25 de Noviembre de 2020
Ser ingeniero industrial Ulima le viene de familia
Como triatleta, Stefano Ratto ha ganado varias competencias. Clasificó al Ironman organizado por World Triathlon Corporation, en Hawái, en 2013, al salir campeón en el Ironman de Los Cabos, México. También es diabético, ingeniero industrial por la Universidad de Lima e integrante de una familia en la que todos sus miembros son ingenieros industriales Ulima, desde sus padres hasta su hermano menor, que ya está en séptimo ciclo.
Actualmente, Stefano estudia un MBA en la Escuela de Administración de Kellogg, de la Northwestern University Illinois en Estados Unidos. Lo hace a través de una beca completa, la Austin Scholarship. Próximamente, participará como invitado a una ceremonia por los cincuenta años de la Carrera de Ingeniería Industrial, junto con su familia.
¿Cómo recibiste la noticia de haber ganado la beca de Kellogg?
Me sentí muy feliz, porque es una beca completa, la Austin Scholarship, que es la más prestigiosa que da Kellogg y no me lo esperaba. Y más que una beca es un programa que incluye sesiones especiales con profesores y mentores. Me considero muy afortunado de haber obtenido esta beca, a la que no puedes postular: la asignan directamente. Invertí buen tiempo en preparar los ensayos que me pedían y postulé a las cinco escuelas de negocios de mayor prestigio; me aceptaron en cuatro y en tres de estas me dieron beca parcial.
Además de tu buena preparación para la postulación, ¿qué factores consideras que influyeron en la decisión de darte esta beca?
La beca es para gente que ha demostrado aptitudes de liderazgo y ha desarrollado una actividad que ha tenido un impacto social. Yo, a lo largo de mi vida, he tratado de ayudar a personas y organizaciones vinculadas a la diabetes, consiguiendo glucómetros para personas de bajos recursos y mediando para que los laboratorios donen medicamentos. También he dado charlas a niños diabéticos y a sus padres, y les he explicado cómo llevo esta enfermedad sin necesidad de dejar el deporte, sino todo lo contrario. A mí, el deporte me ayuda a mantener mis niveles de glucosa estables. Considero que, aparte de haberme preparado mucho para mis exámenes y ensayos, el hecho de que vieran las cosas adicionales que vengo haciendo desde que me diagnosticaron la diabetes a los nueve años me ayudó a obtener esta beca.
¿Cómo te va hasta el momento?
Muy bien. Los estudios duran dos años y, hasta este momento, pienso que voy a especializarme en estrategia. Como requisito del MBA debo hacer prácticas a la mitad del programa, por lo que tendré que postular a un trabajo. Tengo que prepararme bastante, llevar a cabo una investigación de la empresa, sus valores, su misión… y, como las empresas tienen oficinas en diversos lugares, hay que tener claras las respuestas sobre por qué se quiere trabajar en una empresa y en determinado lugar.
¿Dejaste de trabajar en el BCP por tu MBA?
Sí, trabajé en el BCP hasta inicios de septiembre, porque ese mes comencé a estudiar virtualmente en Kellogg. Por ahora estoy estudiando desde Perú, pero el próximo año seguiré mis estudios allá. Como la Embajada de Estados Unidos estaba cerrada en el Perú, no pude tramitar mi visa de estudios. En cuanto abrieron las fronteras, a inicios de octubre, viajé a Guayaquil, Ecuador, para sacar la visa desde ahí. Ahora ya podría viajar a Estados Unidos, pero las clases ya comenzaron y no quisiera interrumpir los estudios por una mudanza.
¿Por qué puestos pasaste en el BCP?
