29 de Septiembre de 2023
Alinear la estrategia de negocio con la estrategia de personas
El propósito de Eduardo Peña-Vásquez es asegurar cada día la mejor experiencia de los trabajadores. Él se esfuerza por que desarrollen sus capacidades con nuevas herramientas y planifica con ellos los siguientes pasos que van a dar en sus carreras.
A eso ha aspirado siempre, desde que realizó prácticas en Backus hasta el día de hoy, que se desempeña como gerente sénior de Recursos Humanos en Estée Lauder Companies. Su interés por la gestión del talento surgió mientras estudiaba Administración en la Universidad de Lima.
¿Podrías comentar cómo fueron tus inicios en Estée Lauder Companies, hace siete años?
Cuando entré a trabajar en Estée Lauder Companies, en el 2016, no había una gerencia de Recursos Humanos en el Perú. Este tema se manejaba desde Chile, pero debido al crecimiento de nuestra filial, y a los grandes resultados y las marcas que traíamos, se decidió contar con un equipo local que ayudara a alinear la estrategia de negocio y la estrategia de personas. Nuestra compañía está centrada en el colaborador, y necesitaba que esta onda expansiva que teníamos en el mercado peruano se acompañe también de una estrategia de talento y de personas.
¿Cuáles son los objetivos a los que más relevancia les das actualmente?
Mi propósito en la compañía es asegurar la mejor experiencia para nuestros colaboradores, de manera que desarrollen todas sus capacidades y su talento, y logren sus objetivos en la compañía, además de sus objetivos profesionales de crecimiento y desarrollo. Nosotros reconocemos ese talento y esfuerzo con múltiples mecanismos. Además, mi misión es reclutar talento en nuestro mercado que realice una larga carrera con nosotros. En cuanto a mis funciones, básicamente, soy responsable de todos los temas de recursos humanos: los procesos de atracción de talento y de desarrollo de carrera, el clima laboral, las compensaciones y beneficios, los programas de ayuda social, la estrategia ESG, y lo relacionado con el entrenamiento y evaluación de performance. Estée Lauder Companies se encuentra en más de 150 países y tiene más de 60 000 colaboradores en todo el mundo. Producimos y comercializamos más de veinte marcas de belleza en el mundo, por lo que contamos con muchos procesos corporativos que nos ayudan a tener una estrategia de employee experience importante, la que yo desarrollo.
¿Podrías comentar cómo es la estrategia que mencionas?
Buscamos, por un lado, impactar poderosamente en la experiencia de nuestros colaboradores. Esto va a generar un fuerte engagement con la compañía, con nuestra misión, con la cultura, con la forma en que lideramos, y con nuestra manera de comunicar y de trabajar en equipo, y motivará a sacar lo mejor de cada colaborador y a que cada uno logre sus objetivos. En ese círculo virtuoso, la compañía reconocerá y alimentará una gran experiencia laboral. Eso hace que nuestros colaboradores tengan un amplio techo con nosotros. Nuestra rotación de personal es muy baja, muchos jóvenes que salen de la compañía lo hacen para realizar estudios en el extranjero. Por otro lado, trabajamos en la atracción de talento con elementos importantes de nuestra cultura a través de nuestras redes sociales, que nos han ayudado a escuchar a la gente que está fuera de la compañía, y a mostrarle qué tan fructífero y apasionante es realizar una carrera y trabajar con nosotros. Eso atrae talento muy valioso del mercado.
Además, ensalzamos algunos atributos importantes de la compañía, como la inclusión y la diversidad. Para nosotros, son sumamente importantes la diversidad, la equidad de género y otros elementos que son parte de nuestra cultura. Por estos valores hemos sido reconocidos por múltiples organizaciones, como Aequales, en su ranking PAR, que distingue a las mejores compañías en equidad de género y en el que hemos alcanzado el cuarto puesto en la última medición. Asimismo, somos una empresa ABE, certificada por AmCham. Y tenemos otras certificaciones que reconocen que, efectivamente, trabajar con nosotros es sumamente valioso. Los dos pilares fundamentales en la gestión de recursos humanos son la atracción de talento y la retención de los talentos.
¿Podrías comentar cómo llevas a cabo la retención?
