29 de Enero de 2024
El reto es la inclusión financiera
Pamela Carbajal está abocada al desarrollo de oportunidades de negocio y a la promoción de la inclusión financiera y del acceso a una economía digital. Ella es ingeniera industrial por la Universidad de Lima y actualmente trabaja como country manager de Mastercard para Perú y Bolivia. En el futuro, le gustaría seguir contribuyendo al bienestar de las personas.
¿Qué retos enfrentas como country manager de Mastercard en el Perú?
Mastercard es una empresa global de tecnología que opera una de las redes de pagos más grandes del mundo, que ofrece soluciones más allá de las tarjetas a consumidores, negocios, entidades financieras y gobiernos. Particularmente, en el Perú, el uso del efectivo es mayoritario, por lo que nuestro principal reto es ampliar la inclusión financiera para que más peruanos disfruten de sus beneficios, accedan a mejores condiciones y cumplan sus objetivos de vida. Asimismo, nos encontramos en una coyuntura de evolución constante en el mundo de los pagos, en el que nos adaptamos rápidamente al ofrecer innovación a nuestros partners y a través de soluciones y productos de valor para los usuarios, más allá de las tarjetas. Para eso, cuento con un equipo que lidero para los mercados de Perú y Bolivia, y con el equipo extendido en el mundo.
¿Cuáles son las principales estrategias que implementas en el Perú para impulsar el crecimiento?
El negocio está diversificado en soluciones y productos para los diferentes segmentos. Tenemos servicios de ciberseguridad, de data y de analytics; consultorías de negocio e innovación, y plataformas de lealtad. En esa línea, contamos con una estrategia de segmentación que nos da la posibilidad de maximizar el valor que le ofrecemos a cada organización, como instituciones financieras, adquirentes, fintechs, comercios y gobiernos.
De igual manera, nuestra prioridad es ofrecer la mejor experiencia a nuestros usuarios. Estamos enfocados en la digitalización de los pagos, con la finalidad de garantizar transacciones rápidas, seguras y sencillas, que incluyan a cada vez más peruanos en el ecosistema financiero.
¿Cómo abordas las tendencias tecnológicas emergentes?
Desarrollamos innovación de manera permanente, a través de soluciones propias y servicios, el trabajo con partners o la inversión en nuevas organizaciones. Esto posiciona nuestra oferta de valor con la mejor tecnología, de acuerdo con nuestros propósitos y principios.
La tecnología emergente, como la inteligencia artificial, que ha cobrado máxima relevancia últimamente, está presente en diversas soluciones. Por ejemplo, contamos con una herramienta llamada Nudata, que utiliza la biometría pasiva. Esta solución analiza la velocidad con la que un cliente tipea o el ángulo de inclinación que normalmente ejerce al utilizar una aplicación en su celular cuando realiza una transacción. Este tipo de soluciones detectan comportamientos inusuales o fraudulentos en el home banking de una entidad financiera, ya sea a través del celular o de la PC. De igual forma, las múltiples alternativas para pagar, gracias a la tecnología, ponen al usuario en una posición expectante y favorable hacia la innovación.
¿Qué se viene más adelante en medios de pago?
Por ahora, tenemos las tecnologías sin contacto (NFC), como la billetera de Google, de llegada reciente al país, y Apple Pay, que facilitan los pagos del día a día. Además, trabajamos diversos pilotos en el mundo para que los usuarios puedan realizar pagos biométricos con tan solo una sonrisa. Si a eso le sumamos que los comercios en el Perú pueden usar su celular como POS (tecnología tap on phone), vemos que hay un ecosistema favorable desde la tecnología para que más personas se inserten en la economía digital.
¿La inclusión financiera es uno de los temas al que le das mayor prioridad?
La inclusión financiera es una prioridad, sin duda. En el mundo, estamos comprometidos con incorporar a la economía digital, al 2025, a mil millones de personas, cincuenta millones de comercios y veinticinco millones de mujeres emprendedoras. Desde el Perú, trabajamos en aportar a estos objetivos desde varios frentes.
Uno de ellos consiste en brindar acceso a productos financieros, como las tarjetas prepago, a más personas a través de nuestros partners fintechs. Otro se basa en facilitar la ampliación de la aceptación de pagos digitales en comercios pequeños con tecnologías de bajo costo como tap on phone, en el que el celular se convierte en el POS para aceptar pagos. Y el otro frente está representado por los programas de inclusión financiera ad hoc para trabajar con microfinancieras y entidades enfocadas en la inclusión financiera.
