06 de Julio de 2021
El cine desde la ventana de Chacho León
Chacho León Frías regresa con una nueva producción editorial: Desde la ventana indiscreta. Páginas de cine. Este libro, publicado por el Fondo Editorial de la Universidad de Lima, recopila artículos escritos por él para Ventana Indiscreta, revista de esta Casa de Estudios, y para el blog de crítica cinematográfica Páginas del diario de Satán, así como textos de sus participaciones en conferencias, simposios o seminarios. Se encuentra disponible en las librerías Libún.
¿Cuántos años abarca este compendio?
Abarca desde comienzos del siglo XXI hasta el 2020, pero lo principal se centra en 2009, que es el año en que empieza la revista Ventana Indiscreta. Allí se ubica el 90 % del material del libro. La obra está organizada por temas. Utilizo la figura de la ventana para reemplazar la palabra “capítulo”. Al primer texto lo he titulado “Ventana de entrada”. Es el único texto inédito del libro. Aquí hablo de la Ventana Indiscreta como sala de cine de la Carrera de Comunicación, como revista y como película de Alfred Hitchcock. La segunda ventana incluye artículos publicados en la revista en diferentes momentos, como un panorama del cine de autor, especialmente de lo que se ha venido haciendo en América Latina y en el mundo. La tercera se titula “Diversidad temática” y agrupa textos de diversos temas, por ejemplo, el cine independiente, el encuentro del cine y las artes con la pintura, la literatura, el teatro, la mujer en el cine, la presencia de los jóvenes en el cine, los comienzos del cine hasta el streaming, el cine italiano, así como la temática de virus y epidemias. Son temas variados que pueden despertar el interés a un público no necesariamente relacionado con la pantalla grande. El capítulo cuatro (o la cuarta ventana) está dedicado a tres directores, y los textos pertenecen a dos conferencias que ofrecí y a un texto de un libro publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México. El quinto capítulo se titula “Desde la modernidad creadora”, en el que hago referencia a varios directores, como Ingmar Bergman, Michelangelo Antonioni y Luis Buñuel, representantes de lo que se conoce como el período de la modernidad en el cine. En el capítulo seis hago críticas más o menos extensas de siete películas de diferente procedencia. Finalmente, viene la “Ventana de cierre”, capítulo dedicado al cineasta Orson Welles, clásico del cine. Aquí comento cosas que escribí para el blog de Ricardo Bedoya, como un análisis de la película El ciudadano Kane y el comentario sobre una película que Welles dejó inconclusa en los años 70 y que Netflix montó y exhibe en su plataforma después de casi 50 años de su realización: Al otro lado del viento.
¿Hay algún artículo sobre cine peruano?
Esta vez no he reunido artículos sobre cine peruano; los dejo para alguna publicación en la que pueda integrar más las películas peruanas. Este es un libro que tiene muchos temas, que ofrece mucha información con cierta dosis de pasión, aunque no desbordante. Está entre la racionalidad y la pasión. Siento que es un libro más personal que el último que escribí, La revolución de Netflix en el cine y la televisión. Pantallas, series y streaming, que era más informativo.
¿Qué lo lleva a la publicación de esta obra?
Hay dos razones principales. Lo primero es que me parecía posible hacer una nueva antología con lo que venía escribiendo en la revista Ventana Indiscreta, como ya lo he hecho, por ejemplo, con lo que escribí en la revista La Gran Ilusión, que también fue una publicación de la Universidad. Se agruparon los textos que había escrito allí y salió un libro que se tituló El cine en fuga. Textos en el umbral del milenio, publicado en 2019. La segunda razón fue la circunstancia: ya tenía el deseo, pero no la fecha de realización, hasta que llegó la pandemia y la cuarentena, y recién entonces pude, por un lado, terminar mi libro La revolución de Netflix en el cine y la televisión, que fue editado a fines del año pasado, y este otro, una antología de textos que me permitió organizar un volumen relativamente amplio, sobre diferentes temáticas, con básicamente los artículos de Ventana Indiscreta, pero también se agregaron otros que había escrito para Páginas del diario de Satán, el blog de Ricardo Bedoya, y otros de mi participación en algunas conferencias, simposios o seminarios.
En un plano más personal, ¿podría comentarnos cómo nació su interés por el cine?
