10 de Abril de 2020
La mejor calidad al menor precio
Carlo Demichelli trabaja en el Perú para Mercadona, una cadena española de supermercados. Se encarga de comprar conservas de vegetales y exportarlas. La clave de su puesto está en asegurar la mejor calidad al menor precio. Carlo estudió Negocios Internacionales en la Universidad de Lima y ahora se siente orgulloso de contribuir a la agroexportación de nuestro país.
¿Podrías comentar cómo opera Mercadona con gerentes de compras en diferentes países?
Mercadona es el principal comprador de alimentos en España. Parte de su estrategia de internacionalización consiste en comprar en los países de origen. En vez de trabajar con distribuidores o importadores, va directamente a los fabricantes, y para eso necesita a una persona de origen que monitoree al fabricante, las campañas de producción, la calidad, etcétera. En el 2018, abrió la división de América, en Costa Rica, con un director que luego contrató a gerentes de compras en países estratégicos. Yo soy el gerente de compras en el Perú, hay dos gerentes de compras en Chile, uno en Brasil y dos en Costa Rica. Cada uno se especializa en los productos de su región o país.
¿Qué productos compras en el Perú?
Compramos conservas vegetales: pimiento piquillo, alcachofa, espárragos y palmito.
¿En qué consiste el proceso de compras que realizas?
En este proceso, lo principal es garantizar cuatro cosas: seguridad alimentaria, calidad, servicio y precio competitivo de mercado. Eso implica monitorear campañas de producción, el mercado, revisar los precios.
¿Los gerentes de compras trabajan con algún equipo o están solos en cada país?
En el Perú trabajo yo solo con una plataforma de soporte. Un gerente de compras tiene su contraparte en Mercadona, que llamamos “Prescripción”, que se encarga de evaluar el mercado en España. Conoce al consumidor, sabe qué quiere y cuánto está dispuesto a pagar por eso. Prescripción traslada esa información a los gerentes de compras y nosotros buscamos las soluciones para cada necesidad.
¿Cómo eliges a un productor?
Además de que el producto sea de buena calidad y buen precio, la compra tiene que ser sostenible. Muchas veces la mejor compra no es la más barata sino una sostenible. Hay que darse el trabajo de visitar las fábricas, conocer si cumplen con las normas de calidad europeas y cómo es el trato a los trabajadores. Si el productor no cumple unos requisitos mínimos, no les puedo comprar. Para eso no basta revisar sus papeles, hay que visitarlos. En la primera visita, te das cuenta de si emplea a niños y en qué condiciones trabaja la gente. Aparte, necesito saber si hay un control en el uso de pesticidas, acceder a sus análisis microbiológicos o químicos, saber si la frescura de la materia prima se mantiene desde que compro el producto hasta su destino final.
¿Qué dificultades encuentras en tu trato con los productores?
La principal dificultad es que me garanticen la calidad. Mercadona tiene un 33% de cuota del mercado. Se considera que el crecimiento en cantidad de tiendas en España no será muy grande y por eso el grupo se ha enfocado en ofrecer la mejor calidad al menor precio, a fin de incrementar su cantidad de clientes. Y necesitamos esforzarnos para que la calidad se mantenga. En España se revisa la calidad de los productos en los supermercados permanentemente. Se abren, se toman fotos y se hacen reportes cuando se encuentran diferencias entre lo prometido y lo exportado. Eso siempre lo comento con los productores, para que no bajen la guardia. Es muy importante que no prometan lo que no pueden cumplir.
¿Has llevado alguna capacitación en Mercadona?
He estado en formación intermitente durante tres meses, en España. Pude conocer fábricas y proveedores de productos alimenticios y de limpieza.
¿Cuáles han sido tus experiencias laborales anteriores?
En el 2014 trabajé en Intermarché, una cadena francesa de supermercados. Es la tercera en el mercado francés. Comenzó en el 2011 con una oficina de compras en el Perú. Gestionaba productos muy similares a los que compro hoy: conservas vegetales, productos congelados, productos de pesca. Estuve cuatro años con ellos, éramos tres personas en una oficina pequeña, en Lima. Luego decidí pasarme al lado de las ventas y acepté un trabajo en la Sociedad Agrícola Virú. Quería ver ese lado de los negocios, comprender el punto de vista del vendedor y cómo funcionaba el mundo de la exportación. Estuve un año aproximadamente. Cuando vi la convocatoria de Mercadona, me interesé, sobre todo por mi experiencia previa en Intermarché.
¿Qué te llamó la atención de trabajar en Intermarché?
Me interesó el hecho de que fuera mi primer encuentro con un mercado de exportaciones. Además, es una cadena muy grande, tiene 2.200 tiendas en Francia y factura 42 millones de euros al año. Me pareció muy interesante también aprender en ese momento cuáles eran los estándares del mercado europeo, qué buscaban los compradores de allá, cómo se movía el mundo de la agroexportación y la pesca, muchas cosas.
¿Qué hacías en Sociedad Agrícola Virú?
Ahí trabajé año y medio, como parte del equipo de ventas, después ascendí a gerente de Cuentas para Estados Unidos, enfocado en la costa oeste, California, principalmente. Estaba abocado a la venta de conservas vegetales: alcachofa, pimiento, espárrago, palmito, jalapeño, salsas. En Virú conocí la contraparte de las compras, como proveedor. Fue una experiencia muy interesante, adquirí una visión amplia sobre lo que sucede en el día a día, la importancia que se les da a los clientes, el nivel de planificación para tener los productos a un precio, a una determinada calidad y en el tiempo que se requieren. Virú es una empresa muy buena, siempre está entre el primer y segundo lugar en agroexportación de conservas vegetales.
¿Intermarché fue tu primer empleo?
No, antes estuve en Havanna. Era jefe de Importaciones de alfajores de dulce de leche y alfajores. Luego pasé a Exportaciones.
Tu trabajo es muy poco común, ¿no?
Hay solo tres trabajos como el mío. El que tengo actualmente, el que dejé y otro de Walmart. Pero pienso que se van a abrir más negocios de este tipo. Lo importante es que en el Perú hay muy buenos productos para comprar: palta, arándanos, espárragos, alcachofas, mango, cebolla, productos de pesca, como atún, conchas de abanico, calamar, langostinos, uvas. También productos procesados: yo compro conservas, por ejemplo. Muchas conservas que se hacen en el Perú se venden en Europa y la gente no lo sabe. Me siento muy orgulloso del trabajo que realizo y del que he realizado en otras empresas.
¿Por qué?
Me ha permitido contribuir a la agroexportación y al crecimiento de negocios peruanos, que son fuente de trabajo. Con volúmenes de compra de treinta millones de dólares al año, el impacto que se genera es muy grande. Por otro lado, este trabajo me ha permitido conocer mercados de productores en Piura y Olmos, me impactó ver las condiciones de vida de muchas personas en el Perú y cómo el agro les da oportunidades y un ingreso fijo mensual.
¿Qué valoras de la Universidad de Lima?
Lo que más valoro es la visión comercial de la carrera de Negocios Internacionales. Los profesores nos impulsaban a crear empresa. Yo siempre tuve la idea de trabajar en comercio internacional, siempre me interesó comparar precios de los productos en diferentes países y ver la calidad de los productos. Y en la Universidad adquirí las herramientas necesarias para hacerlo profesionalmente.