02 de Febrero de 2018
Microfranquicias como modelo de expansión para emprendedores
Guillermo Quintana viene sembrando semillas de emprendimiento colectivo en nuestro país. Con el modelo de microfranquicias, agrupa a pequeños empresarios, los capacita y motiva para que crezcan y se expandan juntos, bajo una misma marca. Paralelamente, trabaja con grandes franquicias y dirige una escuela de emprendimiento.
Guillermo es licenciado en Administración de Empresas por la Universidad de Lima y director de Expansión Franquicia Perú & Latinoamérica. Recientemente, ha publicado el libro El camino hacia el progreso: las microsoluciones a la pobreza. Y ahora nos cuenta al detalle cómo es el trabajo que realiza.
¿Cuál es la labor de Expansión Franquicia exactamente?
Desde el 2008, nos hemos abocado a promover el modelo de microfranquicias para las pymes. Tenemos una escuela llamada Proemprender, que funciona como una incubadora que ayuda a las pequeñas y medianas empresas a convertirse, a mediano plazo, en franquicias.
¿Cómo lo hacen?
Lo que hacemos es agrupar a empresarios de las pymes de un mismo rubro y los ayudamos a hacer una marca colectiva y a estandarizar sus servicios y su negocio. En el Perú hay 5,7 millones de mypes, pero la mayoría trabaja solitariamente. Lo que deberían hacer es asociarse para salir al mercado con una marca colectiva y así ser fuertes. Esto les permitiría tener un mayor poder de negociación y formalizar su pyme.
¿Qué es una microfranquicia?
Es un conjunto de negocios acreditados por una marca en común, que funcionan con una inversión pequeña. El modelo de microfranquicia se originó en Estados Unidos, con un fin social, pues se trata de ayudar a la empresa emergente o startup a crecer, para que, finalmente, sea una franquicia y se expanda. Nosotros hemos sido pioneros en promover este modelo en Latinoamérica. En Expansión Franquicia trabajamos este innovador modelo para las pyme y también el modelo de franquicias para empresas grandes.
¿Cuál es tu proyecto emblemático?
El primer proyecto de microfranquicias en el cual estuve involucrado fue el de Taxi Excel. Con este ayudamos a los taxistas a formalizarse y a convertirse en empresarios del volante. Funcionó como una empresa de taxi remisse, pero en un tiempo en que no existía la tecnología de los smartphones, así que operaba a través de llamadas telefónicas, por call center. En la central de atención al cliente contábamos con un GPS para monitorear las unidades. Entre nuestros clientes estaban la Embajada de Estados Unidos, Southern Perú, USIL y Scotiabank.
¿Cómo se beneficiaron los taxistas?
Pasaron de ser taxistas informales a formalizarse, gracias a las capacitaciones que les dimos. Sabían hablar inglés básico para atender a los turistas, se vestían formalmente, hubo un cambio total en ellos. Ahora aplicamos lo mismo en otros rubros, la idea es profesionalizar a los pequeños empresarios. Desarrollamos otro proyecto cerca de Barranca, en el norte, con la empresa TASA, una pesquera del Grupo Breca. Nos convocaron para aplicar el modelo de microfranquicias a las pyme que estaban alrededor de su planta en su zona de influencia.
¿Qué tipo de negocios había?
Había pesca artesanal, bodegas, productoras de yogur artesanal, artesanías con junco, confección de uniformes para colegios, etcétera. Los organizamos y los orientamos para que saquen su RUC y microcréditos a través de una caja municipal aliada en la localidad. Al principio fue complicado cambiar la mentalidad de esas personas, convencerlas de trabajar de forma asociativa. Cada señora que producía yogur quería hacer su propio sabor. Nosotros les propusimos abocarse al mismo yogur, porque de esa manera la capacidad productiva sería mayor, y las convencimos de que la marca tuviera el nombre de la comunidad de Végueta, eso generó mucho impacto y realmente posicionó la marca. Hemos hecho este tipo de trabajo en otros lugares del país con la escuela Proemprender, como el proyecto de Mercados Emprendedores con el Banco de la Nación, La Tiendecita Andina con Sierra Exportadora, Proyecto Kioscos Emprendedores, y hace poco hemos desarrollado un proyecto de microfranquicias en Cajamarca, junto con los proveedores de una minera.
¿Qué actividades han realizado con la escuela?
