Universidad de Lima

Ayacucho fue la región más golpeada por la violencia terrorista entre los años 1980 y 2000. Roberto Flores, egresado de Comunicación de la Universidad de Lima, nos recuerda esos tiempos en La Hoyada: entre la memoria y la acción social, un documental que ha realizado y que ha ganado el Concurso Nacional de Cortometrajes del Festival Al Este de Lima. El documental se exhibirá hoy lunes 7 de agosto a las 16.00 horas en el Centro Cultural El Artesano, el miércoles 9 de agosto a las 16.00 horas en Monumental Callao y el jueves 10 de agosto a las 20.00 horas en el Centro Cultural Inca Garcilaso.

En La Hoyada, Roberto retrata la lucha de unas mujeres ayacuchanas por construir un lugar donde realizar un ritual de duelo, el Santuario de la Memoria de La Hoyada. Y se basa en el trabajo de investigación que hizo la profesora de la Universidad de Lima, Iris Jave, para el Instituto de Investigación Científica de esta Casa de Estudios (IDIC): El Santuario de La Hoyada, Ayacucho. El proceso de diálogo y participación en la construcción de un espacio de memoria.

¿Cómo surgió la idea de crear este documental?
El punto de partida fue la investigación de la profesora Iris Jave sobre el Santuario de La Hoyada en Ayacucho, realizada para el IDIC de la Universidad de Lima. Ella buscaba el apoyo de una pieza audiovisual, por eso me contactó. Leí su investigación, me pareció muy interesante y realizamos un video que derivó en el documental.

¿Cómo fue el trabajo que realizaste?
El proceso fue relativamente sencillo. Implicó viajar a Ayacucho, donde grabamos durante seis a siete días, con un equipo reducido de personas. Éramos la profesora Jave, una productora, un sonidista, un director de foto y yo como director. Luego se incorporaron el equipo de posproducción, de imagen y sonido.

¿Qué te pareció el tema del documental?
El tema es superfuerte y, como realizador, me pareció muy interesante. Antes de este documental, no había trabajado temas relacionados con los derechos humanos. Sentí mucha responsabilidad como realizador, como peruano.

Eres joven, casi no has vivido la época del terrorismo... ¿Qué te pareció hacer este trabajo?
Es cierto. Tengo 28 años y casi no he vivido esa época. Los realizadores de mi generación no hemos pasado por esa experiencia, por eso no la abordamos tanto, pero es muy importante estudiar esa etapa de la historia para entender mejor el país.

¿Tuviste que investigar mucho?
En realidad, la investigación de Iris Jave es muy completa, pero además sí tuve que leer bastante.

¿Cómo fue tu encuentro con las personas de Ayacucho?
He pasado por momentos muy intensos. Inicialmente nos planteamos hacer entrevistas y tomas de apoyo, pero viendo lo rico del tema y lo fuerte que era, tomamos la decisión de grabar más de la cuenta, y el documental se apoya en gran medida en una especie de romería que hacen las mujeres de la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú, quienes tenían el objetivo de construir el Santuario de la Memoria de La Hoyada. Viajamos algunas veces más de lo pensado a Ayacucho, para registrar esos momentos, con la finalidad de que el espectador aprecie todo lo que nosotros vimos, para que pueda ver a las mujeres yendo al Santuario de la Memoria a rezar por sus fallecidos, a hacer un pequeño ritual, a cantar.

El documental ha participado en varios festivales, eso habla bien de tu trabajo.
Al terminar la pieza audiovisual nos dimos cuenta de que se podía distribuir en festivales, así que le consultamos esa posibilidad a Iris Jave y también al IDIC, y a todos les pareció bien, así que lo hicimos. El solo hecho de que fuera aceptado en festivales de Italia, Venezuela y Lima significa que hay algo interesante en este trabajo. Ahora vamos a llevarlo a Ecuador.

¿Qué tipo de comentarios has recibido?
Hemos recibido muy buenos comentarios, pero el más espectacular ha sido: “¿Eso sucedió en el Perú?”. Muchos jóvenes desconocen el tema, por eso creo que lo más valioso de este documental es dar a conocer esa difícil etapa. Quisiera que mucha gente lo vea.

¿Antes de La Hoyada habías hecho algún documental?
Hasta ahora siempre había hecho trabajos de ficción, pero a partir de este documental he comenzado a realizar otros. Lo rico del documental es que uno debería poder descomponerlo en un ensayo académico, pues es muy interesante; su estructura puede ser una investigación académica.

¿Qué otros cortos has hecho aparte de este?
En el 2015 gané el concurso de cortometrajes con uno de ficción, totalmente diferente, llamado La última función. Fue mi primer cortometraje profesional, todos recibíamos una remuneración y el equipo técnico estaba formado por 40 personas. Ganamos el Concurso Nacional de Cortometrajes, organizado por el Ministerio de Cultura, y el corto tuvo entre 40 y 50 presentaciones entre muestras y festivales.

¿Cuál fue tu primer trabajo después de salir de la Universidad?
Comencé a trabajar en comerciales y en el 2013 edité un largometraje, Sueños de gloria. Para un joven de 23 años, ser editor principal es algo importante. El corazón de un realizador audiovisual siempre está en el cine, y con esta película comencé a enamorarme del género. Ahora tengo mi propia productora, con la que desarrollo proyectos de cine, largos o cortos, y documentales. Desarrollamos proyectos desde cero, nos ocupamos de la distribución y asesoramos a realizadores jóvenes que no saben cómo poner sus trabajos en festivales. Estoy en toda la cadena de producción, pero me interesan sobre todo la dirección, la edición y la distribución.

¿Qué proyecto tienes para más adelante?
Tengo varios, algunos ya en marcha. Pero como realizador uno aspira a hacer un largometraje de ficción. Yo también quiero hacerlo, pero paso a paso.

¿Por qué decidiste estudiar Comunicación?
Yo ingresé decidido a especializarme en Publicidad y Marketing, pero a mitad de la carrera me gustaron mucho los cursos de realización audiovisual y terminé la carrera con dos especializaciones. Finalmente, nunca ejercí Publicidad y Marketing, porque me encantó el mundo audiovisual y mientras tenga trabajo en este campo, aquí me quedo.

¿Fue una buena decisión estudiar en la Universidad de Lima?
Yo me siento agradecido por haber estudiado en la Ulima, pues me ofreció un abanico amplio de cursos sobre comunicaciones, por eso pude descubrir que me gustaba lo audiovisual, que mi camino estaba en el cine.