Álvaro Porturas, CFO de Statkraft Perú, destaca la evolución del mercado de energía renovable en nuestro país y el mundo, y describe las oportunidades y riesgos en el sector, sobre todo a partir de la mayor demanda energética que se espera en el futuro. También, resalta las oportunidades que se generan para nuestro país por ser un reconocido productor de cobre, mineral que tiene gran importancia para la producción de energía renovable.
Además, Porturas comparte sus experiencias previas en banca y otras industrias, así como sus vivencias durante sus estudios de Economía en la Universidad de Lima, donde vivió una de las mejores etapas de su vida. Él comentará su experiencia laboral en el conversatorio Economistas Ulima. Compartiendo experiencias. Pasión por lo que haces, el 7 de mayo en nuestra Casa de Estudios.
¿Cuáles son tus responsabilidades y retos como CFO en Statkraft Perú?
Como CFO, estoy a cargo de las áreas de Tesorería, Contabilidad e Impuestos, Reporte y Performance Financiero, Estrategia y Compras. Básicamente, con el apoyo de mis áreas, me encargo de presentar los estados financieros de la compañía y elaborar el presupuesto anual, la valorización de la empresa y las revisiones financieras mensuales con la alta gerencia. También, me ocupo de manejar el proceso de compras, de apoyar los proyectos de crecimiento desde la perspectiva financiera y contable, y de definir conjuntamente con el equipo gerencial la estrategia de la compañía, alineada a la de la casa matriz.
Con tu experiencia en una empresa grande generadora de energía, ¿podrías comentar cómo aprecias el mercado actual de energía renovable en el Perú, sobre todo en comparación con los de países desarrollados?
En el Perú, contamos con abundante gas natural, lo que permite que una parte importante de la matriz de generación eléctrica en nuestro país sea térmica. El otro gran aportante a la matriz es la generación hídrica. Ambos representan aproximadamente el 94 % de la producción total. El restante lo compone la generación eólica o solar, y hay un pequeño porcentaje de diésel en situaciones muy puntuales. El objetivo es que, al año 2030, la participación de estas energías renovables alcance al menos un 15 %. Actualmente, hay algunos proyectos que desarrollan estas plantas eólicas o solares, pero su participación no es muy relevante.
En otras zonas, como en Europa, hay una migración masiva para cambiar la matriz de generación y hacerla más renovable con grandes inversiones en este campo. Esto se ha incrementado significativamente a partir de la invasión rusa a Ucrania, que ha llevado a que los países occidentales dejen de abastecerse de los hidrocarburos rusos (gas y petróleo) para migrar a soluciones renovables progresivamente. China es otro país que invierte mucho en estas tecnologías de generación no contaminante para cumplir con los acuerdos de reducción de gases de efecto invernadero.
¿Qué posibilidades ves en el sector y qué riesgos?
Desde mi perspectiva, el conflicto entre Rusia y Ucrania, y el sistema generado entre países occidentales y Rusia, que es uno de los principales proveedores de fuentes de energía —contaminante, pero útil—, ha hecho que los países occidentales migren masivamente hacia las nuevas fuentes de energía renovable. No solo los países occidentales, sino también los latinoamericanos. China y muchos otros tratan de que sus operaciones sean más sostenibles en el tiempo y amigables con el medioambiente. En ese contexto, ha sido necesario ver qué insumos requieren las nuevas tecnologías para que puedan construirse y resulta que uno de los más importantes se encuentra en el Perú en abundancia: el cobre. Por eso, este mineral ha subido tanto de precio y con eso es muy probable que, si las condiciones políticas son estables en nuestro país, lleguen más inversiones.
China tiene esta visión de largo plazo claramente identificada, y el puerto de Chancay le será útil para exportar cobre de las minas, que ya compró en el Perú para construir estas plantas. Pero China no solo construye plantas, también produce paneles solares, turbinas, aspas de molino, motores, es decir, insumos básicos para que las plantas se puedan construir en todo el mundo. China está a varios pasos adelante. En el caso específico de nuestro país, al llegar inversión para minería, habrá mayor demanda de energía. Las mineras son las empresas que más energía consumen, así que en el futuro se necesitará una oferta mucho mayor de este recurso. De momento, no se visualiza esto, por eso las inversiones aún están lentas.
¿En qué regiones geográficas o en qué tipos de energía renovable se centran las inversiones actualmente?
En el Perú, las inversiones en generación eólica se ubican principalmente en la costa norte, por las características climáticas (buenos vientos). En tanto, las inversiones en plantas solares se ubican en el sur y están vinculadas también a características climáticas (mayor radiación). Ambas condiciones determinan el factor de planta, que es clave para definir la rentabilidad de un proyecto.
