19 de Febrero de 2024
Inversiones inclusivas en el mundo SAFI
Joel Villanueva decidió crear Anka SAFI S. A., en buena parte, para democratizar las inversiones e incluir a pequeños inversionistas. Reunió socios y capital; superó muchas barreras de entrada y, finalmente, ingresó al mercado. En esta entrevista, junto con su socia Nazaret Loyola, nos comenta cómo fueron los inicios de su empresa y cómo han llegado a administrar 3,2 millones de soles. Joel es administrador y Nazaret, abogada. Ambos estudiaron en la Universidad de Lima.
¿Cuál fue la motivación que los llevó a crear una SAFI?
Joel: Trabajo en la industria financiera desde que terminé de estudiar mi carrera. Inicialmente, estuve en BCP en banca mayorista y, luego, pasé a banca internacional. Los conocimientos que obtuve me llevaron a tener una experiencia en una SAFI del mercado local, y tuve la oportunidad de empezar una empresa de factoring desde cero, como gerente general. Tras estas experiencias, en el 2018 me propuse la meta de lanzar una nueva entidad financiera al mercado, con un propósito diferente. Con esto en consideración, elaboré un plan y un elevator pitch, lo que fue clave, porque se requería un mínimo de 1,8 millones de soles de capital social para constituir una Sociedad Administradora de Fondos de Inversión.
Obviamente, esto implicaba asociarme con otras personas, así que presenté el proyecto a diversos inversionistas en búsqueda de perfiles que aportaran más que solo dinero para el negocio y que complementaran mi experiencia. Como resultado, conseguí seis socios para que formen Anka SAFI conmigo, entre ellos Nazaret Loyola, amiga desde la Universidad, así como otras personas que conocí a lo largo de mi carrera profesional y que estuvieron interesados en el proyecto.
¿Cómo fue esa etapa, desde la idea del proyecto hasta su puesta en marcha?
Joel: La historia de Anka comenzó en el 2018. La Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) nos evaluó exhaustivamente para constituir la empresa. Cada socio pasó por un análisis minucioso, en términos de capacidad financiera e idoneidad moral y laboral. Tras obtener la licencia de organización, trabajamos un año y medio en los manuales y reglamentos, conseguimos la oficina y contratamos personal que nos apoye en estas tareas. Después de la aprobación de la SMV, obtuvimos la autorización de funcionamiento en octubre del 2021 y, luego, presentamos la inscripción de nuestros primeros fondos de inversión de oferta pública para evaluación de la SMV. Cuando la conseguimos, pudimos salir al mercado. Ha sido un largo camino y con muchas barreras de entrada.
Nazaret: No tenía conciencia de lo difícil que sería superar las barreras de entrada. Trabajamos duro en el tema regulatorio y en la elaboración de manuales, ya que se requieren dos autorizaciones para constituir y operar una SAFI. Nuestro negocio implica levantar fondos de personas, por lo que estamos regulados y tenemos un funcionamiento más complejo que otros emprendimientos. Como abogada corporativa, me encargo de todos los aspectos regulatorios.
¿Qué elemento los distingue dentro del mercado?
Joel: El principal diferenciador es nuestro ticket de entrada, dado que eliminamos completamente las barreras comunes en este tipo de inversión, que suelen tener mínimos de alrededor de 5000 dólares o su equivalente en soles. Nosotros nos enfocamos en facilitar la entrada, especialmente a jóvenes que comienzan sus carreras y tienen una capacidad de ahorro limitada. Al respecto, debo decir que la SMV valoró nuestra visión inclusiva que rompe barreras de inversión. Queremos transmitir el mensaje de que cualquiera puede invertir por más pequeños que sean sus ahorros.
¿Cuál es el monto más pequeño que han invertido con ustedes?
Joel: Los partícipes más pequeños comenzaron con S/ 50 en Yaku Soles y hubo otro con USD 25 en Yaku Dólares. Ambos han aumentado sus posiciones con el tiempo en cada oferta pública. Nuestros fondos en soles y dólares tienen rondas de captación trimestrales mediante oferta pública y las cuotas se ofrecen de manera preferente a partícipes actuales. Después de esto, se ofrecen al público en general.
Nazaret: Nuestra propuesta es la inclusión financiera. Los jóvenes aspiran a ser financieramente independientes y construir su propio patrimonio, así que invierten y ven crecer su capital, lo que los ayuda a alcanzar sus metas.
¿Cómo manejan el riesgo?
