Motivación para el deporte

Dante Nieri Romero, graduado de la Facultad de Psicología de la Universidad de Lima, escogió un camino que pocos habían recorrido antes y decidió enfocarse en la psicología del deporte. Ha realizado una especialización en Psicología Aplicada al Fútbol y otra en Evaluación Psicodeportológica, además de seguir un doctorado en Psicología de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, España. Asimismo, es uno de los fundadores del Centro de Orientación Deportiva y, como parte de su experiencia profesional, se ha desempeñado como coordinador de deportes del colegio Trener y en el Club Deportivo Universidad San Martín de Porres como coordinador del departamento de psicología de las divisiones menores. Actualmente trabaja de modo independiente brindando terapia a deportistas, además de dedicarse a la docencia.

¿Cómo nace la idea de fundar el Centro de Orientación Deportiva?
La idea del Centro de Orientación Deportiva surge cuando egreso de la Universidad. El rubro de la psicología deportiva me interesaba y no había un espacio que me permitiera dedicarme a él, así que se me ocurrió generar mi propio trabajo y crear una consultora de psicología del deporte. La fundé con quien había sido mi profesor del electivo de Psicología del Deporte en la Universidad de Lima, Leopoldo Caravedo, y con un amigo de la Facultad de Psicología, Rodrigo Hudtwalcker. Con el tiempo, yo fui profundizando un poco más en el tema y ellos se enfocaron en otras ocupaciones. Quedé solo al frente de la empresa, y por eso actualmente se puede decir que ese proyecto se encuentra en espera. Continúo con el Centro de Orientación Deportiva, tengo la marca, pero ahora trabajo a modo personal brindando terapia a deportistas y particulares. Sin embargo, conozco a algunos muchachos que están interesados en el tema y con ellos podremos relanzar la consultora cuando culminen sus estudios.

¿Cuáles son las particularidades de esta rama, qué servicios se ofrecen dentro de ella?
Se brinda asesoría. Básicamente, lo que desea el deportista es mejorar su rendimiento desde lo mental, así que en cada caso es necesario tener muy en claro el motivo de la consulta. Dentro de esa línea se asesora al deportista, a la familia, al comando técnico, a la comunidad deportiva. Pero, aunque el ideal es trabajar con todos ellos, al final uno debe arreglárselas con lo que se encuentra disponible. Existen los que buscan una atención constante, pues ya son profesionales o con miras a ser profesionales, siempre apuntando a ubicarse, desde lo mental, en el nivel más alto. Sin embargo, también están los que acuden a mí por motivos de consulta más puntuales: problemas de motivación o problemas de ansiedad en una situación específica de competencia, es decir, temas más breves.

¿Cuáles son los problemas más comunes en el deportista peruano?
En general, creo que la ansiedad vinculada a las competencias, el manejo y control de los pensamientos negativos, el dolor de las derrotas, qué perspectivas o qué línea de pensamiento se generan en función de los resultados y cómo los interpreta la persona. También situaciones de vida, coyunturales, personales, familiares. No desde un enfoque clínico, porque de ser el caso el psicólogo del deporte tendría que derivarlo a un psicoterapeuta, así el propio psicólogo deportivo sea psicoterapeuta, ya que se trata de encuadres y enfoques de trabajo diferentes. El psicólogo del deporte lleva a cabo un manejo más cercano, desarrolla una mezcla entre psicólogo educativo, social y clínico.

¿Es importante que se tome conciencia de que los deportistas no solo requieren de una preparación física sino también mental?
Claro, porque una de las grandes resistencias consiste en que se continúa asociando al psicólogo con un loquero, entonces mucha gente evita buscar sus servicios. Cuando, como te decía, de lo que estamos hablando en realidad es de temas de rendimiento, de motivación, de control de los pensamientos, manejo de estrés y ansiedad, autoconfianza, etcétera. Diferentes elementos que finalmente afectan el desempeño del deportista. Esa es la línea del trabajo. Por supuesto que se presentan patologías, sin embargo esos casos deberán derivarse a otros especialistas.

¿Cuál es la proyección de la psicología deportiva como campo de estudio? ¿Representa una opción atractiva para los estudiantes de psicología?
Considero que la rama de la psicología deportiva está creciendo, pero hay que mostrar paciencia y perseverancia. Además, su crecimiento va a permitir que el deporte peruano evolucione. No podemos ser los mejores en psicología del deporte si el deporte en sí no se encuentra lo suficientemente desarrollado, así que se podría decir que esta área se encuentra estrechamente vinculada a la situación del deporte nacional. Asimismo, se trata de una opción interesante pero hay que contar con una adecuada preparación para no cometer errores, pues así no solo se perjudica uno mismo como persona sino también al área, ya que los demás considerarán que lo que hacemos no funciona o no muestra utilidad. Lo que veo es que en varias ocasiones las personas se desaniman, por eso cuando algunos jóvenes me comentan que están muy interesados en el tema, lo primero que hago es explicarles exactamente de qué se trata y comentarles que es un poco complicado, los resultados tardan e implica cierto riesgo. Pero poco a poco ese riesgo irá disminuyendo, porque iremos asfaltando un camino para las próximas generaciones.

¿En qué ámbitos profesionales se puede desempeñar un psicólogo deportivo y qué servicios puede brindar?
El campo es muy amplio, incluso existen áreas que todavía no se han explotado. Se puede trabajar en colegios, universidades, hospitales, capacitando. La psicología del deporte se conoce también como la psicología del rendimiento. Yo he visto, cuando estudiaba en el extranjero, gente que se dedicaba a capacitar bomberos, policías, individuos que participaban en actividades de alto estrés. Muchos también llevan a cabo capacitaciones en empresas a partir de ejemplos deportivos, estableciendo un paralelo con el deporte. Se puede trabajar desde lo pequeño, consultas particulares, hasta algo mucho más grande, como efectuar una propuesta de gobierno. Algo que debemos cambiar es que somos uno de los únicos países de Sudamérica que aún no crean una Asociación de Psicología del Deporte, que regularice, supervise y capacite a las personas que estén interesadas. Pero creo, por los chicos que conozco y están interesados en el tema, que en unos diez años ya podremos contar con un grupo muy atractivo.