¿Cuáles son los principales objetivos financieros y de sostenibilidad por los que te riges en la empresa donde trabajas?
La empresa se basa en cuatro objetivos de desarrollo sostenible (ODS), según los propuestos por la Organización de las Naciones Unidas: igualdad de género; vida de ecosistemas terrestres; trabajo decente y crecimiento económico; y, paz, justicia e instituciones sólidas. Asimismo, realizamos varias campañas de concientización (Día de la No Violencia contra la Mujer, “Mujeres que construyen” y “Conecta con el futuro”), eventos de sostenibilidad como la limpieza del cauce del río Rímac, y capacitación a proveedores en temas de compliance, ética en los negocios y respeto a los derechos humanos y diversidad.
En cuanto a la estrategia de sostenibilidad con las comunidades, esta se basa en tres ejes: infraestructura comunal, agroforestería, y educación y sensibilización. El objetivo financiero es mantener la operación de forma eficiente y alcanzar siempre márgenes iguales o mejores a los del año anterior. Al cierre del 2023, la compañía alcanzó un ebitda de USD 73 millones, aproximadamente, una cifra muy similar a la alcanzada en el 2022.
¿Qué habilidades pones en práctica para interpretar datos financieros complejos y realizar análisis de riesgo?
Lo más importante es tener una metodología de análisis. Hay que ver la situación de forma holística para entender los pros y los contras de tomar ciertas decisiones. Estas deben ser coordinadas previamente con el resto de áreas para que todos estén de acuerdo en que la decisión tomada sea la mejor.
Finanzas es una de las aristas en esta matriz de riesgos que mide el impacto de la decisión en materia de un porcentaje de la facturación anual. Siempre nos preparamos para manejar dos escenarios. Cuando nos envían informes o reportes financieros muy complejos de la casa matriz, solicitamos una reunión con el responsable para entender el modelo. Luego, lo trabajamos y, antes de emitir conclusiones, nos aseguramos de haberlo entendido correctamente. La clave es preguntar y preguntar hasta estar seguro de entender el modelo.
¿De qué manera han contribuido tus habilidades en planeamiento financiero y estratégico al desarrollo de las empresas en las que te has desempeñado profesionalmente?
Con base en mi experiencia, primero trato de escuchar las opiniones de las personas más entendidas para comprender los estados financieros y los flujos de caja de la compañía. En segundo lugar, considero la viabilidad de los retos u objetivos que los directores plantean para el corto y mediano plazo, y trato de aterrizar dichos objetivos en acciones que sean medibles.
¿Cómo ves la digitalización financiera en el campo profesional actualmente?
El mundo de hoy es digital. Lo vemos en las compras por marketplace, las cuentas bancarias que se abren desde una app en menos de dos minutos y los monederos electrónicos que usamos para pagar un helado en plena playa. Esto, llevado a las áreas financieras, ha significado un acelerado desarrollo de varias herramientas de gestión: implementar un ERP; definir las cuentas contables, los controles presupuestales, la facturación y los libros electrónicos; la sistematización de procesos de compra que registran la trazabilidad de las aprobaciones, los reportes (dashboard de control de indicadores de gestión); y, recientemente, el uso de un sistema que cuenta con su propio dashboard de control para las presentaciones trimestrales.
¿Cuáles son tus experiencias laborales anteriores?
Me inicié en el sector de banca. Estuve en Citibank y Scotiabank (antes, Sudamericano), en las áreas de negocios. Aprendí mucho, no solo de instrumentos financieros, sino de diversos comercios de forma integral, mientras identificaba las necesidades de estructura financiera de compañías en diversos sectores. Luego, estuve como gerente financiero en una empresa textil-exportadora por más de tres años. Ahí, aprendí que el mayor reto no siempre son las finanzas, sino manejar equipos de trabajo y hacer que todos estén alineados con los objetivos de la compañía. También, estuve como gerente de planeamiento financiero en una empresa del sector de construcción y retail. En el 2014, asumí el reto de pasarme a esta empresa de capitales noruegos, en la que nunca dejo de aprender cosas nuevas.
¿Qué te pareció estudiar tu carrera en la Universidad de Lima y, en general, cómo viviste la etapa universitaria?
Fue una de las mejores etapas de mi vida. Al principio, se le da mucho énfasis al aspecto social. Luego, tomas conciencia de que el tiempo pasa y la competencia en el mercado laboral o empresarial es muy alta, y te esfuerzas no solo para destacar en tus estudios, sino para orientarte hacia lo que quieres hacer al salir de la Universidad.