19 de Julio de 2021
El teatro también se lee
La presentación del libro Concurso Nacional de Dramaturgia. Teatro Lab 2018-2019, que recoge las obras ganadoras de la tercera edición de este certamen organizado por el Centro Cultural de la Universidad de Lima, se llevó a cabo de modo virtual el 16 de julio. En aquella ocasión, el primer lugar fue otorgado a “El enemigo”, de Daniel Subauste, y el segundo puesto fue compartido por “Los depredadores”, de Lily Cardich y Áureo Sotelo, y “1997, 14 de noviembre”, de Miguel Ángel Vallejo. El valor de esta publicación es aún más significativo como un acto de resistencia y fe en la creación durante la actual pandemia, que ha impactado severamente en las artes escénicas.
La moderadora del evento, Vanessa Vizcarra, comunicadora escénica, actriz y directora, destacó que las obras ganadoras del libro miran el pasado con la intención de formular un mejor presente, y que estas propuestas logran cautivar a través de sus cualidades emocionales e intelectuales. Asimismo, resaltó la dramaturgia como un ejercicio de generación de la identidad, y añadió que su formulación, al abordar el comportamiento humano, revela patrones de errores y aciertos que se repiten.
Por su parte, Daniel Subauste elogió el esfuerzo del Centro Cultural Ulima de fomentar la dramaturgia en un país con tanto que decir como el Perú. También agregó que su obra invoca algunas preguntas: ¿cómo hombres comunes y corrientes terminan en una guerra?, ¿qué es el patriotismo?, ¿qué es ser patriota?, ¿qué es ser peruano?, ¿qué es lo que nos hace ser peruanos? De la misma manera, apuntó que la historia es cíclica y que los problemas a los que se enfrenta una nación también se repiten.
A su turno, Lily Cardich comentó que llegó al teatro desde su corazón de profesora, que la dramaturgia le ha permitido ser una mejor maestra y que educar es compartir; y Áureo Sotelo hizo hincapié en que el teatro es la síntesis de todas las artes y lamentó que, desde hace siglos, muchos recursos naturales peruanos vienen siendo depredados.
Por último, Miguel Ángel Vallejo indicó que uno de los motivos que lo lleva a escribir es la intención de compartir lo que lleva dentro, tanto lo que sabe como lo que ignora, además de elogiar la publicación de este libro que permite que pervivan en el tiempo los insumos dramatúrgicos de una expresión necesariamente efímera como el teatro.