04 de Mayo de 2018
El arte en las venas
Daria Denegri era una niña muy versátil en el colegio. Le gustaban muchas cosas, de ciencias, letras y arte. Habría podido escoger casi cualquier carrera. Ella eligió Arquitectura y estudió en la Universidad de Lima, donde definió su espíritu artístico, abrió su mente al arte y despertó sus sentidos.
Ella siente que, poco a poco, dejó de ver simples objetos a su alrededor y empezó a visualizar vida, estímulos, y a entender mejor los sentimientos. Ahora, vuelca todo eso en sus escritos y está convencida de que escribir es su verdadera pasión. Ya tiene listo su primer libro de poesía, Arritmia.
¿Desde cuándo te gusta escribir?
Comencé a escribir a los diez años. Mis primeros poemas los hice en el colegio, siempre participaba en concursos de juegos florales.
Pero estudiaste Arquitectura, ¿por qué?
Me gustaba de todo. Quería ser científica, artista, matemática... Mis papás me cuentan que, de pequeña, leía cosas que a veces ni entendía. Por ejemplo, el primer libro que leí fue una enciclopedia sobre el origen del universo y molestaba a mi mamá todo el tiempo con preguntas raras para mi edad, como qué era un agujero negro. Mi profesor de matemáticas del colegio me habló de la carrera de arquitectura, me dijo que era muy amplia, que abarcaba matemática, diseño, arte, sociedad, etcétera, así que me decidí por estudiarla.
¿Te gustó Arquitectura en la Ulima?
Sí, en los primeros ciclos me enamoré de la Carrera. Me encantó el cambio de perspectiva que me dio. Empecé a ver la ciudad de una manera diferente. Antes, casi no caminaba por las calles, pero como universitaria tuve que hacer trabajos de campo y comencé a percibir de todo.
¿Has tenido oportunidad de practicar en una empresa?
Practiqué, sí. Estuve como tres años en una constructora. De hecho, la Carrera me encantó, me ayudó a desarrollar creatividad y una perspectiva mental distinta. Cambió mi forma de ver el mundo, yo caminaba por la calle y veía no solo árboles, sino naturaleza envolviéndome. Estudiar Arquitectura fue lo mejor que me pudo pasar.
¿Cuándo te animaste a escribir textos literarios?
Yo había dejado de leer y escribir, por mis estudios, pero lo extrañaba mucho, así que hace dos años tomé la decisión de volver a la literatura. Tengo un compilado de poemas, con versos cortos e historias que creo luego de observar una pintura. El libro se llama Arritmia y pronto saldrá a la venta. Además, estoy escribiendo una novela que pienso terminar este año.
¿Algo en particular te llevó a publicar tus poemas?
Mis poemas los guardaba bajo llave, no se los mostraba a nadie, pero hace dos años mi mejor amiga de la Universidad me animó: “¿Por qué no abres una cuenta en Facebook y publicas algunos fragmentos, a ver cómo te va?”. Le hice caso. Luego, cuando ya tenía un manuscrito de mi libro, varios amigos me animaron a publicarlo.
Ese era un mundo nuevo para ti.
Así es, no tenía idea de cómo era el mundo de las editoriales. Investigué sobre el proceso de publicación y mandé un correo de presentación, con un CV literario y un compilado de frases a algunas editoriales. Me rechazaron en un 80%, pero me respondieron unas cuatro, pidiéndome el manuscrito. De esas, me aceptaron dos: Caja Negra, peruana, y Editorial Poetisa, de Buenos Aires. Tuve que elegir una.
¿Cuál elegiste?
Tenía que decidir según los beneficios, el porcentaje de regalías, el pago establecido al editor, al diseñador, etcétera. Viendo esas condiciones elegí Editorial Poetisa. Todo fue muy rápido, mandé el libro a fines de enero y en febrero ya tenía el contrato firmado. Eso fue bueno; además, pienso que el impacto que tendrá mi libro en Buenos Aires será más grande, porque allá creo que hay más lectores.
¿Qué opinan tus familiares de tu pasión literaria?
Mi mamá estaba muy emocionada porque fuera arquitecta, y ahora está feliz con el nuevo rumbo que he tomado. Dejé de trabajar por hacer mi tesis y por escribir, y ella me apoyó completamente, confió en mí y pagó todos los gastos de la editorial. Mi hermano, que no es nada expresivo, me levantó el dedo pulgar y me dijo: “Bacán”; eso fue lo máximo. Todos están felices.
¿Cuándo presentas tu libro?
No tengo un lugar para la presentación todavía. Sí he coordinado ya con dos lugares donde se venderán: en Book Vivant y en la Biblioteca de la Municipalidad de La Molina.
¿Qué podrías comentar sobre poesía ilustrada?
Hago collages de fotos con poemas, es una especie de género artístico. Esto empezó en la Red de Artistas de la Municipalidad de La Molina, de la cual formo parte. Entré, porque vi una feria donde podías vender tus productos, entonces quise hacer algo visual y así comencé a hacer poesía ilustrada. Estuve vendiendo los collages muy bien, pero ahora que comencé con la tesis he puesto casi todo en pausa. Cuando la termine, regresaré.
¿De qué trata tu tesis?
Mi tesis es sobre un centro de arte para personas con discapacidad. El arte es un medio importantísimo para mejorar la educación y estimulación de personas con discapacidad. Es un gran medio para expresarse y tener una identidad propia. Me interesa rescatar eso.
Volviendo a tu poesía, ¿qué tipo de poemas escribes?
Hago mucha poesía romántica, pero también toco temas más introspectivos, hablo del significado de la muerte, de los procesos internos que he atravesado a lo largo de mi vida, de la superación de alguna ruptura. En general, todos mis poemas son de amor propio, sobre la familia y la vida, no solo amor de pareja. Yo no hago poesía con rima. No mido la métrica, no sigo patrones métricos clásicos: soy más de verso libre para escribir lo que dicen mis sentimientos. Trabajo poesía del alma.
¿Todos tus escritos son experiencias personales?
No, aunque todo el mundo piensa que escribo mi diario. Recojo experiencias personales, pero cambian las cosas mientras escribo. Por eso me costó mucho enseñar lo que escribía, porque hay partes muy personales, combinadas con ficción. Por eso tengo una frase bandera que he colocado en mi portada de Facebook: “Solo el mismo escritor puede jactarse del secreto más fascinante y perverso de saber qué es verdad y qué es ficción de sus propios cuentos”.
¿Qué has pensado respecto a tu carrera? ¿La piensas seguir desarrollando?
Quién sabe si más adelante termine trabajando de arquitecta con un horario que me permita escribir. Me apasiona la parte de investigación en arquitectura y no descarto nada.