09 de Noviembre de 2015
Un profesional en la agenda del mundo
Como oficial de informaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el Perú, Christian Sánchez está al día en todos los temas que mueven el mundo y organiza la documentación de dicho organismo para ofrecerla a otras personas y organizaciones. Él estudió Comunicación en la Universidad de Lima y ahora mismo organiza una exposición que se montará en esta casa de estudios, “Por un mundo mejor”, del 23 al 27 de noviembre en la explanada del Edificio F.
¿De qué se trata la exposición “Por un mundo mejor”?
Es una muestra fotográfica compuesta por 55 imágenes que dan cuenta de algunas actividades realizadas por la ONU en el Perú, a lo largo de 70 años. El eje articulador son los objetivos de desarrollo del milenio y los nuevos objetivos de desarrollo sostenible. Estamos agradecidos con la Universidad de Lima por brindarnos su hospitalidad en esta exposición.
Luego de estudiar en la Ulima, trabajaste en muchos lugares, incluso en el extranjero. ¿Podrías comentarnos esa experiencia?
Al terminar mis estudios trabajé un par de años en América Televisión, en la producción de un programa cultural llamado Luces de la Ciudad. Después postulé a una beca Fulbright y la gané, así que me fui a Maryland, Estados Unidos, a estudiar una maestría en comunicaciones. Pero antes de viajar postulé también a un curso en Radio Nederland, en Holanda, y pude tener esa experiencia poco antes de ir a Maryland. Terminando el curso en la radio, me quedé dos meses haciendo prácticas en la propia radio.
¿Qué hiciste después de la maestría?
Estando en Maryland, una amiga que había conocido en Holanda me escribió y me dijo que tenía amigos en el Tecnológico de Monterrey que le habían comentado que estaban buscando comunicadores con maestría para ocuparse de la docencia, así que le di mis datos sin prestarle mucha atención al tema y de pronto recibí una llamada del Tecnológico de Monterrey, pidiéndome una entrevista. Viajé, conversé con los directivos y regresé a Estados Unidos para terminar mi tesis y, al cabo de esta, me llegó la carta del Tecnológico solicitando que fuera a trabajar. Acepté inmediatamente. Permanecí ahí casi cinco años, trabajé como profesor en la Escuela de Comunicaciones y en el Centro de Medios, que me encargaron implementar.
¿Luego volviste al Perú?
Siempre pensaba en volver a mi país, pero de pronto me escriben de Radio Nederland, en Holanda, y me piden hacerme cargo de la sección de noticias en español. Yo acepté, pero solo por dos años, porque luego quería volver al Perú. Fue un trabajo muy interesante. Cubría conferencias de la ONU, visitas del entonces presidente Alberto Fujimori a Alemania, viajé bastante para hacer coberturas periodísticas y al cabo de dos años volví al Perú.
¿A un puesto en particular?
No. Mis amigos me decían que estaba loco, que no debía abandonar un puesto internacional, pero igual vine. En ese momento se estaba creando la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica del Perú y me invitaron a formar parte de este grupo fundador; ellos ya tenían un trabajo avanzado, seguimos con el diseño de los cursos y todo lo que se necesita para formar una facultad. Ahí enseñé unos 15 años, algunos de esos en forma compartida con un trabajo en el Consejo Británico, como oficial de información. Me quedé ahí unos 8 años y pasé a la Embajada Británica, casi 12 años, primero como oficial de información y luego como gerente de comunicaciones de la embajada. Fue muy interesante también. Y en el 2012 pasé a Naciones Unidas, como oficial de informaciones.
¿En qué consiste tu trabajo actual?
Me encargo de apoyar en diversos temas de información, sean de UNICEF, FAO, etcétera. Una semana podemos promover una campaña para eliminar la violencia contra la mujer y a la siguiente un tema sobre VIH. Hay que organizar campañas en medios y ofrecer información a organizaciones. Esa variedad me gusta mucho. Dependemos directamente del secretariado en Nueva York. Asistimos a agencias que no tienen presencia en el Perú. El año pasado, por ejemplo, el Perú fue sede de la COP 20 y aquí no tiene representación el programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, así que ofrecimos ese apoyo. El trabajo es muy demandante. También coordinamos con otros países, con organizaciones de la sociedad civil, etcétera. Es un trabajo que no acaba, siempre viene una cosa tras otra.
Los temas son muy interesantes, es un trabajo permanente con la agenda internacional.
Los temas son extraordinarios. Aquí podemos ver asuntos de desarme, VIH, violencia contra la mujer, cultura, tecnología, cambio climático, género, medio ambiente, discriminación. También hacemos un trabajo con escolares, tenemos un Club de Amigos de la ONU alrededor del cual los niños se organizan y trabajan la agenda de Naciones Unidas, en el tema que escogen. Nosotros les ayudamos con una conferencia, con información. Asimismo, impulsamos los modelos ONU, que son simulaciones de Naciones Unidas, con todas sus instancias y comités. Los estudiantes, sean escolares o universitarios, asumen el papel de un embajador, de un representante de un país, se preparan y simulan una asamblea, llevan a cabo discusiones y tienen que negociar, tal cual se hace en Naciones Unidas. Esto se lleva a cabo a nivel mundial, en la Universidad de Harvard tiene lugar uno de los más grandes modelos mundiales.
¿Cuál es el objetivo de hacer ese trabajo con jóvenes aquí en el Perú?
Nuestra apuesta es que los estudiantes peruanos tengan una visión global de lo que pasa en el mundo. La agenda local es prioritaria, pero no debemos dejar de ver lo que pasa en el mundo. Un estudiante universitario necesita estar informado sobre el conflicto en Siria, las migraciones en Europa, etcétera. Es importante que los jóvenes tengan una visión global, es bueno construir ciudadanos globales. Muchos de estos jóvenes comenzaron participando en estos modelos y ahora trabajan fuera del país, porque les interesa lo que sucede a nivel internacional.
¿Qué recuerdos guardas de tu época de estudiante en la Universidad de Lima?
Recuerdo mucho a la gente, a mis profesores. He tenido oportunidad de estudiar y trabajar en el extranjero, y ahí pude comprobar que los conocimientos que me dieron mis profesores fueron muy buenos, me abrieron los ojos, me dieron oportunidades, ideas de cómo desarrollarme. En esa época no contábamos con toda la tecnología que hay ahora, había que ser muy creativos para tener un buen producto. Además, mis mejores amigos son los de la Universidad.