26 de Agosto de 2024

El mundo de las finanzas cuantitativas

Álvaro Franco Palacios se interesa mucho por el análisis cuantitativo, la computación en la nube, el aprendizaje automático y la inteligencia artificial. Como analista de Análisis Cuantitativo Global en el Banco de América, Estados Unidos, se dedica a detectar posibles delitos y fraudes en el mercado de valores, y a identificar oportunidades para automatizar procesos.

Él estudió Administración en la Universidad de Lima, y ya desde ese entonces valoraba mucho las oportunidades de aprendizaje y abordaba los desafíos como posibilidades de crecimiento profesional.

Actualmente, ¿cuáles son tus labores como Global Quantitative Analytics Analyst?
Mi labor principal como analista cuantitativo, o quant, se centra en la creación de algoritmos para modelar y analizar los datos con los que trabajamos. Nuestro objetivo es detectar posibles delitos y fraudes en el mercado de valores, como el insider trading, el wash trading, el ramping, entre otros, así como identificar oportunidades para automatizar nuestros procesos actuales. 

Utilizamos principalmente SQL (lenguaje de computación para trabajar con conjuntos de datos), con el fin de extraer y modelar la información de nuestras bases de información, y Python (lenguaje de programación) para automatizar los procesos. Además, formo parte del equipo de Excelencia Operacional, con el que proponemos y ejecutamos mejoras en diversos equipos dentro de Global Compliance and Operational Risk, en estrecha colaboración con el equipo de tecnología para implementar estas mejoras.

Entonces, te ocupas también de temas de riesgos y cumplimiento.
Correcto, formo parte de la división de Trade Surveillance (cumplimiento en el mercado de valores). Estamos dentro del área de Global Risk.

¿Con qué actitud enfrentas los retos que se presentan cotidianamente?
Me gusta abordar los desafíos como oportunidades de crecimiento profesional. A menudo, me expongo a nuevos algoritmos y tecnologías con los que inicialmente no me siento cómodo, pero esto se convierte en una capacitación continua, que es uno de los aspectos que más disfruto de mi trabajo. Además, colaborar con un equipo global, con compañeros en Hong Kong, Nueva Delhi y Dublín puede alterar los horarios tradicionales de trabajo, sin embargo, cada reunión representa una enorme oportunidad de aprendizaje. Finalmente, como en cualquier posición, trabajar bajo plazos ajustados puede generar presión para completar informes, pero existen formas efectivas de manejar esto, como la priorización y la organización.

¿Cómo llegaste a trabajar al Banco de América?
En el 2022, tuve la oportunidad de revalidar mis estudios en la Florida International University (FIU), en Miami, animado por las recomendaciones de familiares que ya habían estudiado en esa universidad. Ahí, unos representantes del Bank of America nos visitaron en el campus y me conecté con ellos, conocí más acerca de la cultura empresarial y de las oportunidades que estaban presentes en ese momento. Decidí aplicar para trabajar en este banco, y obtuve una oferta.

Cuando aún estudiabas en la Universidad de Lima, ¿dónde realizaste prácticas?
Comencé mi carrera en el mundo corporativo como practicante de parametrización en Cencosud, donde me encargaba de gestionar la distribución eficiente de los SKU a distintos centros de venta de la empresa. El manejo frecuente de grandes bases de datos y el análisis constante de los parámetros formaban parte de mis responsabilidades.
Posteriormente, tuve la oportunidad de entrar en el programa de prácticas de verano de Interbank, en el que fui parte del equipo de proyectos para el segmento emprendedor. Durante tres meses, trabajamos en el desarrollo de una nueva implementación para una fintech del banco, una experiencia bastante integral en la que realizamos investigaciones de mercado, propuestas de valor, blueprints para experiencia del cliente, análisis de profit and loss (P&L) y gestión comercial. Finalmente, la pasantía culminó con el pitch del proyecto y el establecimiento de los siguientes pasos. 

Después de un tiempo, empecé a trabajar en Scotiabank como practicante de Control de Gestión. Ahí aprendí sobre el funcionamiento de la banca, especialmente sobre estados financieros. Mi responsabilidad principal consistía en elaborar reportes, realizar análisis y brindar recomendaciones y conclusiones para, posteriormente, enviar todo este trabajo a la casa matriz ubicada en Canadá. Trabajamos en la extracción y el modelamiento de la información de nuestras bases de datos para armar los estados financieros, de acuerdo con los requerimientos indicados por Controller, y con los plazos indicados desde Toronto.

Una vez que terminaste tus estudios universitarios, ¿en qué lugares has trabajado y, brevemente, qué aprendizajes has obtenido en ellos?
Una vez que egresé de la Universidad de Lima, entré como analista de negocios al BCP, dentro de la banca comercial. La experiencia me ayudó a conocer distintos productos bancarios, así como la manera en que operaban. Además, tuve mi primer acercamiento con el área de riesgos, ya que trabajamos de la mano con ellos para realizar el establecimiento de las tasas. También, desarrollé habilidades de negociación para relacionarme con clientes y la capacidad de realizar un sólido trabajo en equipo, en dupla con funcionarios de negocios. 