Ingresé al BCP a un puesto de business innovator y veía proyectos de innovación corporativa en banca mayorista. Aprendí metodologías ágiles, viví el cambio cultural del banco y la transformación digital. Me ocupé de proyectos que abarcaban diferentes áreas y tuve la oportunidad de trabajar con operaciones, banca mayorista, el área legal, de riesgos y de tecnología. Fue una experiencia muy enriquecedora. Estuve casi dos años ahí y luego el banco empezó a trabajar con metodologías ágiles en diferentes áreas. Me ascendieron al área de Productos como subgerente, y estuve viendo depósitos a plazos, así como también el desarrollo de un nuevo canal de ventas para las cuentas de ahorros que ahora están en Vía BCP. Este canal se volvió muy útil con la pandemia. Esa también fue una experiencia muy buena. Después de casi un año, me fui al área de Canales Alternativos como product owner de Plataformas Alternativas. Fue un trabajo interesante; trabajé con los módulos que leen tu huella digital para abrir una cuenta o sacar una tarjeta de débito y otras cosas. La idea es que el cliente pueda autoatenderse. En el BCP he tenido la suerte de trabajar con equipos muy diversos en los que todos nos hemos nutrido de diferentes puntos de vista: de administradores, ingenieros industriales, diseñadores, etcétera. Eso ha sido muy enriquecedor para mí.
¿Cómo te fue previamente en G4S?
G4S es una empresa de seguridad. Comencé cuando la empresa matriz en el Perú había adquirido una nueva unidad de negocio de traslado de valores con camiones blindados. La empresa se estaba acoplando a los estándares de la organización, así que había que hacer cambios en operaciones, logística, recursos humanos, ventas, entre otros. Como éramos un equipo relativamente pequeño, aprendí muchas cosas. Un día veía sobre optimización de rutas, otro día me ocupaba de la implementación de sistemas, operaciones, finanzas, etcétera. Fue un trabajo muy retador y exigente, en el que aprendí cómo funciona una unidad nueva y cómo se incorpora a una corporación.
¿Sigues practicando deportes con la misma intensidad de antes?
Siempre practico deportes, no como un deber, sino porque me encanta. Además, soy diabético y el deporte me ayuda a controlar mis niveles de glucosa, también a reducir el estrés. Generalmente, practico una hora en la mañana o una hora en la noche. Entreno en mi casa, desde antes de la pandemia, así que no me ha afectado.
¿Qué se siente integrar una familia donde todos, padres e hijos, son ingenieros industriales Ulima?
Es una feliz coincidencia. Mi hermana ya terminó de estudiar, yo también, y mi hermano está en el séptimo ciclo. Mis padres nunca nos animaron a estudiar una carrera específica ni en una universidad determinada. En mi opinión, esto se dio porque veíamos a nuestros padres contentos con sus trabajos, los dos en áreas diferentes. Cuando ya empecé a estudiar, mi padre estaba en una empresa de consumo masivo y mi madre en una empresa de tecnología. Lo bueno es que, como ingeniero industrial, tienes un abanico de opciones laborales, puedes estar en la industria o en la parte empresarial. Y elegimos la Universidad de Lima porque es muy buena.
Además, vas a participar junto con tu familia en una ceremonia por los cincuenta años de Ingeniería Industrial, ¿verdad?
Así es, asistiremos los Ratto Schol en pleno, con mucho cariño. Todos nos sentimos Ulima, porque, aunque uno termine de estudiar ahí, la relación con la Universidad no se acaba. Podemos seguir yendo a la Biblioteca a sacar libros en préstamo, podemos utilizar el complejo deportivo de Mayorazgo, vernos con profesores y amigos formados en la Universidad… así que uno no deja de ser Ulima después de graduarse. Es bonito juntarse con los amigos, algunos trabajan en el Perú, otros en el extranjero, unos hacen sus maestrías dentro y fuera del país, y todos tienen distintas experiencias de trabajo. Hay quienes están en consultoría, otros en sostenibilidad, agroindustria, banca, inversiones. Cuando nos juntamos, es muy simpático escuchar las experiencias de cada uno y recordar nuestros tiempos de estudiantes.