18 de Febrero de 2021
Estudiantes Ulima ganaron el Torneo Nacional de Arbitraje
El equipo conformado por estudiantes de Derecho de la Universidad de Lima obtuvo el primer lugar en el II Torneo Nacional de Arbitraje. Este certamen fue organizado por APTA Perú y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Participaron más de 43 equipos de 10 regiones del Perú y un total de 21 universidades.
Los estudiantes Ulima se prepararon durante seis meses, con mucha responsabilidad y disciplina, y su esfuerzo les valió para obtener este logro. Marcial Gutiérrez Lúcar, abogado por la Universidad de Lima y jefe de prácticas en esta Casa de Estudios, fue el entrenador del equipo y ahora nos cuenta los pormenores del Torneo y de la preparación de los jóvenes.
¿Cuántos estudiantes conformaron el equipo Ulima y quiénes son?
En total, fueron siete estudiantes: Dayhanna Montero, María Fernanda Salinas Torrejón, Angie Silva Sánchez, Andrea Silva Alvarado, Ivana Velazco, Diana Chanllio Díaz y Eddy Torres. Ellos conforman el equipo ganador. El resultado obtenido nos da el derecho de ser la sede de la próxima edición del concurso a nivel latinoamericano. Además, las oradoras fueron María Fernanda Salinas y Dayhanna Montero. Ellas alcanzaron el tercer y cuarto puesto, respectivamente, en la categoría de mejor orador. De esta manera, la Universidad de Lima se posicionó como la universidad con más reconocimientos en toda la competencia.
¿Cómo fue la dinámica del torneo?
Los estudiantes se prepararon desde julio del año pasado. El torneo les planteó una primera etapa en la que entregaron dos documentos escritos. Luego tuvieron tres meses de preparación para las audiencias orales. Los organizadores nos presentaron un caso de ficción y, en función de ello, los concursantes prepararon su postura, tanto desde el lado del demandante como del demandado. El caso planteado fue sobre el incumplimiento de un contrato de concesión brindado por una autoridad pública a un privado. Los estudiantes se enfrentaron primero en rondas generales, donde asumieron tanto la postura de demandantes como la de demandados. Posteriormente, en las fases eliminatorias, les asignaron los roles mediante sorteo. Los oradores de cada equipo tenían quince minutos para exponer sus posturas. Pero en ese lapso los miembros del jurado, integrado por tres abogados con amplia experiencia, podían interrumpirlos para realizar preguntas. Por eso la preparación no se limitó a aprender un speech de memoria, sino que incluyó simulacros en los que los estudiantes contestaban preguntas y repreguntas, no solo en el ámbito jurídico, sino con las formalidades que corresponden a este tipo de competencia.
Aparte de la preparación del caso, ¿qué otros aspectos tuvieron en cuenta que fueron útiles para su presentación?
Además, es importante estar atentos a todos los comentarios del jurado y la postura de la contraparte, tener una buena expresión oral durante las audiencias y ser respetuosos. Si el orador del grupo, a cargo de la argumentación, no concuerda con una opinión del jurado, no necesita calificar la postura del tribunal, sino ofrecerle un argumento para dejar sentada su posición, demostrando implícitamente la falta de concordancia.
¿Así también funciona en la práctica profesional?
Exactamente. Este tipo de competencias te coloca en situaciones que suceden en la realidad. Son un excelente ejercicio de preparación para la vida laboral.
¿De qué manera se prepararon los alumnos Ulima para este torneo?
El caso que se plantea está diseñado para que ambas posturas tengan vacíos, de manera que todos los equipos van a tener un punto débil. La preparación que llevaron los estudiantes consistió en reforzar los puntos fuertes, que era donde debían lucirse con sus argumentos, y tratar de solidificar los puntos débiles. Ensayamos en condiciones similares a las del torneo para que los estudiantes tuvieran esa experiencia. Presentamos las posturas del lado del demandante y del demandado, practicamos con los oradores, reforzamos la estructura de su speech y les planteamos preguntas incómodas e hicimos interrupciones para que nuestras oradoras respondieran y luego retomasen su speech en el punto en que se habían quedado. La investigación fue realizada por todo el equipo. Si bien oradoras llevaron a cabo las exposiciones, trabajamos con todos.
¿Cuántas universidades participaron?
Se presentaron más de 43 equipos de 10 regiones del país, todos provenientes de 21 universidades. En la audiencia final le ganamos a la Universidad Privada del Norte; en la semifinal, a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; y en cuartos de final, a un equipo conformado por la Universidad ESAN, la Universidad del Pacífico y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
¿Quiénes conformaron el tribunal?
Estaba compuesto por el decano de Derecho la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, el doctor Víctor Toro Llanos; la doctora Elvira Martínez Coco, ubicada entre los diez mejores árbitros en el Perú; y el profesor y jurista español Jaime Rodríguez Arana.
¿Cómo se sienten los jóvenes con el resultado logrado?
Muy contentos, realmente, porque nos hemos enfrentado con universidades importantes y porque este es un trabajo de muchísimo tiempo, que se ha coronado con este galardón. Ello le da el derecho a la Universidad de Lima de ser sede de la próxima edición del concurso, que por primera vez incluirá a universidades peruanas como latinoamericanas.
¿Hubo mucha presión en la etapa oral del concurso?
Fue una etapa muy intensa. Todos pueden llegar muy bien preparados, pero los comentarios de los miembros del tribunal siempre permiten advertir puntos que no habían tomado en cuenta, así que no hay descanso entre las audiencias. Es necesario realizar ajustes. En nuestro caso, el sábado seis de febrero, aproximadamente a las siete de la noche, nos enteramos de que pasamos a la final del día siguiente, así que los chicos se quedaron hasta las cuatro de la mañana, preparándose para la audiencia y poniéndose en situaciones distintas, tratando de ver todas las aristas y reforzando sus argumentos. No es fácil esta etapa, principalmente porque tenemos poco tiempo para realizar todos los cambios necesarios, demanda mucho esfuerzo y concentración.