Además, desde el Centro de Crecimiento Inclusivo trabajamos en el Perú en una serie de iniciativas con aliados como CARE Perú. El año pasado, por ejemplo, culminamos con ellos el proyecto Ignite, que apostó por el fortalecimiento del perfil de mujeres empresarias (strivers), con el fin de acortar las barreras financieras y no financieras para sus emprendimientos. El proyecto alcanzó a más de un millón de emprendedoras y emprendedores, con una participación de 86 % de mujeres. En el 2024, vamos a continuar esta iniciativa de la mano de CARE Perú con el proyecto Strive.
¿Cuánto tiempo llevas en esta empresa?
Quisiera comentar que en Mastercard tengo un poco más de ocho años. Empecé enfocada en adquirencia; después de un par de años, pasé a liderar el área de Desarrollo de Negocios para Perú y Bolivia; y, por un periodo corto, fui arquitecta de soluciones para Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú y Bolivia.
Aparte de tu trabajo actual, ¿dónde te has desempeñado laboralmente?
Tengo experiencia en marketing; en el sector de consumo masivo, en quick service restaurants; y, en el sector financiero, en el que trabajé en desarrollo comercial y de negocios con adquirentes y en la banca. Asimismo, por más de siete años, en paralelo, fui docente a tiempo parcial en la Universidad de Lima. Dictaba el curso de Introducción a la Ingeniería en la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, y de Negocios y Marketing en la Facultad de Ciencias Empresariales y Económicas. Me encanta la docencia, espero retomarla en un futuro, si el tiempo me lo permite.
¿Cuál es el proyecto en el que has trabajado, a lo largo de tu trayectoria profesional, que más te ha entusiasmado?
El proyecto que me ha traído más satisfacción profesional y personal fue la transformación del mercado de adquirencia en el Perú, que ha simplificado el uso de tarjetas en todo el país. Cuando entré a Mastercard, los comercios necesitaban dos POS diferentes para que los clientes paguen con las distintas marcas de tarjetas del mercado. Es decir, no existía interoperabilidad ni lo que llamamos en nuestro mundo de pagos “multiadquirencia”.
Esto implicaba muchas restricciones y desventajas para el desarrollo de los medios de pago digitales en el Perú, porque limitaba el ingreso de nuevos jugadores —en cuanto a los procesadores— que proveían de POS a los comercios, e impactaba directamente en los negocios que tenían que pagar dos POS para aceptar todas las marcas de tarjetas. Esta evolución fue un cambio empujado por los reguladores y la participación de todos los involucrados en el ecosistema.
Desde Mastercard, yo lideré esta iniciativa y es de las que más satisfacción personal me han dado, porque el impacto positivo trasciende los resultados de nuestro negocio: contribuye al desarrollo de nuestras pequeñas empresas, la experiencia de nuestros consumidores y la economía de nuestro país.
¿Qué te gustaría lograr en el futuro?
Me gustaría seguir contribuyendo al bienestar de más personas, al bienestar y el crecimiento de mi equipo, e impactar con nuestros proyectos y nuestras soluciones en más personas de forma positiva. Lo que podemos hacer desde el mundo de los pagos digitales no tiene límites.
¿Qué haces en tus tiempos libres?
Yo en otra vida sería tenista profesional (risas). Empiezo todos mis días con una hora de tenis y mis fines de semana están muy enfocados en el deporte. Comparto esta pasión con mi familia y mis amigos, por lo que ocupa mucho de mi tiempo libre. Me da disciplina y enfoque, y me ayuda a liberar tensiones. Lo que queda de mi tiempo libre lo comparto con amigos y con mi familia.
Además, soy una persona muy espiritual, tengo a Dios en el centro de mi vida, así que siempre busco un espacio para meditar y darle gracias por el regalo que es cada día y por la oportunidad de aprender, sonreír y ayudar a otros a hacerlo también. Y cuando puedo salir de Lima, me escapo a la playa o a algún lugar del mundo que coincida con un torneo de tenis.
¿Qué te pareció tu carrera de Ingeniería Industrial?
Ingeniería Industrial es una de las carreras más completas y versátiles que pueden existir. La malla curricular de la carrera te da la posibilidad de desarrollar todo el pensamiento analítico que se necesita en el mundo profesional para resolver problemas y de tener un balance perfecto entre temas de negocios y de operación.
Fue mi mejor elección estudiar Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima, porque me dio la posibilidad de tener una visión completa de todos los aspectos de una empresa: operaciones, tecnología, negocio, finanzas y marketing. Aunque siempre me desempeñé de manera profesional en áreas comerciales y de negocio, tener este panorama completo desde la carrera, me da un valor agregado muy importante.
¿Qué valoras de la Universidad de Lima?
La combinación de la malla de la Carrera de Ingeniería Industrial con la calidad de los docentes que tuve, todos excelentes profesionales y personas. Además, las instalaciones y el acceso a laboratorios marcaron la diferencia. Y claro, las relaciones que construí en mis años universitarios y los amigos con los que hasta ahora tengo el grupo “Almuercitos de Industrial”.