17 de Diciembre de 2015
Enamorada del canto
Desde muy niña, a Martha Galdos le fascinaba escuchar y ver comerciales de televisión y radio, cantar, hacer teatro. Amaba las cámaras y admiraba el trabajo de los actores de doblaje. Con los años, estos sentimientos no cambiaron y llegó así a la conclusión de que debía estudiar Comunicación. Después la vida la fue llevando hacia la música y es ahí donde, finalmente, se ha desarrollado profesionalmente.
¿Cómo te decidiste finalmente por la música?
La música está conmigo desde mi infancia. Mi padre, pintor, también es aficionado al canto de tangos y boleros. Mi madre formaba parte de un coro, era contralto, mi hermana estudiaba canto como hobbie y todos en casa escuchaban ritmos diversos y en varios idiomas. Ese fue mi caldo de cultivo.
¿Cuál es tu estilo musical?
Mi estilo es ecléctico. Antes que el género busco el mensaje y que la interpretación sea profunda. Ahora, ciertamente, prefiero armonías y melodías donde pueda lucir mi voz y, de preferencia, que sean interculturales, que pueda interpretar en los idiomas que hablo aparte del castellano, como el portugués, el inglés y el francés. Ahora, definitivamente, el jazz ha sido la columna vertebral en mi carrera musical. También he transitado por bossa nova, ritmos costeños y afroperuanos, canción francesa, trova, canción latinoamericana, e investigo nuevos géneros.
¿Qué es lo que más disfrutas de tu actividad musical?
Disfruto interpretar una canción de manera íntima, en una terraza, para un grupo de personas, tanto como cantar en un escenario frente a cientos de personas. Hay gente que simplemente agradece o incluso llora, porque la letra y la interpretación fue algo inspirador. La voz es un instrumento metafísico para conectarnos con nosotros mismos y con los demás.
¿Cómo son los talleres que dictas?
Yo soy organizadora y a la vez soy como una jefa de prácticas del taller Conciencia Vocal. El responsable de la metodología y la clase es Luciano Garrido, mi maestro de canto y “senséi”. Él tiene una manera de abordar el canto y la voz como no he visto en nadie más en este país. Su visión es que comprendamos a la voz desde nuestro intelecto (pensarla) y que la saquemos, reconociendo las partes de nuestro cuerpo que intervienen en la emisión, volviendo a la naturaleza de la respiración (la que hacemos en reposo) y amplificándola.
¿Cuidas mucho tu voz?
Nuestras cuerdas vocales no son como las cuerdas de una guitarra que cambias y ya. Si una persona nos enseña mal, el riesgo es alto e incluso podríamos dañar la voz. He visto llegar a alumnos sin condiciones aparentes, pero al poco tiempo salen cantando y ganan concursos.
¿Tú misma compones tus temas?
Escribo, pero he sido un poco tímida para revelarlos al mundo. Eso está en camino y espero dar noticia de ello muy pronto. Por ahora hago una selección exquisita de las canciones con las que me identifico.
¿A qué cantantes admiras?
Uf, pregunta difícil. Admiro a muchos, a veces no necesariamente por su prodigiosa voz, también por su interpretación, eso es muy valioso también. Veamos, en jazz me gusta Esperanza Spalding, Ella Fitzgerald, Sara Vaughan, Natalie Cole. En soul, Alicia Keys, Aretha Franklin. En música peruana, Alicia Maguiña, Carmina Cannavino. En música brasileña, Elis Regina, Gal Costa, Maria Creuza, Tom Jobim. De músicos latinoamericanos, Jorge Drexler, Marta Gómez, Mercedes Sosa. En lírico, Cecilia Bartoli, Luciano Pavarotti. Mi lista es larga, pues me alimento de varios géneros.
¿En qué lugares te has presentado?
En Lima he tenido oportunidad de presentarme en Jazz Zone, Cocodrilo Verde, La Vida Misma. La plaza aún tiene para crecer en Perú. He realizado presentaciones en importantes eventos de empresas, en las embajadas de Brasil, Reino Unido y Canadá. En Fiestas Patrias tuve la bella oportunidad de presentarme en el Danilo’s Jazz Club de Panamá, del pianista ganador del Grammy Danilo Pérez.
¿Qué implica formarse una carrera musical en nuestro país?
Creo que si uno tiene miras en el mercado local, estar en la radio es fundamental. Lo veo en artistas de cumbia, baladas, rock. Sin embargo, la radio no le da prioridad a la producción local. Afortunadamente, los cantautores de otros ritmos que no estén dentro de estos géneros y que tienen propuestas de folk, funk, soul, jazz, están logrando darle la vuelta a esta realidad a través de las redes sociales y festivales internacionales. Claro que para eso se hace un esfuerzo notable. Ante todo, hay que trabajar tal cual una empresa, ser ordenado, definir tu público, diseñar una estrategia en medios y que todo ello sea coherente con tu mensaje y estilo musical.
¿Tienes un agente o has pensado tenerlo?
Actualmente yo misma manejo mi carrera, pero estoy estudiando la posibilidad de tener un representante, pues yo no solo me manejo como cantante, sino también como actriz de doblaje, locutora y, eventualmente, participo en proyectos vinculados a mi perfil de comunicadora. Mi objetivo ahora son mercados donde se valora el world music, como Canadá, Europa. En cuanto a doblaje, ello es más cotizado en Estados Unidos y México.
¿Te parece difícil desarrollarse profesionalmente en la música?
Esta carrera no es fácil. Pero si una la sabe llevar, con autenticidad y estrategia (y es bueno asesorarse) en music business y redes sociales, el camino es infinito. Internet nos ha dado una gran oportunidad de replantear cosas. La disciplina es clave en lo que sea que hagamos. Muchos músicos tienen trabajos paralelos hasta que van cuajando en el mercado musical. No solo se trata de vender discos, también están las regalías, el merchandising, etcétera. La suerte puede llegar en cualquier momento, hay que estar listos. Estudiar y dedicarse.
¿Sientes que tus estudios en la Universidad de Lima te ayudan de alguna manera en tu carrera?
Mi carrera la aplico en todo momento y creo que la elegí muy bien.