01 de Julio de 2019
Por la democratización del uso de las tarjetas de crédito y débito
Juan José Marthans, economista por la Ulima, tras haber forjado una gran trayectoria en el sector público, incursiona ahora en el sector privado y en el mundo académico.
Como presidente ejecutivo de Globokas Perú, está logrando democratizar el uso de las tarjetas de crédito y débito al facilitar su empleo como medios de pago en puestos de mercado, bodegas y otros pequeños comercios en todo el país. Y aún tiene otros planes ingeniosos por realizar.
¿Cuándo empezaste a trabajar en Globokas Perú?
Llevo 12 años acá y puedo decir que es una experiencia muy gratificante porque compromete mi desarrollo profesional en el ámbito empresarial, luego de haber pasado por una experiencia en el sector público y teniendo experiencia como docente universitario. Llegué a Globokas para realizar una labor de asesoría, y después me propusieron ser miembro de directorio; al cabo de un tiempo, fui director y gerente general; actualmente, soy presidente ejecutivo de esta empresa.
¿A qué se dedica Globokas?
Administra la red de agentes multibanca KasNet, la más grande del país. El capital de esta empresa es estadounidense.
Has desempeñado cargos importantes en entidades estatales. ¿Cómo ha sido ese recorrido?
Mi labor en el frente público empezó en la Corporación Financiera de Desarrollo, donde permanecí 12 años. Luego realicé estudios de posgrado en Estados Unidos y, más adelante, asumí el liderazgo de la Superintendencia de Banca y Seguros. Estuve como superintendente los 5 años que la Constitución establece.
¿Podrías mencionar algunos de tus logros más importantes en la Superintendencia de Banca y Seguros?
Por supuesto. Entre otras cosas, posibilité que las microfinancieras y cajas municipales pudieran trabajar, por primera vez en la historia, en el mercado limeño; ahora millones de peruanos están bien servidos a través del sistema de cajas municipales. Por otro lado, llegamos a establecer los mecanismos para potenciar y consolidar el sistema bancario del Perú cuando −en 2001 y 2002− los bancos quebraban semanalmente. Dado que había total desconfianza e inestabilidad en la solvencia del sistema bancario, me propuse cambiar esa imagen y buscar que los banqueros fortalezcan sus patrimonios. Exigimos más patrimonio del que la ley demandaba y así evitamos que cualquier tramo depresivo del ciclo económico pudiera comprometer una reducción sustancial del patrimonio que atente contra la estabilidad del banco. Gracias a estos colchones patrimoniales, los bancos dejaron de quebrar en el Perú. Esta política de palanca o patrimonio en la sombra que aplicamos se revisó luego internacionalmente y el Comité de Basilea creó el concepto de capital adicional a partir de la experiencia peruana. Además, en cuanto a las AFP, creamos el sistema multifondos, que ahora permite a casi 7 millones de afiliados disponer de tres alternativas de fondos en función de su apetito según el riesgo y la rentabilidad que busquen. Anteriormente había un solo fondo y una sola posibilidad de obtener rendimiento de ese fondo. Las tres alternativas que creamos siguen vigentes hoy.
¿Te sientes satisfecho por la labor pública cumplida?
Me siento muy contento de haber contribuido en algo a mi país. Antes de retirarme pedí voluntariamente someterme al levantamiento del secreto bancario. Es importante concebir el sector público como una alternativa para apoyar el desarrollo del país y no para hacer dinero. Tengo el reporte del entonces contralor general, Genaro Matute, el cual es bastante copioso. Para mí es un motivo de satisfacción conservarlo porque muestra que después de 5 años concluí una labor absolutamente limpia y quedó comprobado mi equilibrio patrimonial.
En una entrevista que ofreciste a un diario local comentabas que los casos de corrupción que se investigan ayudan a limpiar la imagen del país. ¿Podrías explayar esta idea?