En Lurín y Pachacamac hicimos una capacitación con jóvenes guías turísticos para aplicar el modelo de microfranquicias; también hemos capacitado a jóvenes de institutos y universidades. Hemos capacitado a los estudiantes de los últimos años del Instituto Avansys en temas de emprendimiento empresarial, convocados por Sura Perú. Asimismo, hemos capacitados a funcionarios de EsSalud en temas de cultura emprendedora e innovación empresarial.
¿En qué consisten estas capacitaciones?
Hemos creado una escuela de emprendimiento en la cual contamos con una plataforma educativa digital, por medio de una alianza con la empresa de tecnología Cisco. Todo el contenido académico que ofrecemos ahí es un mix de nuestra oferta académica en emprendimiento e innovación empresarial y del que ellos tienen como empresa global de telecomunicaciones. Tenemos alumnos locales y de varios países de Latinoamérica.
¿Cuál dirías que es la clave para sacar adelante las microfranquicias?
Yo diría que articular el trabajo del gobierno local, la empresa privada y la comunidad emprendedora. Siempre tratamos de formar ese triángulo, porque si se trabaja aisladamente todo resulta más complicado. Los proyectos tienen que ser sostenibles.
¿Con qué empresas han trabajado anteriormente?
Además de los proyectos mencionados, hemos migrado al modelo de franquicia a las marcas Santa Natura, Clínica Dental Alemana, el restaurante La Eñe; y estamos en el proceso de conversión al modelo de franquicia de las marcas Clínica Kalieska Arroyo, Frieda Holler, Kausa y Más, Munanqui Peruvian Tea; y estamos ayudando a expandir a Multident, Heladería Ice Pop, Fast Fitness, Instituto Frieda Holler, UNOA1 Circuits, Academia de Idiomas UK Vivential, entre otras marcas locales e internacionales.
¿Cuál es el panorama de las franquicias en el país?
Actualmente, existen en nuestro país alrededor de 457 franquicias. Este sector factura más de 1.500 millones de dólares al año. Tiene una tasa de crecimiento de más del 20 % anual, crece más que el PBI del país y genera más de 30.000 puestos de trabajo. El año pasado, el número de franquicias peruanas superó al número de franquicias extranjeras en el Perú, lo cual es importante: son 50,5 % y las extranjeras son 49,5 %.
¿Cómo te sientes al trabajar en este rubro?
Muy bien. Pero no es solo mi trabajo; somos un equipo de consultores globales multidisciplinario y con experiencia en negocios. Llevamos cerca de diez años en esto, por eso nos convocó la Asociación Internacional de Franquicias (IFA) de Washington DC, Estados Unidos, en 2016, y nos dio un premio global, por ser uno de los mejores proyectos de emprendimiento en el mundo de las franquicias: la primera incubadora enfocada en el modelo de microfranquicias. Por otro lado, hemos lanzado el libro El camino hacia el progreso: las microsoluciones a la pobreza, auspiciado por la Fundación Añaños, y cuyo prólogo hizo el expresidente de la Cámara de Comercio de Lima, Samuel Gleiser.
¿Cuáles son las ideas centrales del libro, qué podría aprovechar un empresario?
El libro consta de tres partes. El primer capítulo cuenta toda la historia de la evolución de las microempresas en el Perú, desde que migran los emprendedores provincianos a Lima y se crea una nueva economía en la capital. El segundo explica cómo la pyme puede “apalancarse” financieramente con microcréditos. Y el tercer capítulo es netamente sobre la microfranquicia, cómo se aplica este modelo en otros países emergentes y cómo contribuye a reducir la pobreza.
¿De qué manera piensas crecer en esto?
A través de nuestro portal digital Expansión Franquicia no solamente promovemos franquicias pequeñas, ahora estamos buscando al empresario culinario para que convierta su restaurante en una franquicia y se expanda hacia mercados del extranjero. También estamos trayendo marcas colombianas y argentinas para insertar en el mercado peruano. Queremos ser un puente entre las marcas exitosas e inversionistas de toda Latinoamérica. Estamos por firmar un convenio con Propaís-Colombia para promover el modelo de expansión de microfranquicias con marcas colombianas.
¿Cómo recuerdas a la Universidad de Lima y a tu época de estudiante?
Recuerdo con mucho cariño a mi alma mater. Teníamos una excelente relación con los profesores, incluso más allá de las aulas. Por un tiempo pertenecí al Círculo de Estudios de Impacto Ambiental, hacíamos proyectos de desarrollo sostenible, y eso fue muy enriquecedor. He sido docente de la Carrera de Negocios Internacionales, enseñé por dos años el curso Gestión Empresarial e Interculturalidad. Fue una gran experiencia y sumamente interesante interactuar con estudiantes futuros emprendedores de nuestro país.