Universidad de Lima

El pensamiento disruptivo siempre ha estado presente en la evolución de la sociedad humana, pero su difusión se ha incrementado en las últimas décadas, en especial en la gestión de las oportunidades de negocio. Esto se refleja en una nueva oferta de productos y servicios (Varón-Serna et al., 2017) para una sociedad cada vez más tecnologizada.

Los profundos avances en la tecnología en un lapso no superior a diez años han impulsado diversos cambios en los hábitos de la gente: nuestra conexión a internet ha pasado de unos pocos minutos al día a casi la totalidad del día. Ha cambiado, pues, cómo las personas se interrelacionan (Gallardo, 2014), y esto sin duda ha influido en la transformación de los modelos de negocio en las últimas dos décadas.

De acuerdo con Varón-Serna et al. (2017), las organizaciones deben fomentar la  creatividad y la innovación, y para ello deben ajustar su estructura organizativa a fin de que esta permita el desarrollo innovador y la mayor participación de sus colaboradores. En esta línea, en la medida en que se creen nuevos modelos de negocio, podrán surgir innovaciones que originen nuevos productos o servicios que a su vez generen valor para la empresa o la sociedad (Teece, 2010).

La innovación en el modelo de negocio es una herramienta por la cual las pymes pueden superar dificultades, encontrar nuevos segmentos o mercados y, por lo tanto, crecer en condiciones en que otras empresas de mayor tamaño normalmente no podrían (López Pérez, Bueno Campos & Salmador Sánchez, 2013). La innovación requiere de capacidades y condiciones como la flexibilidad, y esta es más común en pequeñas y medianas empresas.

López Pérez et al. (2013) identifican cinco elementos claves que deben estar presentes en un modelo de negocio innovador para obtener ventajas competitivas (figura 1):

1. Una propuesta de valor para el cliente y que permita generación de valor para la empresa.
2. Innovación en la cadena de valor.
3. Incorporación de innovaciones en uno o varios de los distintos procesos de la empresa que resulten más eficientes o eficaces en la generación de valor para los clientes y para la organización.
4. Innovación en el uso de recursos.
5. Cultura de innovación dentro de la organización que va más allá de las personas.

Figura 1. Modelo de innovación del modelo de negocio. Fuente: López Pérez et al., 2013.

Sin embargo, la innovación no debería ser exclusiva de pymes y empresas nuevas: toda organización debería buscarla y fomentarla, en especial ante condiciones nuevas que demanden modificar el modelo de negocio. Christensen, Johnson y Kagermann (2008) identifican cinco de estas condiciones:

1. Surgimiento de una nueva tecnología que produzca el ingreso al mercado de un gran número de clientes.
2. Cuando la nueva tecnología se puede capitalizar en el nuevo modelo de negocio.
3. Cuando, en un sector completamente cubierto, se incorporan nuevos recursos, capacidades y procesos para atender mejor las necesidades de los clientes.
4. Cuando, ante la entrada de nuevos competidores, se responde con innovaciones disruptivas.
5. Cuando se cambian las condiciones o hábitos del mercado.

Los modelos de negocio siempre han evolucionado a lo largo de la historia, y la emergencia de la COVID-19 hará este desarrollo aún más evidente. ¿Cómo será el liderazgo corporativo en el nuevo modelo económico mundial que viene? Sin duda será más digital, verde y solidario, como lo señala Bueno Campos (2020), quien además identifica siete elementos contingentes:

• Función actual y evolución del capitalismo
• Globalización
• Objetivo de la empresa
• Cambio climático
• Rol de la ciencia y la tecnología
• Transformación digital y teletrabajo
• Nuevo contrato social

Las conclusiones de este autor anticipan que estaremos ante una economía y sociedad más resiliente y colaborativa.