Por supuesto, ciertos segmentos de la Fiscalía de la Nación están logrando hitos importantes en el establecimiento de responsabilidades en esta ingrata experiencia que ha tenido el país con la presencia de la constructora Odebrecht. A diferencia de otros países, tenemos presidentes sometidos al marco de la ley y que son investigados. Eso no ocurre en otros países. También se nota un proceso de identificación de responsabilidades por malos manejos en el gobierno municipal. Eso se ve bien en el exterior: es un mensaje claro de que en el Perú se lucha contra la corrupción y de que hay un intento por superar las malas experiencias que vivimos en gobiernos anteriores. De lo malo a veces se extraen cosas positivas.
¿Qué metas te has propuesto en el sector privado?
Mi gran objetivo es marcar el éxito en este sector. Empezamos la experiencia de Globokas con inversionistas que apostaron por el país; hoy, después de 12 años, la red de agentes corresponsales dispone de más 7.500 puntos, compuestos por bodegas, farmacias, ferreterías, cabinas de internet, bazares, restaurantes pequeños, todos interconectados con 23 entidades financieras. Nuestros puntos de atención abarcan todo el país. En Lima, las dos terceras partes de nuestros agentes corresponsales se ubican en zonas periféricas, donde cualquier persona puede realizar operaciones de entrada o salida de dinero de sus cuentas bancarias o de sus cuentas de cajas rurales y empresas financieras en general. Por otra parte, hemos firmado una asociación con Visa para que los pequeños negocios acepten pagos con tarjetas de débito o crédito. Incluso los puestos de mercado están aceptando pagos con tarjeta.
Había mucha resistencia por parte de ese sector comercial a bancarizarse. ¿Cómo lo han logrado?
Visanet nos llamó porque quería modificar su modelo de negocio, a fin de que las bodegas también pudieran vender con tarjetas del banco. Por ello, trabajamos a lo largo de un año con ellos modificando su modelo con el propósito de que el bodeguero ya no asumiera comisiones por afiliación ni comisiones de mantenimiento; es más, ni siquiera requieren comprar un POS, ya que nosotros les damos uno gratuitamente. Al modificar la estructura de cargas y costos para el pequeño bodeguero, fue posible lograr que el microempresario ingrese a este sistema.
¿Tiene Globokas algún proyecto en marcha?
Estamos buscando que el comercio electrónico beneficie también a los estratos socioeconómicos C y D. Todos nuestros agentes corresponsales son formales, venden con factura o con boleta y su ubicación está perfectamente definida en una zona periférica de Lima, así que perfectamente se pueden llevar los productos comprados por el comercio electrónico a estos agentes y coordinar con los compradores el recojo de sus productos en estos establecimientos dentro de las 24 horas siguientes contra el pago. Es una manera de democratizar el comercio, del mismo modo que lo venimos haciendo con las tarjetas de crédito y débito. Así podemos atender a las grandes zonas populares del país. Son grandes cambios y eso me hace sentir contento. Cerrar mi historia profesional habiendo disfrutado del éxito en los sectores académico, público y privado es tremendamente gratificante.
Además, tienes experiencia en el campo de la docencia universitaria.
Toda la vida me ha gustado enseñar. Empecé con cursos de banca, política financiera, macroeconomía y política monetaria; actualmente enseño economía peruana en la Universidad de Lima. Tengo casi 40 años de experiencia docente y me encuentro muy satisfecho con esa labor, además de que mis alumnos siempre me han honrado con excelentes evaluaciones. A veces me encuentro con algunos de ellos y me resulta muy gratificante contar con su reconocimiento.
¿Cómo te fue como estudiante en la Universidad de Lima?
Como estudiante de la Universidad de Lima tuve muy buenos profesores. En general, mi experiencia como alumno y docente de la Universidad de Lima fue excelente. Recuerdo especialmente a un profesor brillante que ya no está entre nosotros, pero a quien le agradezco mucho: Reynaldo Susano, economista connotado en el país. Él me condujo hacia el pensamiento neoclásico y monetario, y para mí siempre fue un motivo de orgullo que él me enseñara y recibir sus consejos. Ahora siempre trato de estar atento a sus hijos, que son de primer nivel. Uno es economista y otro, ingeniero de sistemas.