La COVID-19 presenta, en una multiplicidad de ámbitos, retos que el sistema legal debe afrontar con creatividad y orientándose al balance de intereses que puedan estar en juego en cada circunstancia. Por ejemplo, en el campo de la protección al consumidor, debemos encontrar soluciones que procuren la satisfacción de los intereses de los consumidores, pero sin generar exigencias imposibles que se traducirían en costos que impactarían en mayor medida en los propios consumidores que queremos salvaguardar.