12 de Octubre de 2022
Una despedida ecoamigable para las mascotas
En el 2018, María Pía Pacheco estaba terminando sus estudios de Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima cuando falleció su perrita. No quería cremarla y tampoco tenía dónde enterrarla, así que se puso a investigar qué hacer. Finalmente, se le ocurrió una manera respetuosa y sostenible de despedir a su mascota: apoyar a la naturaleza a crear vida, a través del compostaje. Así fundó la empresa Vuelve Compostario, junto con la organización Lima Compost. La idea ha tenido una gran acogida y María Pía se siente feliz de contribuir con el medio ambiente, ya que esta alternativa a la cremación no emite dióxido de carbono.
¿Cómo funciona el sistema de tu emprendimiento?
Ofrecemos una alternativa sostenible para que las personas cuyas mascotas fallecen puedan conservar algo de ellas. Cuando una mascota parte, lo tradicional es cremarla, porque uno no siempre cuenta con un jardín donde enterrarla. Sin embargo, a través del compostaje, le damos una despedida ecoamigable a la mascota. Lo que hacemos es recoger el cuerpo del animalito y llevarlo a nuestro compostario, ubicado en Pachacámac. Lo introducimos en una cuna compostera, que es una cajita de madera para el proceso de transformación natural de compostaje. Luego se convierte en un abono rico en nutrientes, que se aprovecha para dar vida a una planta. Esta planta va a la casa de la familia y así le damos un nuevo significado a la muerte de nuestra mascota.
O sea que despiden a la mascota y esta da vida a una planta...
Es correcto. Ofrecemos tres servicios. El primero se llama “Vuelve a Casa”. Es aquel en que la mascota vuelve como una plantita. Otro servicio es “Vuelve a la Tierra”, con el cual el costo es un poco menor y el compost de la mascota se dona a jardines comunitarios de Villa El Salvador. Y el tercer servicio es “Vuelve Ceniza”. Se dirige a los dueños de mascotas que han fallecido antes, las han cremado y han conservado sus cenizas. Estas se pueden compostar y con este compost le damos vida a una plantita. Aun cuando hayan pasado por un proceso de incineración, todavía siguen siendo materia, así que se puede compostar perfectamente. Aparte, brindamos el servicio “Vuelve a la Tierra” con un precio especial para refugios de animales, porque ellos hacen una gran labor y queremos apoyarlos.
¿Cómo llegaste a esta idea de negocio?
La idea surgió cuando mi perrita Molly falleció. Era mi primera mascota y me dio mucha pena. En ese momento me puse a investigar qué hacer con su cuerpo, porque ni a mí ni a mi familia nos gustaba la idea de la cremación, ya que implica mucha contaminación. Nosotros somos muy responsables con el medio ambiente. Yo hacía un voluntariado con Lima Compost, empresa que hace compostaje con residuos orgánicos de las casas. Ellos recogen la materia orgánica de las viviendas y generan el compost para evitar la contaminación, pues así impiden que los residuos lleguen a los rellenos sanitarios. Aprendí mucho con ellos y, finalmente, nos hicimos socios en este proyecto. Vi que la alternativa del compostaje se aplicaba en otros países para el caso de las mascotas; en Colombia, por ejemplo. Coordiné con Lima Compost y empezamos a hacer pruebas para llevar a cabo este proyecto, aunque sabíamos que el procedimiento funcionaba.
¿Cómo hicieron las pruebas?
Sabíamos que varios refugios tienen mascotas que a veces fallecen y no saben qué hacer con los cuerpos o no cuentan con recursos para una cremación. Entonces nos comunicamos con algunos refugios que nos permitieron realizar las pruebas. Esto fue en enero. En junio lanzamos Vuelve Compostario. Estamos muy contentos, porque hemos tenido una muy buena acogida. La gente siente un consuelo con esta alternativa, pues la materia no se destruye, solo se transforma. Y el proceso es amigable con el ambiente, porque no realizamos emisiones de carbono.
¿Cuántos clientes han tenido desde junio?
Hasta la fecha, hemos tenido 18 clientes. Nos está yendo bien. Acabamos de contratar a tres personas para que nos apoyen. Dos son conductores y uno nos ayuda con la logística. Eso me permite alejarme de la parte operativa y enfocarme más en la estrategia.
¿De qué manera difundes tu emprendimiento?
Lo hacemos a través de redes sociales. Además, estamos trabajando en una página web y hemos salido en medios de comunicación, en dos programas de radio y en un programa de televisión. Hemos empezado a contactarnos con empresas afines, como veterinarias, para que nos recomienden con sus clientes como una opción más.
¿Has pensando que más adelante surgirán otras opciones como la tuya?
Por supuesto. A nosotros lo que más nos importa es evitar que se sigan cremando mascotas, porque eso trae mucha contaminación. En el futuro, lo normal debería ser compostar a las mascotas fallecidas. Así que, mientras más se unan para seguir cuidando al planeta, bienvenidos sean.
¿Dónde trabajas actualmente?
Trabajo en la Embajada de Canadá desde hace tres años. Soy oficial de Seguridad y Preparación. Me dedico al emprendimiento fuera de mi horario de trabajo. Es muy interesante mi labor, a mí me llama la atención el tema internacional y aquí aprendo muchísimo. Trabajamos en dos idiomas, francés e inglés. Vienen delegaciones de otros países. El tema de seguridad es un desafío grande, porque en Perú hay mucha inseguridad. Pero no puedo dar más detalles respecto de mi trabajo, precisamente por motivos de seguridad.
¿Dónde has trabajado antes?
Anteriormente, trabajaba en sostenibilidad, en Sura Perú. Me ocupaba de temas de ESG: medio ambiente, social y gobierno corporativo. Trabajaba con organismos gubernamentales, organizaciones internacionales. Era muy interesante, aprendí bastante sobre el trabajo que se hace para lograr la sostenibilidad, porque muchas veces las personas no saben la diferencia entre sostenibilidad y filantropía. En un negocio, cada acción que se lleve a cabo debe ser sostenible. Finalmente, mientras más empresas sean sostenibles, menos impacto se va a generar sobre el medio ambiente. También he trabajado en una agencia de publicidad, Wunderman Phantasia, en temas de Data Science.
¿Desarrollas alguna actividad aparte de tu trabajo y tu emprendimiento?
Siempre me ha gustado participar en voluntariados. Por otro lado, mientras estaba en la Universidad me fui de intercambio a la Universidad de Queensland, en Australia. Me encanta viajar, me falta conocer solo un continente, Antártida, pero es algo que espero hacer antes de terminar este año.
¿Qué recuerdos guardas de la Universidad de Lima?
Guardo muy buenos recuerdos de la Universidad. A mí encanta estudiar, soy muy estudiosa, me gustan los números y las ciencias, nunca se me hizo complicado durante la carrera. Tenía un buen grupo de amigos con quienes nos apoyábamos mucho. Estudié becada, porque formaba parte del equipo de vóley de la Universidad. Yo he practicado deportes desde pequeña, lo cual me ha ayudado a desarrollar disciplina, porque desde entonces tenía que organizar muy bien mis horarios de entrenamiento y de estudios en casa, aparte del colegio, planificar muy bien qué estudiar y cuándo. Aproveché la etapa universitaria, todo lo que he aprendido lo aplico ahora en mi trabajo y en Vuelve Compostario. La versatilidad de la carrera me ha ayudado mucho, así como los empleos que he tenido anteriormente. Los temas de seguridad y sostenibilidad, y cada cosa que he aprendido, los pongo en marcha.