01 de Marzo de 2024
“Es clave rodearse de un equipo multidisciplinario que posea la actitud correcta”
A lo largo de su carrera profesional, Sandra Rey de Castro ha observado que el trabajo en equipo, la adaptabilidad y la búsqueda constante de aprendizaje son clave para superar desafíos. Actualmente, reside en España y trabaja en Sigma, una compañía global de alimentos en la que lidera el área de Gestión Impecable para Europa. Desde esta posición, impulsa la transformación de la empresa. Su formación como ingeniera industrial por la Universidad de Lima le brindó las herramientas para enfrentar retos en distintas industrias y países.
¿En qué lugares has trabajado antes de ingresar a la empresa en la que laboras actualmente?
Mis primeros diez años fueron en Alicorp. Comencé como practicante dentro del área Comercial y luego me contrataron en Marketing. Tuve la oportunidad de ver diversas categorías para Perú, entre otras, galletas y helados. También, gestioné el ingreso de Alimento para Mascotas en Ecuador. Además, estuve en el área de Nuevos Negocios. Ahí, tuve la responsabilidad del lanzamiento de Huancaína AlaCena y participé en el desarrollo de La Salsa Roja Completa Don Vittorio.
Alicorp es una empresa a la que admiro mucho, porque siempre se preocupó por desarrollar el talento de sus colaboradores, con capacitaciones para que seamos mejores y con rotaciones horizontales en distintas posiciones, para ampliar nuestra visión y conocimiento del negocio.
¿Cómo llegaste a ser gerente general de SUPEMSA-Braedt y cómo ha sido tu línea de carrera en esta empresa?
Cuando estaba por cumplir diez años en Alicorp, después de una satisfactoria carrera profesional y de haber terminado mi MBA, recibí dos llamadas de personas a las que admiraba mucho, quienes me propusieron dos posiciones muy retadoras en industrias distintas. Nunca había aceptado llamadas de headhunters, pero en este caso era diferente, sentía que debía escuchar y que tenía mucho por aprender.
Finalmente, decidí aceptar la propuesta de SUPEMSA-Otto Kunz. Aquí, se inició mi segunda gran etapa laboral, en una industria dinámica y con mucha adrenalina por la brevedad de la vida útil de los productos y, en consecuencia, la mayor velocidad en la toma de decisiones estratégicas. Era una posición en la que iba a ver mucho más que solo marketing, tenía el reto de conocer cada una de las áreas de la compañía con la posibilidad de ser la sucesora del gerente general en el mediano plazo.
En SUPEMSA, aprendí muchísimo. Trabajaba con personas increíbles que mostraban una pasión excepcional por el cliente, así como un profundo conocimiento del consumidor. Además, la cultura de disfrutar lo que hacen era una constante motivación para mejorar día a día.
Después de cinco años, SUPEMSA fue comprada por Sigma, una empresa líder en el sector y con presencia en dieciocho países. En el caso de Perú, esta compañía ya era dueña de Braedt, marca con la que siempre habíamos competido porque estaba muy posicionada en el mercado y contaba también con un equipo talentoso.
Ser parte de Sigma realmente nos emocionó, por toda la experiencia que traía y por su propósito inspirador: llevar los alimentos favoritos a cada uno de los países donde tenemos presencia, y poner al consumidor y al cliente en el centro de cada una de las decisiones que tomamos.
Estuve a cargo de ambas empresas desde el 2019, y la verdad es que ha sido una de las etapas más desafiantes y de mayor crecimiento en mi vida profesional. Pasar por la pandemia con el liderazgo de dos empresas, y el cuidado de nuestros colaboradores y nuestros consumidores, fue todo un desafío que abrazamos con responsabilidad. Impactar de manera directa y positiva en la vida de más de 1500 familias es un reto que asumí con mucho cariño, y llevar los embutidos y quesos favoritos a las mesas de los peruanos es un orgullo para mí y para cada uno de nuestros colaboradores.
¿Qué recomendaciones puedes dar para enfrentar los retos y desafíos que se presentan a lo largo de la carrera y la vida profesional?
Hemos pasado por muchísimos retos complicados y complejos. La clave es trabajar en equipo para superarlos. En el camino del aprendizaje, se cometerán errores y también aciertos. Lo importante es siempre detenerse a analizar qué se hizo bien, en el caso de los aciertos, para aprender, reconocer, celebrar y continuar por ese camino. Cuando las cosas salen mal, lo esencial es entender en equipo la causa raíz; mejorar y redefinir los procesos, si es necesario; y, de esa manera, desarrollar el pensamiento crítico y, como equipo, volvernos más fuertes. Es clave rodearse de un equipo multidisciplinario que posea la actitud correcta y que, por más experiencia que tenga, siempre sea humilde y esté dispuesto a desaprender para aprender.
¿Qué proyectos laborales has disfrutado más realizar?
