Universidad de Lima

Annalucía Fasson Llosa es la primera abogada peruana especializada en derecho de la moda. Eso la ha llevado a estudiar y comprender esta industria, los cambios por temporadas, la expansión de las marcas, los movimientos de los fashion retailers y fast fashion, las modalidades de contratación, el planeamiento tributario, las diversas formas de financiamiento que maneja esta industria y mucho más.

Sus estudios de Derecho en la Universidad de Lima, su nivel de compromiso frente a cada nuevo proyecto y su visión emprendedora le han valido para abrirse camino en esta nueva rama del derecho y para difundirla en nuestro país. ¿Su objetivo? Apoyar esta industria y a sus actores, formalizarla, incentivarla y contribuir así al desarrollo de nuestro país. Hoy, jueves 24 de noviembre, dictará una charla sobre derecho de la moda a las 19.00 horas en el Aula Magna B de la Universidad de Lima.

¿De qué se trata el derecho de la moda?
El derecho de la moda o fashion law abarca diversas áreas del derecho, brindando una asesoría integral a todas las fases del proceso productivo, desde la creación y el diseño, pasando por la importación de la materia prima, la fabricación, distribución, comercialización, promoción y exportación de un producto, incluyendo una amplia variedad de temas legales: corporativos, de comercio exterior, laborales, administrativos, de publicidad y competencia desleal, registro de marcas, derechos de autor, tributarios, financieros, de medio ambiente. Esta asesoría se les brinda a diversos actores, tales como diseñadores, fashion retailers, empresas textiles, centros comerciales, fotógrafos, blogueros de moda, modelos, agencias de publicidad, institutos de moda, etcétera. Todos ellos tienen derechos, deberes y necesidades, y requieren a alguien que los asesore legalmente. El derecho de la moda se ocupa de todos esos temas. Y no solo en cuanto a ropa, sino que también incluye accesorios (lentes, sombreros, cinturones, carteras, etcétera), joyas, perfumes, decoración y calzado, pues el concepto de moda es más amplio.

¿Cómo te especializaste en este tema?
Estudié la especialidad en el Fashion Law Institute de la Universidad de Fordham, de Nueva York, y presenté el proyecto para incorporar esta área en el Estudio Muñiz. Aterricé la especialización a las normas peruanas y se lanzó el área hace algunos meses; es la primera en su género en el Perú.

El tema es totalmente nuevo en nuestro país, ¿cómo te fue con la difusión?
Enseño el curso de Derecho de la Moda en el pregrado de la carrera de Diseño de Modas en el Centro de Altos Estudios de la Moda (Ceam), así como en el diplomado de Fashion Management. También dicto talleres y charlas en diferentes universidades e institutos. A nivel internacional, he participado en seminarios y congresos. Recientemente, terminé de dictar el curso Estructuración Legal en la Industria de la Moda. Ahora hay muchas personas interesadas en el tema e incluso abogados que quieren hacer la misma especialización que yo seguí en Nueva York. Eso es bueno.

¿Cuál es la importancia de esta nueva área en el derecho?
Esta área es muy importante para la industria de la moda. El tema de la moda tiene muchos problemas en sus diferentes etapas: comercialización, distribución, propiedad intelectual, promoción, entre otras. La idea es que todos los agentes involucrados en esta industria acudan a un abogado especializado que pueda abordar este sector de manera transversal. Esta industria cumple un rol protagónico en el país y necesita apoyo. Desde el aspecto legal.

¿La industria valora esta especialidad de las leyes?
Ya tenemos una cartera de clientes en el Estudio Muñiz, pero la idea es que, con la difusión de esta nueva especialización, surjan más. Si bien hay normas dispersas, nosotros conocemos el marco legal completo para que los agentes de la moda puedan desarrollarse con éxito en nuestro país.

