Negocio sobre ruedas

Los hermanos Fátima y Sebastián Goin encontraron una oportunidad de hacer negocio y dar trabajo en plena pandemia. Vieron la necesidad de las empresas de trasladar a su personal en condiciones de bioseguridad y ahora ofrecen ese servicio con conductores que antes hacían movilidad escolar.

Fátima estudió Administración y Sebastián Ingeniería Industrial. Los dos tuvieron una corta experiencia en el mundo corporativo y luego optaron por los negocios. Comenzaron con la venta de joyas, que aún se mantiene, luego con un sistema de carpool y ahora con el traslado de personal.

¿Con qué objetivo fundaron Driven?

Sebastián: Teníamos unos 20 o 21 años, estábamos en la Universidad y pensamos que era hora de generar impacto en la sociedad y ponernos a trabajar en ello. Nos abocamos a pensar en algo que fuera una molestia para la sociedad, y decidimos trabajar en tratar de aliviar el tráfico. Así, fundamos Driven.

Fátima: Al inicio fue un sistema de carpooling. Comenzamos en el distrito de La Molina. La idea era expandirnos, pero llegó la pandemia, y se estancó el sistema. La gente ya no necesitaba transportarse a sus oficinas.

¿Han llegado a participar en Primer Paso, el concurso de emprendimiento de la Universidad de Lima?

Sebastián: Sí, cuando nuestro negocio tenía tres meses. Llegamos a la final de Primer Paso. Eso nos motivó a seguir. Tras eso, hicimos una plataforma web que nosotros mismos programamos para viajes al sur, y funcionó bastante bien. Llegamos como a 300 usuarios y 50 viajes. Luego dimos el siguiente paso: creamos una aplicación. Intentamos que funcionara en La Molina, pero no funcionó y nos dimos un break para pensar qué estaba pasando. Después de un año o un año y medio, decidimos retomar el carpooling sin aplicación y sin web, solo por WhatsApp. Hacíamos el carpooling nosotros mismos, con nuestros carros. Recogíamos a los pasajeros y los llevábamos adonde se encontraba el conductor que hacía el servicio de traslado. Luego, esto fue creciendo y contratamos a otras personas para que hicieran este trabajo. Llegamos a 30 viajes diarios, y fueron 1.250 en total. Fuimos la única empresa que logró que el carpooling funcionara a este nivel. Estaremos regresando cuando las condiciones se normalicen.

Fátima: Luego vino la pandemia de COVID-19 y pensamos que surgiría una nueva demanda de transporte corporativo bioseguro. Al mismo tiempo, había un grupo de personas que se había quedado sin trabajo por la pandemia: las personas que hacen movilidad escolar. Entonces decidimos juntar estos dos grupos. Invitamos a las personas que brindaban este servicio a unirse en un grupo virtual, y tuvimos como 2.000 compartidos.

¿A cuántas personas reunieron?

Fátima: Llegamos a tener una base de datos de 1.000 unidades escolares que estaban dispuestas a hacer rutas corporativas.

Sebastián: Todos debidamente registrados y con todos los protocolos correctos para hacer este transporte bioseguro. Los orientamos para que tramitasen una autorización ATU para hacer transporte de personal.

¿Cómo se controla el tema de bioseguridad?

Fátima: Nos aseguramos de que todos tengan la mica que separa el conductor del pasajero. Todos tienen termómetro infrarrojo, alcohol en gel y una serie de requisitos indispensables que también nos pide la empresa para proteger a sus colaboradores. Actualmente trabajamos con Nestlé. Realizamos el servicio de transporte hacia tres centros de distribución y hasta la fábrica, con un servicio de logística integral, ya que este tipo de negocio trabaja con rotación diaria y semanal de operarios.

¿Recogen a los trabajadores desde sus casas o en avenidas principales?

Sebastián: Tenemos tres tipos de servicio. Uno es door to door o a domicilio, para las personas que viven más lejos. Los recogemos de Ventanilla, Jicamarca, etcétera. También nos acercamos un poco al domicilio, haciendo unos desvíos desde la troncal. Finalmente, está la ruta que va solo por la troncal.