Joel: Todas las inversiones conllevan un riesgo y en Anka nos encargamos de mitigarlos con un equipo de riesgos robusto, un comité de inversiones independiente que decide la aprobación de líneas de crédito y un comité de vigilancia formado por los partícipes que solicita y revisa información de manera periódica. Además, se auditan los estados financieros anualmente y se envía información trimestral a la SMV para su revisión. Estas acciones contribuyen a facilitar la transparencia y la diligencia de la información. Adicionalmente, para mitigar el riesgo de impago, ya que nuestros fondos invierten en factoring, procuramos enfocarnos en el top 1500 de empresas del Perú y tomamos facturas relacionadas con el core del negocio. También, realizamos un monitoreo constante y consultamos con expertos para ver cómo evoluciona el mercado.
Nuestro comité de inversiones es presidido por José Sarmiento, acompañado de Lyssette Velarde y Luis Falconi, expertos del sector financiero, quienes aportan amplia experiencia en banca y consultoría financiera. Las facturas que adquirimos son evaluadas por la empresa de factoring, luego por nuestro equipo de riesgos y, finalmente, por el comité de inversiones. Además, nos aseguramos de que las facturas tengan conformidad expresa en Cavali o conformidad presunta más confirmación por correo del obligado, lo que convierte la factura en título valor. Después, confirmamos que el desembolso del dinero se haya realizado al cedente o lo concretamos nosotros. De esa manera, se garantiza que el documento es 100 % exigible.
¿Cómo ha sido el rendimiento de sus fondos a lo largo del tiempo?
Joel: Nuestros fondos rindieron aproximadamente un 15 % anual en dólares y un 19 % en soles. Actualmente, administramos S/ 3,2 millones en el fondo de soles y USD 520 mil en el fondo de dólares. En nuestro primer año, colocamos alrededor de S/ 90 millones y USD 15 millones. Comprar y vender la cartera de facturas nos ha permitido lograr ese volumen de negociación de facturas y nos ha ayudado a tener un 0 % de default el año pasado, al desligarnos del riesgo de crédito. Actualmente, tenemos 26 empresas de factoring como clientes afiliadas a Anka. Afiliar a estas organizaciones que necesitan liquidez y que no tienen acceso a instituciones financieras más grandes nos ayuda a comprar de manera muy rápida, sin buscar clientes directos.
¿Dónde trabajaban antes de Anka Safi?
Nazaret: Antes de terminar mi carrera de Derecho, en el 2013, tuve la oportunidad de practicar en diferentes empresas del sector corporativo y societario. Como egresada, formé parte de una firma de abogados. Empecé como asistente y llegué a ser asociada sénior de la firma. Estuve ahí unos nueve años, hasta que renuncié a mi cargo para dedicarme al 100 % a Anka SAFI. Los temas que veía en el estudio, básicamente, eran de fusiones y adquisiciones, y todos los asuntos societarios relacionados con empresas. El proyecto de Anka me encantó, porque me abría un mundo nuevo: el tema regulatorio. Ha sido un reto para nosotros obtener las licencias, porque normalmente lleva muchos años sacar adelante un proyecto como este.
Joel: Egresé el 2011 de Administración y empecé en la banca mayorista, en el BCP. Luego, pasé al área de negocios internacionales y leasing. Después, me desempeñé como jefe de Producto de Factoring Internacional en el banco. En el 2015, tuve la oportunidad de trabajar en una SAFI y conocer de cerca el mundo de los fondos de inversión. Ahí, aprendí sobre la ley de factoring doméstico que promovía el financiamiento con la factura negociable, pues la SAFI donde trabajé quería lanzar un fondo relacionado con este mercado potencial que estaba por desarrollarse. Después de esta experiencia, experimenté lo que era empezar algo de cero al lanzar una empresa de factoring para unos socios extranjeros. Esto me dio experiencias muy valiosas y me ayudó a terminar de moldear la idea que tenía sobre una institución financiera más inclusiva con los inversionistas pequeños. Tras esto, me dediqué 100 % a Anka SAFI.
¿Qué significó para ustedes estudiar en la Universidad de Lima?
Nazaret: Para mí, fue una gran experiencia. La Universidad de Lima te brinda una formación con un enfoque empresarial y te motiva mucho a emprender un negocio, lo que me parece excelente para los jóvenes en general. Además, te prepara no solo para obtener un título universitario y trabajar en una empresa, sino también para forjarte otras alternativas y manejar tu propia organización.
La Universidad también me dio las herramientas necesarias para desempeñarme en lo que hago actualmente. Soy abogada, pero tengo los conocimientos financieros para trabajar en el tema que abordo en la actualidad.
Joel: Destaco de la Universidad de Lima la red de contactos. Muchas veces, nos llegan clientes gracias a esa red. Que alguien te refiera a un cliente cuando comienzas a emprender es sumamente valioso. Por supuesto, eso está más allá de la parte académica, que es de muy buena calidad.
La Ulima te prepara para asumir retos y para tener una mentalidad emprendedora, que te da la capacidad de detectar las oportunidades del mercado. La Universidad de Lima forma a profesionales que hacen empresa y al hacer eso colabora con el desarrollo del país.