Lo que más me apasiona y he disfrutado a lo largo de mi carrera es aprender y aportar en la vida de los demás. En el caso de Alicorp, donde inicié mi carrera, amaba aprender de mis compañeros y de mis jefes, pero sobre todo de los vendedores, del tendero y del consumidor. Me encantaba salir a ruta —a las bodegas y los mercados— con los vendedores, conversar con las personas que atienden y comprender qué querían que mejoremos para siempre ser considerados sus favoritos. También, disfrutaba ir a casa de consumidores para entender cómo usaban nuestros productos e ir a las reuniones (focus groups) para escuchar qué opinaban de distintos temas. Escuchar a nuestros consumidores y clientes y reaccionar rápido con soluciones para sus necesidades; es lo más importante.
Cuando pasé a SUPEMSA, tuve la oportunidad de estar en todas las áreas y de poner en práctica lo aprendido previamente, con un enfoque primero en el consumidor. Además, lo que aprendí en esta empresa fue la importancia de escuchar a nuestro cliente interno.
Cuando crecemos en nuestro camino profesional, nos damos cuenta de que somos facilitadores y que debemos trabajar por y para nuestra gente. Debemos escucharlos, saber cómo están como personas y ayudarlos en todo lo que podamos. Al igual que en el campo profesional, debemos darles todos los conocimientos y herramientas que necesiten para que se sientan empoderados al salir al mercado a satisfacer siempre al cliente y al consumidor.
Tanto me apasiona el tema que actualmente sigo una maestría en Recursos Humanos, porque creo que es a través de las personas que debemos ser mejores cada día. En Sigma Perú, tenemos un equipo talentoso al que quiero y admiro mucho. Estoy segura que este 2024, como siempre, brillará y sorprenderá positivamente a nuestros consumidores y clientes.
¿Por qué motivo viajaste a trabajar a España y cómo ha sido tu adaptación en este país?
Sigma se encuentra presente en dieciocho países, y tuve la oportunidad de recibir la propuesta para ser responsable del área de Gestión Impecable para Europa, con el liderazgo desde España. Gestión Impecable es un área que se creó hace tres a cuatro años. Tiene como objetivo que trabajemos en el día a día con un enfoque en los temas realmente esenciales para la continuidad operativa y para la transformación de la compañía. Eso nos da la posibilidad de dirigir nuestros esfuerzos con mayor éxito en los objetivos estratégicos trazados, y generar un círculo virtuoso de motivación, orgullo y balance entre la vida personal y el trabajo.
Después de estar once años en Perú, retada y en aprendizaje constante, me emociona mucho esta nueva propuesta, porque conoceré, dentro de mí misma familia, países distintos, mercados con retos y necesidades diferentes, personas y profesionales talentosos de los que aprenderé y con los que cocrearemos muchas iniciativas por y para nuestros consumidores y clientes.
Ser parte del equipo responsable de la transformación cultural y del cambio del modo en el que hacemos las cosas —con el consumidor, y el cliente interno y externo, como centro— es algo que me emociona y me llena de orgullo.
En cuanto al proceso de adaptación, va muy bien. En el tema profesional, la gente en nuestra empresa es muy capaz y amable, y los retos desafiantes, lo que me motiva muchísimo. En el plano familiar, mi esposo e hijos también están muy bien. Hay una comunidad de peruanos, muy bonita, que nos ha ayudado a que el proceso de adaptación sea más ágil. Como comenté, en equipo siempre se llega más lejos.
¿Qué te llevó a estudiar Ingeniería Industrial y que te pareció estudiar tu carrera en la Universidad de Lima?
En el colegio, siempre me gustó todo lo relacionado a números: matemática, química y física. Cuando salí del colegio, me interesaba trabajar en todo lo vinculado con negocios. Evalué estudiar Administración e Ingeniería Industrial, ya que ambas carreras iban alineadas con mis fortalezas e intereses. Al final, esta última me pareció más retadora y me brindaba la oportunidad de trabajar en una mayor cantidad de industrias y desde distintas posiciones en el futuro. Definitivamente, esta carrera me generó mayor curiosidad.
La época en la que estudié Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima fue una de las más bonitas de mi vida. Conocí compañeros maravillosos a los que admiro mucho, que se han desempeñado en distintas posiciones, en diferentes industrias y en diversos países, y disfrutan siempre lo que hacen. Son personas con valores y ética, y lo mejor es que somos grandes amigos, mantenemos contacto, nos ayudamos y nos vemos con frecuencia.
Si hay algo que puedo recomendar, es nunca quedarse en la zona de confort. Siempre piensen qué les apasiona, qué más pueden aportar y, con esto en claro, busquen seguir aprendiendo tanto en lo profesional como en lo personal. Sueñen en grande, trabajen duro y alcanzarán lo que se propongan. Pero lo más importante es disfrutar el camino y vivir en balance.