En 1952 yo tenía 7 años y fui con mi hermano a ver Tambores apaches, un wéstern que me marcó, me atrapó y me conectó con el cine de una forma inseparable. En ese entonces vivíamos en La Punta y mi familia era especialmente aficionada al cine, con excepción de mi papá. Yo perdí a mi madre cuando era muy chico y no dudo que esa pérdida tuvo mucho que ver luego con el papel del cine en mi vida, en el sentido de que se convirtió en un espacio de refugio, inclusive de evasión de la realidad, en cierta medida. Para mí, el peor castigo era quitarme la posibilidad de ir al cine. Normalmente íbamos los domingos y feriados. En algunos casos también los miércoles, para ver las seriales que había en ese entonces. Luego, a los 12 años, empecé a anotar todas las películas que veía y las que se estrenaban en Lima. Entonces se fue acentuando una afición que, a los 15 años, en el colegio, se manifestó en un periódico mural en el que yo escribía sobre cine. En esa época me quedó claro que el cine estaba en mi proyecto de vida, en mi futuro. Tenía claro que no me interesaba escribir guiones ni dirigir películas, sino verlas y escribir sobre ellas, enseñar sobre ellas y darle una cierta proyección cultural al cine.
¿Cuándo se convirtió esta afición en una profesión?
Yo hice estudios de Sociología, ya que en esa época no había dónde estudiar cine en el Perú. Me interesaban las ciencias sociales y las humanidades, en general. Escogí Sociología con una conciencia muy clara de que me iba a dedicar a la cultura cinematográfica. Cuando ingresé a la universidad, inmediatamente me vínculé con su cineclub. En ese entonces proyectaban una película por semana en el colegio Champagnat de Miraflores. Yo estudié los primeros años en el centro de Lima y prácticamente no había día que no fuera al cine, pues quedaba muy cerca. Iba al final de las clases o aprovechaba entre una clase y otra. Comencé a hacer entrevistas a cineastas y a los 18 años dicté mi primer curso de cine. Fue de tres sesiones, en lo que se llamaba el Club Juvenil de Miraflores. Di mi primera charla en 1963, y esa fue para mí la fecha de mi nacimiento como profesor.
¿Cómo llegó a enseñar en la Universidad de Lima?
Para 1965 ya venía escribiendo en diferentes publicaciones, y con un grupo de amigos de la universidad iniciamos la revista Hablemos de Cine, que se publicó durante 20 años. Allí me dediqué a escribir de forma más intensa y, en 1970, se inició mi carrera docente. Una profesora de la Universidad de Lima me propuso dictar un curso, porque ella estaba encinta y dejaría de dictar un semestre. Al año siguiente me ofrecieron dos cursos, y fue así como me quedé durante 45 años. En 1972 también comencé a enseñar en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), que había abierto un curso electivo de Apreciación Cinematográfica en la Facultad de Letras. Allí estuve ocho años, pero desde 1980 hasta el 2014 me dediqué en exclusividad a la Universidad de Lima. Después, desde el 2015, he venido dictando el curso Historia del Cine Peruano en la PUCP (hasta el 2019) y tengo a mi cargo varios cursos en la Escuela Peruana de Cine y Televisión. Las clases son virtuales en este momento. Por otro lado, he colaborado con diferentes publicaciones, como El Comercio, la revista Caretas (en la que participo desde hace 26 años), entre otros. Y desde la cuarentena he aprovechado para ver más películas que nunca en las plataformas, donde hay tantísimo para ver; de hecho, aunque sigo esperando que las salas reabran, ya no creo que abandone el streaming.
¿Tiene alguna otra publicación en camino?
Estoy trabajando en un nuevo libro que se titulará Del clasicismo a las modernidades en la historia del cine. Es un tema que no he visto que se haya tratado en castellano ni he encontrado una publicación con el enfoque que le estoy dando. Es un texto ambicioso porque abarca una gran cantidad de años, de estilos, de movimientos, de conceptos. Lo tengo bastante avanzado, aunque sigo buscando algunos datos y también recibo observaciones de mis amigos y colegas, como Ricardo Bedoya y Emilio Bustamante, quienes conocen mucho de cine. Vamos a ver cómo avanza este proyecto.