21 de Diciembre de 2017
Escritor y periodista Renato Cisneros realizó conversatorio sobre literatura y familia
Pocos meses después de publicar su cuarta novela, Dejarás la tierra, el escritor, periodista y egresado de la Facultad de Comunicación Renato Cisneros fue el expositor principal del conversatorio “Literatura y familia. Un testimonio personal con Renato Cisneros”, llevado a cabo el 6 de noviembre en el Auditorio S bajo la organización del Programa de Estudios Generales y la Cátedra Mario Vargas Llosa.
En el panel de comentarios estuvieron los escritores y docentes de la Universidad de Lima José Güich y Alonso Rabí.
Rabí recordó el paso de Renato Cisneros como reportero del diario El Comercio, en cuya redacción vio “cómo su escritura comenzaba a expandirse, desde el blog hasta la novela”. En su opinión, el tercer libro de Renato, La distancia que nos separa, supuso “un salto cualitativo” en su escritura, pues mostró su “rigurosidad y gran propiedad en el manejo del lenguaje”.
Nuestro graduado también evocó el pasado, especialmente su época como estudiante de Comunicación, que coincidió con la turbulencia política de finales de la década del noventa. “Fueron años que vivimos con mucha inquietud e intensidad”, rememoró.
Abordó, además, las razones por las que alguien decide ser escritor. “Muchos autores, como Ribeyro, hablan de cierta predisposición genética, familiar”, dijo, aunque en su experiencia, y en la del mismo Ribeyro, esta es una regla que no siempre se cumple. Por otro lado, mencionó como un origen de la vocación a la “personalidad introvertida, antisocial, curiosa y de permanente incomodidad que delata a un escritor”; sin embargo, “el carácter tampoco es suficiente, […] a veces influye el ambiente, la educación o hasta el azar”, añadió, por lo que concluyó que “todo resulta secundario ante el elemento central: la decisión de serlo”.
Renato describió su proceso creativo para escribir La distancia que nos separa, obra en la que se aproxima a su historia familiar, principalmente enfocada en su padre militar. Comentó:
“Escribí el libro una década después de su muerte. Me sedujo la complejidad del personaje, pues se trataba de un alto oficial, lleno de condecoraciones, pero que era amigo de genocidas. Mi principal reto fue enfrentar el deseo de no cuestionar el mito paterno contra la intención de derribarlo”.
Güich reconoció que la experiencia narrada por Renato Cisneros resulta una tarea muy complicada. “Existe una necesidad de tomar distancia, pero al mismo tiempo involucrarte”, señaló. Por ello, destacó el esfuerzo que realizó el escritor por situarse “en un territorio límbico, entre la ficción y la no ficción”.