta de la importancia de esos cursos y de su impacto en mi desarrollo. A los jóvenes que estudian actualmente les diría que tengan en cuenta que probablemente tomarán algunos cursos cuyo propósito no entenderán de inmediato, pero con el tiempo encontrarán su relevancia. A mí me gustó mucho ver la pasión de los catedráticos que me enseñaron desde historia del Perú hasta cálculo y química. Tuve profesores exigentes que me marcaron, y eso me hizo comprender que se trata de aprender y de crecer. La Universidad de Lima me brindó un apoyo invaluable, y su bolsa de trabajo es excelente. No me equivoqué al elegir dónde estudiar.