12 de Agosto de 2024

Helados todo el año

Friodo es una heladería que ha ganado popularidad rápidamente en Ica. Los clientes pueden configurar el producto a su gusto porque tienen a su disposición más de 35 toppings para elegir. Rodrigo Requejo Ortiz de Zevallos, economista por la Universidad de Lima, es el artífice de este negocio y su gerente general. A los cuarenta años, decidió retirarse de la empresa donde laboraba para emprender, motivado por desarrollar un nuevo proyecto y hacerlo crecer. A los alumnos de la Ulima les aconseja que hagan lo que más les gusta y que tengan la convicción de que nunca es tarde para comenzar algo nuevo.

¿Cómo así decidiste emprender con una heladería?
Desde que terminé mi carrera en la Universidad de Lima, sabía que mi propósito de vida estaba en la ruta del emprendimiento. De hecho, me encanta el proceso de comenzar un nuevo proyecto, y el emprendimiento de la heladería surgió después de una evaluación de mercado en la que identificamos que había espacio para vender helados de yogur en Ica y en todo el país.

¿Por qué decidiste abrir tu local en Ica?
Mi esposa y yo somos iqueños, crecimos aquí. Los dos hemos vivido fuera de Ica y, después de veinte años, decidimos volver a nuestra ciudad natal e iniciar este emprendimiento por varias razones. En primer lugar, la ciudad de Ica tiene pleno empleo y el mercado gastronómico es muy dinámico. En segundo término, tiene buen clima en todos los meses del año, lo que hace de esta ciudad un lugar ideal para los helados. Asimismo, tenemos familia y amigos aquí. Por último, se dice que uno siempre vuelve al lugar donde fue feliz; por eso hemos vuelto.

¿Desde cuándo tienes este negocio y cómo te va actualmente?
Comenzamos a operar en enero del 2024 y nos sentimos muy contentos porque nos va bien. El producto ha sido bien aceptado por el público objetivo. Considero que en todas las ciudades hay público interesado por las novedades y los productos de calidad, y eso es lo que ha ocurrido aquí.

¿Qué dificultades superaste al abrir este negocio?
Una de las partes más difíciles de este proceso fue encontrar un local que encaje con las necesidades que yo me había planteado como empresario. Además, había que elegir bien a los asesores que se encargarían del branding y al arquitecto para que el concepto sea redondo, integral, y todo se sincronice. Finalmente, creo que encontrar capital semilla es siempre complicado en el Perú.

¿Qué caracteriza tu heladería?
Nuestro concepto es hacer que los clientes configuren el producto a su gusto, ya que ponemos a su disposición más de 35 toppings para acompañar los helados. Además, vendemos bubble waffle, crepés y smoothies. Queremos ser percibidos por la gente como un concepto divertido de postres donde no solo pueden comer un frozen yogurt.

¿Cómo te va actualmente?
Nos va bien. Ha empezado el invierno y la venta de helados ha caído un 25 %, lo que era de esperarse. Sin embargo, crecemos en waffles y crepés. Además, hay que considerar que la baja en las ventas no solo obedece al invierno, también hay una caída generalizada en el país, en casi todos los operadores de comida y retail.

¿Qué otros trabajos has tenido y qué hacías en ellos?
Al salir de la Universidad de Lima, estuve cinco años en banca comercial. Luego, me fui a Santiago de Chile para seguir un MBA en la Universidad Adolfo Ibáñez. Al volver al Perú, me contrataron como CFO en una empresa constructora y, luego, estuve en minería y agroexportación. Finanzas ha sido, principalmente, mi campo de trabajo en los últimos años.

¿Podrías compartir algún proyecto que hayas realizado a lo largo de tu carrera profesional que haya tenido un impacto importante o que haya sido un aprendizaje para ti?
En mi último trabajo como CFO, tuve el honor de pertenecer a una compañía transnacional y de construir una de las únicas plantas para procesar y almacenar alimentos congelados en el Perú. En doce meses, construimos la planta de 30 000 metros cuadrados, contratamos al personal, implementamos SAP y pusimos el negocio a operar. Fue muy interesante y retador.

¿Qué les recomendarías a los jóvenes que estudian tu carrera en la Universidad de Lima?
Que hagan lo que más les gusta y que tengan la convicción de que nunca es tarde para comenzar algo nuevo. Yo, a los cuarenta años, renuncié a mi trabajo para emprender. Otra recomendación importante es que no teman equivocarse, porque es lo más normal.

¿Tienes algún pasatiempo?
Principalmente, me gusta correr tabla. Aunque ahora que vivo en Ica, he tenido que sacrificar bastante la práctica. Pero espero volver a hacerlo con más frecuencia, seguramente cuando abra mi primera tienda en Lima.

¿Qué recuerdos guardas de la Universidad de Lima y cómo te fue, en general, en la etapa universitaria?
Pienso que fue la mejor etapa de mi vida, porque hice muchos amigos, aprendí bastante y realmente me divertía ir a la Universidad. Me gustó la Carrera de Economía que seguí en la Universidad de Lima, porque me dio la posibilidad de desarrollarme como economista y en finanzas, y me brindó las herramientas necesarias para ser un empresario. Uno siempre dice que hay cosas buenas y malas en toda experiencia, pero si lo considero en retrospectiva, solo logro recordar cosas buenas de mi etapa de estudiante en la Ulima.