Joaquín Otero está en el negocio textil desde que estudiaba la Carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima. Hoy, es gerente general en Texcope, una importadora y comercializadora de hilos y fibras que se usan para la confección de ropa. Además, es director de la Cámara de Comercio de Lima y miembro del Comité de Sostenibilidad. Su actividad laboral lo tiene al día en el tema de sostenibilidad y manejo de desperdicios para la generación de telas recicladas. También se ocupa de generar las condiciones para que las empresas se desarrollen.
¿Toda tu experiencia profesional se ha desarrollado en Texcope?
Esta empresa la fundó mi padre en 1998, cuando yo estaba en el primer ciclo de la Universidad, y entré a trabajar como ejecutivo comercial en el 2002, a medio tiempo, mientras cursaba el último año de la Carrera. Aparte, en 1999, estuve en una fábrica de redes de pescar, e hice prácticas preprofesionales en Universal Textil.
¿Qué temas son un desafío para ti actualmente?
Con la pandemia y los paros, cada día se presentan nuevos desafíos. Pero, a mediano plazo, el reto está marcado por la inteligencia artificial, la cuarta revolución industrial y toda la transformación digital. Hemos tenido que actualizarnos y utilizar herramientas más avanzadas, porque el mundo exige ser más eficientes cada vez, y la única manera de lograrlo es con las herramientas adecuadas. Hace dos años, empezamos a trabajar con una herramienta de business intelligence y ahora hemos cambiado. Nosotros trabajamos con el SAP, pero ya pasamos a una nueva versión, que corre mucho más rápido en la nube y tiene una interfaz de conexión con las herramientas de inteligencia artificial. Es por ahí que debemos prepararnos para el futuro, porque la transformación digital no se da de un día para el otro, es un proceso. Si uno se queda atrás, agarrar el ritmo después es mucho más difícil; por eso, desde ahora estamos implementando todos esos cambios.
¿Texcope produce o importa?
El Perú no produce, no tiene industria petroquímica, nunca la desarrolló, entonces no produce ni poliéster ni nylon spandex. Nosotros vendemos materia prima sintética, la importamos y distribuimos.
¿Qué usos tiene?
Tiene diversos usos: desde ropa deportiva, rellenos, medias, buzos de colegio, uniformes, ropa interior, todo el rubro textil en general. Hay un consumo parejo. También atendemos a exportadores. Ellos a veces tienen una especificación muy clara para su exportación, suelen ser un poco más exigentes en la calidad de los productos.
¿A qué se debió el récord de facturación que tuvieron en el 2022?
El récord de facturación se dio, en gran parte, por la inflación. Los precios se han elevado y, afortunadamente, el mercado ha aceptado esa subida. Los productos sintéticos, como el poliéster, son derivados del petróleo; entonces, cuando el petróleo sube, también lo hace el poliéster. No en todos los rubros se puede trasladar el alza al consumidor, pero en el caso del poliéster, aunque se incremente el precio, sigue siendo más económico que el algodón.
¿Cómo asumen el hecho de que el negocio textil es uno de los que más desperdicios genera?
Uno de los grandes retos es, precisamente, ser una empresa ecoamigable. La industria textil no contamina mucho, pero sí genera desperdicios. Nosotros promovemos el consumo de material reciclado, que ayuda a reducir la contaminación. Comercializamos el poliéster reciclado a partir de las botellas de gaseosa. De hecho, la camiseta de fútbol del Perú que lanzó Adidas está hecha de material reciclado. Lamentablemente, se produjo en Colombia y no en el Perú, porque ese país está un poco más avanzado que nosotros en este tema. Como proveedores de materia prima, debemos trabajar más en la promoción, para que los fabricantes consuman este material reciclado y estén a la altura de lo que requiere el consumidor final.
Ser ecoamigable es cada vez más demandado por las empresas internacionales...
Casi todo lo reciclado que vendemos es para exportadores, porque en Europa y Estados Unidos, principalmente, son más conscientes del impacto de los desechos, y consumen bastante material reciclado. En nuestro país, recién estamos entrando en este tema. El hecho de que la camiseta de fútbol del Perú esté confeccionada con material reciclado es un primer paso. Poco a poco, las personas se preocupan más por el medio ambiente, sobre todo la nueva generación, que en este momento estudia en la universidad.
¿Producir este tipo de tela reciclada es más costoso? ¿Implica una nueva tecnología?
