16 de Mayo de 2017
Respira negocios
A Miguel Puga de la Rocha le fascina su trabajo, siente que respira negocios y lo motiva el hecho de trabajar siempre en casos diferentes. Es abogado y socio del área legal y fiscal de la firma internacional PwC. También es profesor de la Maestría en Derecho Empresarial de la Universidad de Lima (MDE), su alma mater.
En esta entrevista, nuestro graduado ofrece detalles de su experiencia laboral.
¿Cómo describirías tu día a día en PwC?
Price es adrenalina pura. Tiene a las empresas más grandes del país como clientes y forma parte de equipos de trabajo que planifican todo lo que las empresas están por hacer. No es un trabajo que empiezas a las ocho de la mañana y terminas a las seis de la tarde, a veces nos amanecemos trabajando y a veces lo hacemos también los fines de semana, porque hay algo urgente que entregar. Pero también hay grandes beneficios, el trabajo es gratificante y en ocasiones toca viajar a otros países; Price te da la oportunidad de crecer siempre. Esto va más allá de la experiencia vivencial de un estudio de abogados, trabajas con gente que respira negocios.
¿Qué consideras que se necesita para desempeñarse bien en una consultora como PwC?
Una característica en todo el personal de mi área es sentir la necesidad de escuchar al otro siempre. Aquí pensamos cómo ayudar al cliente y tenemos paciencia. En las empresas grandes todos los clientes quieren las cosas para ayer; debes amoldarte a eso, manejar la presión y tener disposición para controlarla.
¿Cómo llegaste a trabajar a PwC?
Cuando estaba en noveno ciclo llevaba el curso de Código Tributario y el profesor que nos daba la cátedra, Miguel Mur, me preguntó si quería trabajar con él, en el estudio Lind Abogados; yo acepté, y luego Miguel puso su propio estudio y me llevó. Más adelante, PwC necesitó a una persona en el área tributaria y lo incorporaron a él. A mí no me pudo incorporar, entonces me quedé apoyando a Enrique Vidal, un profesor con quien Miguel había hecho una alianza para crear su propio estudio. En el 94 ya me pudo jalar y entré a PwC; desde entonces trabajo aquí, con una pausa de algunos años en que viajé a España.
¿Qué hiciste allá?
Acá se fomenta el trabajo en oficinas de otros países y, en ese entonces, me eligieron para un intercambio a España por el lapso de un año. Pero a veces se alinean las estrellas, me fue bien y me ofrecieron quedarme uno o dos años más y después me plantearon quedarme de manera permanente. Sin embargo, yo había ido con el compromiso de volver, así que llamé a Miguel Mur, que ya era socio de Price y fue quien gestionó mi ida a España, y él me sugirió regresar al Perú. Así lo hice y todo me ha ido bien.
¿En qué área te desenvuelves ahora?
Desde el inicio estuve en lo que llaman TLS, servicios de impuesto y asesoría legal. La tributación siempre ha llamado muchísimo la atención de las empresas. En los noventa se dio un marco legal que favorecía a la inversión y leyes para fomentar la estabilidad jurídica tributaria, de manera que las empresas llegaban para hacer operaciones aquí y desde entonces hay mucho movimiento. Últimamente también se ha legislado muchísimo en materia tributaria para favorecer a la pequeña y mediana empresa. También para favorecer la repatriación de capitales del exterior. Lo tributario es tan movido que los profesionales del rubro tienen que especializarse. Por ejemplo, la tributación municipal y los precios de transferencia son aspectos donde puede haber muchos especialistas.
¿Estudiaste algo en España?
Sí, hice un MBA en Madrid. En ese momento había un boom en comercio electrónico y yo veía la parte de las inversiones españolas en Latinoamérica. Si bien mi foco era impuestos, también me ocupaba de aspectos legales, outsourcing, negocios familiares, auditoría, tenía que ser una suerte de coordinador. Trabajé en varios temas y apostar por un MBA me ayudó muchísimo.
Además dictas en la Maestría en Derecho Empresarial de la Universidad de Lima.
Se trata de un curso sobre buen gobierno corporativo y tiene que ver con las empresas que cotizan en empresas de valores, familiares, etcétera. En PwC estoy a cargo del área de empresas familiares y gobierno corporativo y también tengo a mi cargo un área llamada Precios de Transferencia, es un área muy especializada que ve fiscalidad internacional y también el desarrollo de un aspecto del impuesto a la renta que tiene que ver con normas antielusivas. Y creo que he encontrado el link donde gobierno corporativo y precios de transferencia se llegan a unir, porque los directorios de empresas que forman parte de grupos económicos multinacionales, siguiendo pautas de gobierno corporativo y en esa búsqueda de profesionalización y control de las empresas, tendrían que ver las políticas de operaciones con partes vinculadas. Y las políticas de operaciones con partes vinculadas son exactamente las que ven los precios de transferencia.
¿Te gusta la docencia?
Sí, en la maestría ha habido abogados, pero también miembros de la academia diplomática y es reconfortante y todos participan en el curso y preguntan, debaten y todos aprendemos.
¿Tienes algún pasatiempo?
Hago deporte. Toda la vida he jugado tenis, una o dos veces por semana. Y desde hace 15 o 20 años corro también. Creo que el deporte es fundamental para una persona que quiere salir adelante, es un buen medio para eliminar tensiones y para estar bien con uno mismo y reconocerse como parte de la naturaleza.
¿Qué recuerdos guardas de la Universidad de Lima?
He tenido la mejor experiencia en la Universidad. Ahí conocí al profesor que me ha guiado hasta donde estoy. He tenido profesores espectaculares. Cuando estuve en España, me di cuenta de que mi formación en la Universidad de Lima me permitió destacar en un país que no era el mío. Eso es muy importante.