06 de Diciembre de 2013
Augusto Ferrero Costa, profesor emérito Ulima
Ex vicerrector de la Universidad de Lima, ex decano de nuestra Carrera de Derecho y socio fundador del Estudio Ferrero Abogados, el doctor Augusto Ferrero Costa ha sido nombrado profesor emérito de nuestra casa de estudios, en reconocimiento a su trayectoria, su calidad profesional, su visión humanística y sus servicios prestados.
¿Qué significado tiene para usted este nombramiento?
Tiene un significado muy importante. Se trata de la culminación de mi carrera como docente en la Universidad de Lima.
Ha sido decano de la Carrera de Derecho en dos períodos (1987-1990 y 1993-1996) y también vicerrector (1999-2004). ¿Qué valora de estas experiencias?
En estas funciones, pude desarrollar a profundidad mis conocimientos sobre la enseñanza y la dirección universitaria. Como decano, me esforcé en que la Carrera de Derecho tuviera a los juristas más calificados en su plana docente. Además, a sabiendas de que la mayoría de los alumnos mostraba una vocación empresarial, mi equipo y yo nos esmeramos en que la malla curricular les garantizara una formación orientada hacia esa visión.
También es uno de los socios fundadores del Estudio Ferrero Abogados. ¿En qué etapa se encuentra actualmente esta entidad?
El estudio está viviendo un proceso muy interesante de crecimiento constante, así como una etapa de transición en la que los miembros más jóvenes se están preparando con miras a hacerse cargo íntegramente de las responsabilidades en el futuro, en tanto que las generaciones mayores nos concentraremos en labores de carácter consultivo.
Asimismo, cuenta con una amplia trayectoria profesional en el Estado. En este campo, ¿hablamos de una satisfacción distinta a la que brinda el sector privado?
La satisfacción es la misma, porque en ambos rubros hay que poner el máximo empeño y mucha dedicación para cumplir las tareas con eficiencia. En el sector estatal, he sido abogado de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP, miembro de la Comisión de Reforma del Código Civil, embajador del Perú en Italia, entre otros cargos.
¿Su vocación por el derecho siempre ha sido clara?
Desde que era chico, esta vocación ha sido marcada en mí. Y es que mi padre, Raúl Ferrero Rebagliati, fue un gran jurista. La influencia familiar ha tenido un papel relevante.
Es usted un gran aficionado a la música clásica e incluso ha sido presidente de Prolírica. ¿Diría que las leyes pertenecen a un ámbito racional de la mente y la música a una zona emocional, y que ambos pueden completarse para alentar la formación humanística de una persona?
En mi caso, sin duda, se han complementado. La música sirve para que uno esté debidamente inspirado y tenga toda la fuerza para volcar los conocimientos jurídicos.