Finalmente, ya en Estados Unidos, trabajé en el verano de 2023 como analista de reportes de rendimiento en un fondo de inversión en Boca Ratón llamado Polen Capital. La experiencia me puso en contacto con conocimientos en ingeniería de datos y cloud computing, porque los proyectos consistían en automatizar reportes en la nube que tardaban en elaborarse un aproximado de ocho horas, tiempo que reducimos a menos de un minuto.

En general, has usado mucha tecnología y análisis de datos en tus trabajos, ¿cuándo empezaste a especializarte en ese sentido?
Cuando llegué a Estados Unidos, opté por estudiar la especialidad en Finanzas y Business Analytics. Esta última materia fue la que me hizo desarrollar una pasión por la codificación, la automatización y la ingeniería. Al llevar cursos de gestión y optimización de base de datos, de analítica y de reporte de datos e inteligencia artificial, me di cuenta del potencial de estas materias para impactar de manera positiva en varias ramas de administración y negocios. Fue tanta mi curiosidad y mis ganas de seguir aprendiendo que comencé a estudiar otros cursos para mejorar mis habilidades, entre estos, lenguajes de programación como Python, SQL y R, que ya había aprendido en la especialidad, así como nuevos lenguajes más complejos, como el lenguaje de programación C++. Adicionalmente, la experiencia en Polen Capital, en el trabajo con conceptos de ingeniería de datos y con un equipo excelente con diferentes backgrounds, no solo relacionado al mundo de negocios, me ayudó a confirmar mi agrado por estas materias.

¿Qué les aconsejarías a los jóvenes que ingresan al mercado laboral?
A los jóvenes que recién comienzan su carrera profesional, les diría que uno de los mayores desafíos que enfrenté fue conseguir mis primeras prácticas preprofesionales. Recuerdo que cuando estuve en el octavo ciclo de mi carrera, recién inicié la búsqueda de trabajo. Me di cuenta de la creciente demanda de habilidades técnicas para las posiciones de pasante que estaban disponibles, así que comencé a certificarme en diversas tecnologías, como Power BI, SQL y SAP, lo que amplió mis oportunidades de entrevistas y me dio la posibilidad de comenzar a trabajar en Cencosud. Considero que es crucial iniciar las prácticas lo antes posible, porque te ayudan a descubrir tus áreas de interés y facilitan la búsqueda de una segunda pasantía.

Una vez graduado, y principalmente en Estados Unidos, otro desafío que enfrenté fue entender las dinámicas de trabajo de cada uno de mis equipos. Las reuniones uno a uno con mis managers fueron de gran ayuda, ya que me transmitían los objetivos a corto y largo plazo, lo que esperaban de mí en cada una de mis responsabilidades, y su disponibilidad para tener reuniones futuras con el fin de proporcionar feedback.

¿Hay alguna habilidad o competencia específica que consideres crucial para tener éxito en el mercado laboral actual?
En primer lugar, el compromiso con la excelencia operacional. Actualmente, las grandes empresas financieras invierten significativamente en mejorar sus procesos internos para ser más eficientes. En segundo lugar, la capacidad de automatizar procesos es fundamental. Esta habilidad está estrechamente relacionada con el punto anterior, ya que descomponer un problema en partes y decidir qué puede ser automatizado y qué no es una competencia muy valorada y difícil de encontrar. Por eso, muchos procesos de selección en fondos de inversión desafían a los candidatos con preguntas de casos prácticos que evalúan esta capacidad. 

Por último, es esencial mantener un hábito de aprendizaje constante. Destacarse como profesional implica estar un paso adelante, y hay varias maneras de lograrlo: desde leer regularmente noticias en el Wall Street Journal hasta obtener certificaciones relevantes como el CFA, FRM o CAIA. Esto no solo mejora la comprensión de los problemas comunes en el trabajo, sino que también facilita el desarrollo de soluciones efectivas.

¿Qué aspectos de tu formación en la Universidad de Lima consideras que han sido fundamentales para tu éxito profesional?
La Universidad de Lima ofrece una metodología de enseñanza de alta calidad que me dio la posibilidad de establecer una base sólida tanto en habilidades blandas como técnicas, lo que facilitó mi adaptación al sistema educativo estadounidense. Por ejemplo, recuerdo que en la mayoría de los cursos se fomentaba el trabajo en equipo a través de proyectos, práctica que es esencial en el mundo corporativo actual. Además, se promovía el pensamiento crítico, una habilidad fundamental que se utiliza frecuentemente en reuniones para considerar y discutir los diversos puntos de vista de cada miembro del equipo. Disfruté mucho mi etapa universitaria en la Universidad de Lima, hice amigos valiosos con quienes mantengo contacto hasta el día de hoy. Recuerdo especialmente las horas que pasábamos juntos para repasar antes de los exámenes. El apoyo mutuo y la colaboración en grupo no solo hicieron que el estudio fuera más dinámico y ameno, sino que también contribuyeron a una comprensión más profunda de la materia.