¿Con cuántas empresas trabajan actualmente?

Fátima: Con Nestlé, que nos demanda bastante trabajo, pues trasladamos a 800 personas diariamente. Somos un equipo de ocho personas. Cinco de ellas dedicadas a controlar la logística. Tenemos a una persona especialmente dedicada a solicitar todos los datos al conductor, sus antecedentes penales y policiales, el certificado de la ATU, referencias, etcétera. De hecho, todo este tipo de cosas nos piden las empresas. Con nosotros, somos cinco integrantes de la Universidad de Lima en el equipo, dos de los cuales son practicantes.

Sebastián: Hemos contratado a un ejecutivo de ventas para obtener más clientes, y ya estamos por entrar a más empresas. Estamos muy contentos y agradecidos por las oportunidades que se vienen generando.

¿Con cuántas movilidades escolares trabajan?

Fátima: Eso es algo que nos llena de satisfacción, porque estamos brindando trabajo a 50 personas que hacían movilidad escolar y que ahora pueden trabajar con un sueldo fijo. No son trabajos esporádicos, cubren sus rutas a diario.

¿Cómo contactaron con ellos?

Sebastián: Nosotros teníamos en Facebook una fanpage de Driven Carpool. La redirigimos para hacer transporte de personal y lanzamos la oportunidad de empleo en esta red social. Pensamos que llegaría a 50 compartidos, pero al día siguiente vimos que se había compartido 2.000 veces.

¿Cómo establecieron el precio?

Sebastián: Eso fue interesante. Pusimos un precio sin saber si estaba bien o mal y resultó que nuestra tarifa era hasta 50 % más económica que la competencia. Esto debido a nuestro modelo de negocio, porque es una plataforma donde conectamos a conductores con pasajeros, con empresas, versus la empresa que compra unidades y tiene otros gastos. Nuestros conductores son independientes, como siempre lo han sido al realizar movilidad escolar.

Fátima: Es el modelo de economía colaborativa que manejamos lo que nos permite tener unos precios más competitivos. Por otro lado, hace poco realizamos encuestas a nuestros conductores y, con mucha satisfacción, podemos decir ahora que ellos están ganando más con nosotros que haciendo movilidad.

Aparte del precio, ¿hay otra ventaja que ofrece su sistema?

Sebastián: Somos una empresa de logística integral. La compañía que nos contrata no tiene que mover ni un dedo para que sus colaboradores lleguen al trabajo. Ellos simplemente nos dan sus direcciones, nos informan en qué turno están y nosotros hacemos todo lo demás: el mapeo de las rutas, buscamos las rutas más eficientes, formamos los grupos de WhatsApp con ubicaciones en tiempo real. Y siempre somos puntuales.

Fátima: Todo el tiempo, las rutas son monitoreadas por nuestros asistentes logísticos. También tenemos retenes, que son unidades auxiliares que cubren inmediatamente una ruta que otro conductor no pudo cubrir por algún imprevisto. Por otro lado, tenemos una gran capacidad de flota. No nos limitamos a las 15 o 20 vans que podría tener una empresa tradicional, nosotros tenemos trabajando ya 50 unidades y otras 150 listas para nuestro siguiente cliente. Somos el único punto de contacto con las empresas que nos contratan y con capacidad casi ilimitada para cubrir sus necesidades de transporte. Y nuestros conductores son personas responsables, acostumbradas al transporte de escolares, no nos han fallado en todo este tiempo.

¿Piensan que el negocio se va a mantener después de la pandemia?

Sebastián: Pienso que sí, pues nos han comentado que no solo ofrecemos un transporte seguro, sino que aumentamos la productividad de la misma fábrica, porque les damos una mejor calidad de viaje al colaborador versus un transporte público decadente e impredecible. Los trabajadores llegan a tiempo a la empresa, aumentando la disponibilidad de la fuerza laboral, y su tiempo de viaje es mucho menor.