Los futuros cambios en los modelos de negocio y las organizaciones requerirán una constante revisión de los liderazgos internos y de la gobernanza corporativa. Según Bueno Campos (2020), los puntos que deberán ser revisados son:

1. La función directiva debe tener un enfoque de complejidad hacia una organización como un sistema complejo adaptativo.
2. Incentivar y desarrollar una cultura de la innovación.
3. Reconocer el rol estratégico de la innovación en la creación de valor en la nueva economía colaborativa.
4. Ampliar el compromiso de la empresa para generar valor para todos los grupos de interés (stakeholders).
5. Basarse en el conocimiento como recurso de la función de I+D+i para generar valor.
6. Producir ventajas adaptativas ante la dinámica de los cambios actuales y futuros.
7. Fomentar un liderazgo adaptativo y evolutivo que guíe a la organización hacia la sostenibilidad.

Tanto las empresas como sus modelos de negocio requerirán incorporar capacidades organizativas resilientes que les permitan innovar a la hora de producir valor tanto para sus clientes como para ellos. Estas capacidades deben ser dinámicas e ir desarrollándose o adaptándose según las exigencias del medio interno o externo (Bueno Campos, Murcia Rivera & Merino Moreno, 2019). Estos autores destacan ocho aspectos claves que deben tener las empresas:

1. Liderazgo directivo ágil y solvente.
2. Actitud de compromiso de toda la organización, un alto sentido de pertenencia que permite incluso el desarrollo de esfuerzos adicionales.
3. Trabajo en equipo efectivo.
4. Talento del personal. Las habilidades, actitudes y experiencias construyen la base para la creación de soluciones que generalmente encuentran resistencia.
5. Espíritu creativo e innovador del equipo.
6. Agilidad y ajuste de procesos.
7. Flexibilidad de negocios.
8. Apoyo externo a las redes. Dado que las relaciones tienen un apoyo externo derivado de diferentes agentes (clientes, proveedores, laboratorios, instituciones, etcétera), este puede ser vital de cara a la resistencia.

Actualmente es muy común identificar nuevos modelos de negocio que irrumpen en la sociedad, muchos de ellos muy ligados a la innovación tecnológica. Sin embargo, la definición del modelo de negocio es en esencia separable de la tecnología (Baden-Fuller & Haefliger, 2013). Por lo que la tecnología puede ser un factor diferenciador, pero lo que hará realmente la diferencia será la innovación o creatividad de nuestro producto o servicio, o del modelo de negocio.

Estas líneas pueden clarificar varios conceptos e ideas, pero seguramente también abren nuevas interrogantes, como, por ejemplo: ¿los modelos de negocio que incorporan innovación o tecnología generan valor superior?, ¿qué otros factores en una sociedad tecnológica e innovadora son generadores de valor para stakeholders?, entre otras.

Referencias

Baden-Fuller, C., & Haefliger, S. (2013). Business Models and Technological Innovation. Long Range Planning, 46(6), 419-426. https://doi.org/10.1016/j.lrp.2013.08.023

Bueno Campos, E. (2020). La gobernanza corporativa ante el reto de un nuevo orden económico verde y digital. Revista AECA, 131, 12-18.

Bueno Campos, E., Murcia Rivera, C., & Merino Moreno, C. (2019). Resilient Organizational Capabilities in NTBFs. Concept and Variables as Dynamic and Adaptive Capabilities. Small Business International Review, 3(2), 1-16. https://doi.org/https://doi.org/10.26784/sbir.v3i2.196

Christensen, C., Johnson, M., & Kagermann, H. (diciembre de 2008). Reinventing Your Business Model. Harvard Business Review, 50-59.

Gallardo, A. (2014). Gestión del cambio en contexto de innovación tecnológica.Revista Electrónica Gestión de las Personas y Tecnología, 7(21), 81-90. https://www.redalyc.org/pdf/4778/477847105007.pdf

López Pérez, R., Bueno Campos, E., & Salmador Sánchez, M. (2013). Dinamizar la pyme mediante la innovación del modelo de negocio. Economía Industrial, (388), 95-102.

Teece, D. J. (2010). Business models, business strategy and innovation. Long Range Planning, (43), 172-194.

Varón Serna, D. R., Frasica Rodríguez, D. M., Gamboa Andradre, E., Benavides Sánchez, D., & Vargas Polanco, H. (2017). La disrupción digital (I): modelos de negocio, innovación, conocimiento y tecnología. Revista Vector, 12, 22-31. https://doi.org/10.17151/vect.2017.12.3