¿Qué problemas podrían presentarse en la industria de la moda, por ejemplo?
Dentro de la corriente de moda sostenible, por ejemplo, hay productos que se venden como ecológicos. Pero existen muchos greenwashing, es decir, fashion retailers que pretenden pasar por interesados en la protección del medio ambiente, pero no son tal cosa. Ese es un tema por tratar. También ocurre que muchos diseñadores inscriben su marca en Indecopi, pero después encuentran sus diseños en otras tiendas y no se animan a iniciar una denuncia por infracción marcaria, sin embargo, opino que hay que concientizarlos para que hagan valer sus derechos. Por ejemplo, desde el punto de vista de derechos de autor, si has creado una joya, puedes proteger tu diseño como obra artística en Indecopi. También podemos asesorar en la negociación de un contrato de arrendamiento. No es lo mismo que lo revise cualquier abogado que uno especializado en moda, pues sabe cómo va a reaccionar la otra parte, qué cláusulas se pueden negociar y cuáles no y, sobre todo, cómo funciona cada una de las partes involucradas en el negocio de la moda. Los diseñadores y fashion retailers tienen que hacer valer sus derechos en general, por eso enseño en un instituto de moda y difundo el derecho de la moda.

¿Te gusta enseñar?
Me encanta, enseño a abogados y a diseñadores de moda. De hecho, me siento orgullosa de enseñar y promover el derecho entre los futuros diseñadores. Es un doble reto, no solo porque enseño esta nueva especialización que no tiene antecedentes en este país, sino también porque estos estudiantes no se van a dedicar a las leyes, así que primero tengo que hablarles de moda para captar su atención y, a partir de ahí, vincular el tema con el derecho. Esto les ayuda mucho, porque les imparto conocimientos muy prácticos, enfocados en ellos.

¿Desde cuándo te interesa el tema de la moda?
Bueno, siempre he tenido tres pasiones: el derecho, las finanzas y la moda. Desde muy niña me encantaba la moda y me llamaban la atención las tenidas de los artistas y de las personas en general. En cuanto al derecho, escogí esta carrera porque me importa mucho que haya justicia para todos. Y en derecho de la moda también ocurren injusticias. La gente cree que moda equivale a trajes colgados en los escaparates y siente que es una industria superficial, pero no es así. Hacer una camisa demanda una inversión de tiempo en el diseño, en la fabricación, promoción y venta. Los abogados de la moda respetamos los derechos laborales de todos sus actores y valoramos que todas las personas que trabajan en esta industria cuenten con las condiciones mínimas de un trabajo digno.

¿Podrías comentar tus experiencias laborales previas a tus estudios de derecho de la moda?
Bueno, yo ingresé al Estudio Muñiz en 1998, como practicante del área tributaria. En el 2003 me destacaron como abogada in house en el Centro Comercial Mega Plaza, en donde conocí el mundo del retail y tuve la oportunidad de ver muchas áreas del derecho. Ahí me interesé por las finanzas, me nombraron representante bursátil de la empresa y, a la edad de 25 años, lideré la primera emisión de bonos del centro comercial, por 30 millones de dólares. Eso me motivó, en el 2007, a estudiar una maestría en Finanzas y Derecho Corporativo, llegando a viajar a la Universidad ESADE, en Barcelona, para estudiar el curso de Estrategias de Internacionalización. Al terminar estos estudios, en el 2010, luego de 11 años en el Estudio Muñiz, se me presentó la oportunidad de dedicarme a las finanzas y pasé a ser jefa de Finanzas en la empresa constructora Menorca Inversiones y, en el 2012, pasé al Grupo Breca, a trabajar en Rímac Seguros. En esa época estudié el curso de Seguros, en el Instituto de Información Bancaria. Brindaba asesoría en derecho financiero, bienes raíces (real estate), responsabilidad social, seguros, entre otros. Y en el 2014 volví al Estudio Muñiz.

¿Qué tal alumna fuiste en la Universidad de Lima?
Terminé cuarta de mi promoción. Era muy activa. Fui representante estudiantil de Derecho, en la época en que el director de carrera era el doctor León Barandiarán, a quien yo apreciaba mucho. Organizamos las olimpiadas y, junto con unos amigos, lanzamos una revista de derecho llamada De Iure y realizamos varios congresos a través de la revista, invitábamos a nuestros profesores. Hice grandes amigos. Tengo los mejores recuerdos de mi Universidad.