09 de Enero de 2017
Cambio climático: perspectivas del sector minero energético
Debido a su actividad primaria, los sectores dedicados a la explotación de recursos naturales deben ser participantes activos en la discusión acerca del impacto del cambio climático. Así lo considera la Carrera de Economía, que organizó la conferencia “El cambio climático y el sector minero energético”, realizada el 27 de octubre en el Aula Magna B y que tuvo como invitado al biólogo Carlos Aranda, quien además de ser gerente de servicios técnicos de Southern Perú, es presidente del Comité de Asuntos Ambientales de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía.
Presentado por Jorge Medicina, director de la Carrera de Economía, Aranda inició trayendo a la conversación al huracán Patricia, de reciente y sorpresivo paso por México. Esto para lanzar una primera afirmación: “Los desastres son cada vez más erráticos e impredecibles”.
Y ese es solo un síntoma de cambios más profundos que podrían darse, como la elevación de la temperatura, del nivel del mar, la desertificación o la expansión de enfermedades, además de consecuencias vinculadas directamente con las dinámicas económicas, como la desarticulación de ciclos agrícolas, migraciones y, como consecuencia última, una variación en el PBI.
Pero, según Aranda, este escenario no es del todo malo. “Hay oportunidades”, aseguró, solo que requieren que más que el camino de la mitigación —emitimos solo el 0.4 de las emisiones mundiales de gas de efecto invernadero, afirmó— tomemos la ruta de la adaptación. Así, por ejemplo, recordó cómo en zonas áridas se han formado lagunas habitadas por algunas especies de peces, cambio que puede aprovecharse económicamente.
No obstante, aseguró que las industrias eléctricas, mineras y de hidrocarburos vienen trabajando en ambos aspectos por igual, aumentando su consumo de energía renovable, protegiendo los bosques, haciendo uso eficiente de los recursos naturales y reduciendo su huella ambiental.
“Mientras se hace todo esto no se puede dejar de crecer, pues una mayor capacidad económica nos prepara mejor para el cambio climático”, concluyó.