Dedicamos mucho tiempo a identificar a los talentos dentro de la compañía y a marcar los siguientes pasos que van a dar en el futuro. Cada país hace un ejercicio que se llama talent review, que consiste en mapear los siguientes pasos, encargos o responsabilidades que va a desarrollar una persona dentro de un año, de tres o de cinco. Mapeamos también quiénes van a ser sus sucesores, qué talentos necesitan desarrollar y qué habilidades deben cultivar para continuar su crecimiento profesional. Muchas veces observamos que necesitamos afianzar en algunos perfiles habilidades como la resiliencia o el manejo de múltiples tareas o una competencia relacionada al logro de objetivos en entornos cambiantes. Hacemos que estas personas lleven programas de entrenamiento para que alimenten esas habilidades. Esto con el fin de que estén listos para ascender en sus áreas, para ser promovidos a otras áreas o para que desarrollen su carrera en otros países. Hemos tenido la suerte de exportar talento peruano a países como Chile, Argentina y México. Este año, una colaboradora irá a México a seguir su carrera.
¿Podrías compartir algún logro que hayas tenido en esta compañía o en otras?
Podría decir que uno de los logros más satisfactorios es ver cómo las personas definen la ruta para desarrollar sus carreras, gracias a sus líderes, a que tienen un buen equipo de trabajo que logra objetivos, a que tienen entrenadores que les ayudan a desarrollarse y a todos los demás elementos que conducen a que sean promovidos y tengan un recorrido profesional interesante. Yo siento mucha satisfacción cuando eso pasa. Para mí es muy importante que las personas desarrollen sus carreras en función a sus anhelos, sus expectativas y sus sueños, tanto personales como profesionales. Mi satisfacción más grande, en toda mi carrera, es ver crecer a la gente, porque ponemos todos los recursos a su disposición para que se conviertan en su mejor versión y den lo mejor de sí mismos. Ver las carreras de muchas personas que empezaron como practicantes y que hoy son gerentes o directores me genera muchísima satisfacción.
¿Cómo perfilaste tu carrera hacia el área de recursos humanos?
Tuve la suerte de iniciar mis prácticas en recursos humanos en una compañía que en su momento era pionera en muchos temas de vanguardia de esta área. Yo era practicante en Backus y después seguí en la línea de recursos humanos, siempre. Antes de Estée Lauder Companies estuve en el grupo Breca como gerente de Desarrollo Organizacional en la empresa AESA Construcciones, que se encargaba de desarrollar los proyectos constructivos de las diferentes empresas que forman parte del grupo. Estuve ahí aproximadamente dos años. Anteriormente trabajé por tres años en PricewaterhouseCoopers, donde fui business partner de la línea de negocio de Tax & Legal Services. Me ocupaba de todos los temas de recursos humanos. Previamente, trabajé un año en el BBVA, como gestor de Formación. Y antes estuve cuatro años en Telefónica. Inicié mi carrera ahí como analista. Pero ya desde que estaba en la Universidad, las clases y los profesores que tuve me generaron una conexión con los temas de gestión de personas, de desarrollo, crecimiento y atracción de personas. Desde las prácticas puse en ejecución lo que me enseñaron mis profesores, a quienes recuerdo con mucho cariño.
¿Cómo fue para ti la vida universitaria en la Ulima?
Yo siempre tuve el anhelo de estudiar en la Universidad de Lima. Siempre quise tener grandes profesores y una formación muy sólida, y siento que la tuve en la Ulima. Los profesores no solo nos brindaban conocimientos, sino también nos empujaban para ir más allá e investigar. Llevaban a las clases casos de problemas y situaciones que tenían en sus oficinas. Asimismo, me encantó la posibilidad de conectar con mucha gente con diferentes ideas y distintas formas de ver la vida, porque eso enriquece mucho. En la Universidad de Lima trabajábamos en equipo, compartíamos y nos organizábamos para sacar adelante nuestros trabajos grupales en cada curso. Fue una experiencia muy enriquecedora que me ha servido muchísimo en mi vida laboral.
Estoy encantado de la carrera que estudié, de los profesores que tuve y de mis compañeros. En ese momento la Ulima se expandía, como hoy —siempre lo ha hecho—, para dar a los estudiantes cada vez una mejor infraestructura. Mi círculo familiar está muy vinculado con la Universidad, porque mi esposa, mi hermano y mi cuñada han estudiado en la Ulima. Lo mismo que un sobrino. Estoy muy orgulloso de la universidad que me formó y estoy seguro de que todos los jóvenes que tienen esa misma experiencia hoy en día no solamente van a ser grandes profesionales, sino también grandes personas, porque eso es lo que transmite la Universidad de Lima.