Daniela Nicholson asume con pasión cada nuevo proyecto de branding que llega a sus manos. Disfruta al máximo la etapa de exploración de las ideas para, finalmente, condensarlo todo en una sola palabra, un logo, una etiqueta o un diseño web. Hace cinco años fundó su empresa, Sed. Ahí aplica todos los conocimientos que adquirió en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima, su experiencia y su filosofía de vida.
¿Cómo empezó tu empresa?
Siempre supe que quería mi propia empresa de comunicaciones, así que en el 2015 empecé como freelance y poco a poco fui sumando talento, en la medida en que el negocio fue mejorando y nos fuimos enfrentando a clientes más grandes. En ese proceso, buscaba potenciar mis habilidades con gente que se complementara conmigo o que hiciera las cosas mejor que yo. Actualmente somos siete en el equipo, dos de ellos comenzaron esta aventura conmigo, hace cuatro años. Estoy contenta con lo que hemos logrado, asumimos proyectos distintos cada vez.
¿Quiénes fueron tus primeros clientes?
Al principio eran muchos emprendedores. No he dejado de trabajar con ellos, pero ahora también lo hago con algunos bancos, empresas de consumo masivo, etcétera. De pronto me di cuenta de que ya no crecía por contactos, sino porque mi marca se ha vuelto conocida.
¿Qué rol cumples en Sed?
Soy directora creativa y gerente general. Por un lado, congrego al mejor talento posible y me ocupo de conseguir los clientes y, por otro, modelo y dirijo la creación y el desarrollo de las marcas. La parte conceptual se elabora junto con el equipo. Doy los inputs y participo en el proceso de diseño, pero este es un trabajo colaborativo y, mientras más variado sea el equipo, más rico el resultado.
¿Qué trabajos han sido especiales para ti a lo largo de estos cuatro años?
La inmobiliaria Armando Paredes es uno de ellos. La propia compañía creó el nombre, que es la chispa de la marca. Nosotros los hemos ayudado a hacer la página web, la identidad gráfica de la marca, los materiales de venta y los conceptos para vender los proyectos. Con este cliente hemos aprendido la necesidad de que las marcas tengan una personalidad y de conocerse a sí mismas. Armando Paredes es un buen ejemplo de que, si te ganas la confianza del cliente, puedes hacer cosas que te diferencien de la competencia. Aparte, hemos trabajado muy bien con Comunal, un espacio de coworking. Nosotros estábamos ahí al inicio, hasta que pudimos tener nuestro local propio. Con ellos trabajamos la marca desde cero, la identidad visual, el nombre y el logotipo. Es una marca cuyo crecimiento me da mucho gusto.
También le has dado servicios a Laboratoria, ¿verdad?
Sí. Laboratoria es una empresa social que se dio cuenta de que podía cambiarle la vida a la gente. Ellos querían romper con un paradigma: todos los programadores son hombres, o la mayoría de ellos. Vieron que había una oportunidad de educar a las mujeres a programar, y a eso se dedican. Ellos nos llamaron para reforzar la marca. Visualmente, la marca no era tan potente como las cosas que hacen, así que reforzamos la marca a nivel visual y le imprimimos dinamismo.
¿Cómo te sientes de haber atendido a marcas como las que has mencionado?
Todas las marcas son importantes para nosotros, sean grandes o pequeñas. Pero lo que tienen estas en común es su proyección internacional; es lindo trabajar para una marca peruana que logra tantas cosas. Atraer a personas hacia negocios tan interesantes es enriquecedor; eso es lo que más disfrutamos, ver que nuestro trabajo suma un grano de arena al negocio.
¿Cómo logras el éxito?
Nuestro trabajo consiste en acompañar a los clientes en su búsqueda sobre qué los hace diferentes y únicos, atractivos y relevantes para la gente, y en resumir en palabras o adjetivos aquello que representa su marca. El diseño gráfico es el resultado lógico de haber entendido a los usuarios de un producto junto con la empresa. Es muy importante entender eso primero. Luego, definitivamente, los mejores resultados se obtienen cuando tienes un cliente con quien trabajas codo a codo, eso nos permite generar una marca, una personalidad sostenible en el tiempo, que se conecta con sus clientes y es entretenida, atractiva. Aunque no siempre la marca se queda tal como la planeaste. Comunal, por ejemplo, antes era más pop y ahora es un poquito más seria, porque trata con empresas más grandes. Antes queríamos hablarle a la gente de libertad, pero en el camino nos dimos cuenta de que no le hablábamos al más libre, sino a aquel que quería hacer empresa, conectarse con su negocio en un espacio lindo, sin preocuparse de administrar un local.
¿En qué otros soportes trabajas aparte de la web?
En diferentes soportes. También hacemos empaques. Hemos hecho varios para la cerveza artesanal Candelaria, una marca inspirada en la peruanidad y de corte contemporáneo. Es bonito, porque se puede reinterpretar la peruanidad y hacer algo atractivo para gente joven, sobre todo ahora que hay un nuevo orgullo por cosas hechas por nosotros mismos. Es genial ver cómo, con una mirada más fresca de nuestros recursos, se puede crear una marca potente. Algunas personas compran la cerveza motivadas por el empaque, porque se sienten orgullosas de ser peruanas.
¿Qué dificultades se presentan en el proceso de creación?
Bueno, lo más difícil de comunicar es resumir. La gente no te presta atención si no eres claro y conciso. En una primera etapa del proceso, nosotros investigamos, sacamos todo para afuera; luego exprimimos ese resultado y nos quedamos con lo más valioso para la marca. Nuestro trabajo pasa por conocer a fondo los clientes para después condensar y quedarnos con algo para plasmar.
Cada vez hay más empresas de branding, como la tuya.
Ahora hay bastantes. En los últimos ocho años se ha crecido en esta rama, también porque hay más instituciones educativas que enseñan la carrera de diseño gráfico.
¿Qué características de tu personalidad has aprovechado para tu empresa?
Bueno, soy muy curiosa y eso es básico en el branding. También versátil para trabajar una idea y después otra totalmente distinta; eso indispensable, porque cada marca merece su propia personalidad, no que le imprimas la tuya, porque no somos artistas, somos comunicadores. Por otro lado, la disciplina y el hecho de saber que siempre lo puedes hacer mejor y no contentarte con un resultado. Otra característica es la persistencia y, además, hay algo en lo que estoy trabajando: aprender a escuchar. Por supuesto, es importantísimo saber armar un buen equipo y combatir el ego, ya que, si quieres hacer algo bueno y grande, no lo vas a hacer solo.
¿Qué valoras de la Universidad y de tu carrera?
Muchas cosas. Creo que estudiar Comunicación en la Universidad de Lima fue superimportante, porque me abrió todas las posibilidades. Si bien hoy trabajo en algo específico, aprender a investigar para generar un concepto es algo que aprendí en la Universidad y me sirve muchísimo, lo hice en diferentes cursos. Cuando eres más joven, tal vez no te das cuenta de la utilidad, algunos pueden pensar que es muy teórico, pero sin teoría no hay evolución del pensamiento. También tuve la influencia de muchos profesores que me abrieron ventanas a muchos temas.