07 de Agosto de 2024

Vocación por el derecho tributario

Su aspiración a contribuir con el desarrollo del Perú y su pasión por el derecho tributario llevaron a Arturo Patrón Reyes a especializarse en esta rama del derecho y a brindar soluciones integrales y actuales a sus clientes.

Actualmente, es abogado asociado en Zegarra LLC Abogados, una firma especializada en tributación con un enfoque innovador en el uso de tecnologías digitales. Arturo se formó profesionalmente en la Universidad de Lima y, antes de su trabajo actual, estuvo en Zuzunaga & Assereto Abogados. 

¿Cómo llegaste al estudio Zegarra LLC Abogados?
Antes de terminar la Carrera de Derecho en la Universidad de Lima, busqué un estudio para quedarme a trabajar un buen tiempo. Postulé a Zuzunaga & Assereto Abogados, donde estuve un año como practicante preprofesional. Luego, me convertí en practicante profesional; finalmente, me titulé mientras estaba ahí y pasé a ser abogado asociado. Ese año, surgió la posibilidad de formar parte del equipo que abría un nuevo estudio, Zegarra LLC Abogados, en el que participé como abogado sénior, un rol que me gusta mucho. Comenzamos a trabajar desde el primero de mayo. 

Este estudio de abogados es una boutique tributaria y tiene un enfoque bastante moderno. Somos una firma muy actualizada en el tema de tecnologías y netamente digitales. Aunque contamos con una oficina en San Isidro, trabajamos de manera remota, porque creemos que ese es el horizonte que debemos seguir. Incluso el Tribunal Fiscal se ha digitalizado. Por supuesto, mantenemos algunas reuniones en la oficina para intercambiar ideas o para llevar a cabo una planificación puntual.

¿Cuándo te especializaste en el tema tributario?
Desde que comencé a practicar, hace más o menos seis años. Actualmente, vemos distintas áreas del tema de tributación, como planificación, asesoramiento, prevención y defensa tributaria. Es importante que los miembros de la firma manejemos todos los temas, pero hay un cierto grado de especialización superior en un tema específico en cada integrante del estudio. En mi caso, tengo cierta tendencia hacia la defensa tributaria, ya sea ante entidades administrativas o ante el Poder Judicial. Es un área de mucha necesidad para las empresas, porque estas necesitan asesoría legal en temas tributarios y necesitan definir correctamente lo que deben tributar o, en algunos casos, defender su posición. Esa defensa tributaria se da en distintos niveles, y nosotros brindamos acompañamiento en todas las etapas.

¿Puedes mencionar un caso que refleje cómo es tu trabajo?
Un caso en el que trabajamos mucho en este momento es el de una compañía especializada en el sector minero. Hemos tenido un resultado muy favorable en relación con la dualidad de criterio, y hemos llegado hasta la Corte Suprema, en la que hemos tenido un pronunciamiento favorable. Esta entidad reconoce que, cuando la administración tributaria realiza un cambio de criterio de cara al contribuyente, no se le puede atribuir a este los intereses moratorios o las sanciones derivadas de esa modificación. Es decir, se admite que la administración tributaria puede tener un cambio, pero eso no quita que los contribuyentes hayan encaminado su primer actuar en función del primer criterio de la administración. Si como consecuencia de haber seguido esta primera interpretación, el contribuyente lleva a cabo una determinada conducta, no se le puede sancionar, ya que estaba amparado en un criterio que tuvo la administración tributaria hasta hace poco. Este criterio no había sido muy explorado en los tribunales, y consideramos que fue un fallo muy importante. Es casi uno de los primeros fallos que ha tenido la Corte Suprema en ese sentido.

¿Qué valoras más del trabajo que realizas actualmente?
Cuando ingresé a la Universidad de Lima y, hasta ahora, lo que siempre me ha marcado es un amor muy grande por el Perú. Soy muy optimista con todo lo relacionado con el desarrollo del país y pienso que ejercer esta carrera es una forma de contribuir al Estado de derecho, que no es otra cosa que lograr una buena convivencia entre todos los peruanos. 

Me parece que la tributación juega un rol crucial, es una acción conjunta y sostenible que permite que el Estado cuente con los recursos suficientes para cubrir los gastos y realizar las obras que el país requiere, siempre con el sentido de justicia que merece el contribuyente. Definitivamente, encontré mi pasión en este tema, que es bastante enriquecedor y en el que el aprendizaje no se detiene. No olvidemos que hace no más de siete años existen las salas tributarias en el Poder Judicial.

¿Qué hacías en tu trabajo anterior, en Zuzunaga & Assereto Abogados?
Esa era otra boutique tributaria y me desempeñaba como asociado junior. Ahora soy asociado sénior. Igualmente, brindaba asesoría, acompañamiento y defensa en el ámbito tributario. Antes de esa experiencia, tuve la oportunidad de practicar en otro estudio de abogados y en un banco. Ambas prácticas fueron en áreas procesales, no en tributación.

¿Qué te motivó a estudiar la carrera de Derecho?
A los quince años, quería estudiar algo que me diera la oportunidad de favorecer el desarrollo de mi país. Con esa idea, elegí esta carrera. Cuando ingresé a la Universidad de Lima, en cada clase que llevaba, se reforzaba mi deseo de contribuir con el país. En todo momento, durante mis estudios, tuve la confirmación de que había tomado la decisión correcta. Ahora tengo claro que, a través de una tributación justa, es posible la sostenibilidad de los contribuyentes para su desarrollo y para las inversiones que requiere el país con el fin de generar riqueza interna. Por parte del Estado, esta riqueza debe redistribuirse. Me encuentro muy satisfecho por desempeñarme en esta área.
 
¿Qué pasatiempo realizas?
Me gusta nadar, tanto en piscina como en mar abierto. Siempre me ha gustado la natación, pero durante la pandemia descubrí que podía nadar en mar abierto y es una experiencia increíble. Procuro hacerlo en playas amigables para los nadadores, como Naplo, por ejemplo.

¿Cómo fue tu época de estudiante en la Universidad de Lima?
Le tengo mucho cariño a mi Universidad. Mi primer contacto con ella fue a través de una charla vocacional, cuando estaba en tercero de secundaria. Ahí me di cuenta de que me gustaba mucho la Ulima. Por eso, cuando elegí estudiar Derecho, tomé la decisión de hacerlo en esta Casa de Estudios. Cuando entré, me gustó muchísimo la calidad de la enseñanza y el rol protagónico que se les da a los estudiantes. Su opinión tiene valor y todos los esfuerzos están enfocados en el alumno.