¿Cómo ha sido el aprendizaje de las rutas por parte de los conductores?

Fátima: Nos aseguramos de que cada ruta que le damos a un conductor sea la ruta que ellos conocen por su trabajo de movilidad escolar. Si el conductor vive en Ventanilla, le damos Ventanilla; si conoce el Callao, porque trabajaba ahí, le damos esa zona. Por otro lado, estamos muy contentos, ya que actualmente tenemos más de 50.000 colaboradores transportados y hemos superado el millón de kilómetros recorridos.

¿A qué se dedicaban antes de hacer este negocio?

Fátima: Tenemos una tienda en línea de joyas y bisutería. Nos ha ido bastante bien. De hecho, ha sido nuestro sustento principal hasta antes del inicio de la pandemia. Se llama Goderi. Empezamos este negocio hace tres años, vendemos a través de Instagram. Fuimos una de las primeras tiendas en línea que hubo en Instagram. Tenemos más de 115.000 seguidores debido a nuestros esfuerzos en marketing digital enfocado en las redes sociales.

Sebastián: Pensamos llevar este negocio y Driven a otros países. Estamos pensando en Europa, donde sabemos que tiene bastante acogida la venta de joyas de plata y oro, así como el transporte compartido.

Fátima: Estamos iniciando el proyecto para hacer la expansión en unos meses a un mercado europeo, y vamos a empezar por Suiza, ya que mi hermano tiene esa nacionalidad y yo la estoy tramitando.

¿Qué venden en Goderi?

Fátima: Los collares personalizados son nuestro producto estrella, pues se han puesto de moda. Los hacemos en acero bañado en oro, por ser más accesible para la gente en cuanto a precio. Pero también los hacemos en plata de 9,25 o 9,50. Tenemos proveedores de primera calidad. Vendemos por delivery, la compra es online. Tenemos tres motorizados que reparten todo el día en Lima y también enviamos a provincia.

En lo personal ¿cómo se llevan en los negocios?

Fátima: Nos llevamos muy bien y optamos por ser emprendedores juntos como algo natural, ya que desde chicos siempre hemos hecho muchas cosas juntos. Salíamos al parque juntos a trepar árboles, corríamos tabla juntos, etcétera.

Sebastián: Además, Fátima es mi alumna. Yo soy cinturón negro en jiu-jitsu.

Es decir, tienen tiempo para el deporte también.

Fátima: Sebastián es campeón internacional. Tiene el cinturón negro, que es el rango más alto que hay.

Sebastián: Tuve mi propia academia por un tiempo y Fátima era mi alumna. Nos complementamos muy bien. Fátima es muy práctica y realista, y a mí me gusta sentarme a pensar qué podemos hacer a futuro.

¿Han tenido en algún momento la oportunidad de trabajar en una empresa?

Sebastián: Hemos sido practicantes en otras empresas. Yo estuve en el BBVA. Fátima tenía una muy buena línea de carrera. Todas las empresas querían contratarla.

Fátima: Pero decidimos dedicarnos cien por ciento a esto, porque era un proyecto que nos demandaba las 24 horas. Ese año, Driven nos demandaba mínimo seis horas de trabajo al día. Estamos muy contentos por haber tomado la decisión de emprender.

¿Qué les pareció estudiar en la Universidad de Lima?

Sebastián: Valoro mucho el hecho de que la Universidad nos enseña lo necesario para hacer una empresa y no solo seguir una línea de carrera corporativa.

Fátima: Yo he aprendido muchas cosas en mi Carrera. En Administración me enseñaron de marketing, recursos humanos, logística y otras materias que me sirven para administrar las empresas que hemos creado Sebastián y yo. Además, la Universidad te impulsa a emprender. Haber pasado por el concurso Primer Paso nos impulsó a realizar el proyecto, fue el primer paso verdaderamente. Quedamos finalistas y nos ayudó a ver que estábamos por buen camino.