Es más costoso. Hay dos tipos de reciclado, uno que es de mala calidad, y estamos acostumbrados a éste, y el otro, que se hace ahora, un reciclado de la misma calidad que un material virgen, aunque termina siendo un poco más caro. La parte más costosa del proceso del reciclado es la recolección de las botellas. En otros países, hay una industria que se genera a partir de la recolección de las botellas. Aquí son muy pocas las municipalidades que tienen este servicio. Eso hace que sea caro conseguir las botellas, pero poco a poco la gente va tomando conciencia y hay varias organizaciones que promueven el manejo adecuado de los residuos.
¿Qué objetivo te has trazado para el futuro?
Queremos ser los líderes del cambio en la industria, aunque sabemos que será progresivo. Ya contamos con la certificación internacional GRS para comercializar productos reciclados. También vemos otro tipo de innovaciones. El rubro textil innova con mucha frecuencia, porque nadie se compra la misma camisa dos veces. Siempre estamos innovando y buscando cosas nuevas. La empresa textil que no innova se vuelve obsoleta. No es como en otras industrias, como en los restaurantes, por ejemplo, donde uno puede repetir el plato. Nosotros buscamos siempre la innovación y tratamos de estar alineados con las tendencias internacionales, porque si un fabricante local no tiene lo que el consumidor quiere, si no saca al mercado lo que el consumidor busca, éste va a comprar ropa importada. Eso es más o menos lo que pasa con el reciclado. Nosotros recién estamos empezando.
¿Qué posición tiene Texcope en el mercado nacional?
Somos los líderes en nuestro rubro.
También tienes un cargo en la Cámara de Comercio de Lima...
Sí, soy director de la Cámara de Comercio de Lima desde el año 2021, y también soy miembro del Comité de Sostenibilidad, donde justamente tratamos este tema del impacto de las empresas en el medio ambiente y cómo evolucionar para ser sostenibles y adecuarnos a la demanda del mercado. Básicamente, la labor de la Cámara de Comercio es explicarle al Gobierno, de una manera sustentada y técnica, qué se requiere para apoyar a las empresas. En el Perú hay muy poco empleo formal, justamente porque hay muy pocas empresas formales. En la Cámara de Comercio tratamos de aumentar la cantidad de empresas formales que hay en el país. Ése es uno de los objetivos, para lo cual se necesita el apoyo del Gobierno, indudablemente. La labor de la Cámara de Comercio es tratar de hacer caminos para que las empresas se desarrollen y surjan más empresas.
En ese sentido, ¿qué logros podrías mencionar de la Cámara de Comercio de Lima?
Por ejemplo, la Cámara de Comercio fue uno de los líderes de la factura electrónica, porque es algo que genera eficiencia a las empresas, además de tener un fin ecoamigable y ayudar a que la Sunat pueda fiscalizar mejor. Ahora, trabajamos en otro problema: cada municipalidad en Lima tiene un reglamento distinto. Una empresa de tiendas por departamentos, un supermercado o un restaurante tienen que configurar su local de una manera determinada en cada distrito. Eso es un dolor de cabeza para alguien que quiera hacer 40 tiendas en varios distritos. Estamos tratando de lograr que se estandaricen los reglamentos en todo Lima. Este tipo de cosas ayuda a que las empresas sean más eficientes y no pierdan tiempo. Al final, lo único que genera el desorden es más informalidad, porque un informal no tiene que cumplir nada, para él es más fácil hacer su tienda informal en cualquier sitio.
Por otro lado, ¿qué haces en tu tiempo libre?
Me gusta practicar deportes marinos. Hago vela desde hace más de 20 años. He llegado hasta las islas Galápagos en un bote. Este deporte te desconecta totalmente; creo que en el mundo que vivimos hoy, estar lejos y sin señal de internet en algún momento es un disfrute.
¿Cómo fue tu experiencia en la Universidad de Lima?
Ingeniería Industrial es una carrera muy completa, en la que aprendes bastantes cosas. Luego hay que seguir estudiando y especializándose. Yo hice un MBA de doble grado y constantemente me capacito. He llevado cursos de finanzas, de marketing, de comercial, de programación de business intelligence, porque el mundo cambia muy rápido y es fácil desactualizarse. Hay que ver la carrera universitaria como un primer paso y seguir capacitándose para avanzar. La época universitaria fue muy bonita para mí, a veces estudiábamos hasta la madrugada con un grupo de amigos. Tuve una experiencia muy buena en la Universidad de Lima.