11 de Enero de 2019
Medios de pago digitales, un mundo en desarrollo
Pocas personas comprenden en profundidad el negocio de los medios de pago digitales. Bianca Carozzo es una de ellas. Es administradora por la Universidad de Lima y trabaja como directora sénior de Soluciones Estratégicas en Worldpay, Estados Unidos.
Worldpay es una de las principales empresas de procesamiento de pagos y tecnología del mundo. Tiene presencia virtual en 146 países y admite más de 300 métodos de pago.
Bianca ha llevado cuentas de empresas como Google, Netflix y Airbnb, ha abierto nuevos mercados en diferentes países para muchas compañías y para todas ellas diseña una plataforma acorde con sus necesidades, junto con ingenieros electrónicos e informáticos.
Estuvo de paso por el Perú y accedió a compartir su experiencia con su alma mater, donde aprendió el valor del planeamiento estratégico y la visión de futuro, características clave en su desempeño profesional.
¿Qué haces en Worldpay?
Soy directora sénior de Soluciones Estratégicas. Dirijo la planificación de la estrategia, tengo sesiones informativas con ejecutivos para revisar las líneas de negocios, exploro rutas hacia nuevos canales, mercados verticales y mercados globales. He manejado muchas cuentas estratégicas, por muchos años. A Google, por ejemplo, le hice una implementación para operar en México por primera vez, lo mismo para Uber en Australia. Me ha tocado trabajar la cuenta global de Netflix, Xperia y Airbnb, entre otras. He atendido a clientes de todo tamaño y en diferentes países. Cada país tiene sus particularidades.
¿Cuáles son esas particularidades en el Perú?
Por ejemplo, en el Perú es común que en los restaurantes el mozo le lleve al cliente un POS para que pague con su tarjeta de crédito o de débito, pero hay países en donde los clientes simplemente entregan sus tarjetas, eso no es muy seguro. En otros lugares, el teléfono actúa como un terminal, no hay necesidad de usar una tarjeta de crédito, solo se pasa el teléfono y la transacción se autoriza. La ventaja es la privacidad, el mesero no necesita enterarse del nombre del cliente ni lee los tres números de seguridad de la parte posterior de la tarjeta. Este sistema apunta a la confidencialidad, lo cual es muy positivo, pero no tiene aceptación en países donde el fraude es alto, eso es raro. La gente cree que, si le roban el teléfono, podrán hacer compras, pero no es así.
¿Dónde están más desarrolladas las compras digitales?
En China y en algunos países de Europa. Estados Unidos no está tan desarrollado como los lugares mencionados. En el Perú necesitamos dar un gran salto hacia la digitalización. El otro día, por ejemplo, fui al Museo de Oro, que era mi museo favorito, y como ahora todo lo pienso en digital, me quedé impresionada, porque todavía no han digitalizado sus sistemas. En otros museos puedes pagar la entrada por internet y tienes a tu disposición aplicaciones para, por medio del wifi, recibir un servicio de guiado virtual. Además, puedes comprar digitalmente en la tienda del museo. Así se genera dinero de todas maneras, porque se le dan facilidades al consumidor. Los gobiernos y las compañías tienen que digitalizarse para generar buenas experiencias en el público o, simplemente, van a perder clientes.
Tú empezaste tu carrera en temas de finanzas, pero has terminado en el mundo digital.
Y me ha encantado. Es un trabajo muy bonito e interesante, algo estresante también, porque las cosas cambian rápidamente y, cuando uno maneja marcas grandes, tiene que atender muchas urgencias. Por otro lado, hay mucha competencia entre las compañías de pago y no me puedo dormir en mis laureles, todos los días hay que competir entre todos, ofrecer cosas nuevas. Me gusta este rubro, pero ahora me quiero pasar al lado de los clientes, las marcas.
¿Cómo es eso?
Ahora, las empresas proveedoras de medios de pago tienen demasiada competencia y van a seguir saliendo más empresas de este tipo, porque el próximo año entra en vigencia una nueva legislación en Europa, que abre las puertas para que las empresas vendedores o marcas se puedan convertir en procesadoras de pagos. Que no te extrañe que Netflix o Apple en pocos años sean sus propias procesadoras de pagos. En el 2020, el poder lo van a tener las compañías y no las procesadoras de pagos, entonces mejor me voy de una vez al otro lado, donde se va a poner más divertido el juego y voy a poder formular la estrategia desde el inicio. Para cuando el momento llegue, me encontrará a mí posicionada.
¿Tienes alguna empresa en mente?
Estoy en conversaciones con dos compañías. Una es la competencia de Uber. Me encantaría trabajar con ellos. Por ahora tiene presencia solo en Estados Unidos y Canadá, yo los puedo llevar a otros mercados. Aparte, estoy negociando con una compañía de cosméticos para llevarla a la venta digital.
¿Crees que te vas a sentir a gusto en el lado de las marcas?
Sí, porque ahí encuentro nuevos retos y puedo hacer que las empresas crezcan.
¿Qué es lo que más estresa de tu trabajo?
Cuando uno trabaja en el lado del proveedor llevamos cuentas grandes con las que hacemos unas 1.000 transacciones por segundo y no se puede caer el sistema ni ponerse lento, porque entonces te llaman los clientes desesperados, porque se perjudican. Es interesante el trabajo con ellos, el diseño de la plataforma que requieren, abrir mercados, pero lo otro es demandante y necesitas dar un servicio A1, porque el cliente lo merece.
¿Qué trabajos has tenido en Lima?
Trabajé en Interbank durante 7 años. Empecé en el área de Créditos y luego manejé toda la zona sur de la división de Tiendas de Lima, tenía a mi cargo unas 20 oficinas y 120 personas. Me iba muy bien. Luego estuve a cargo de toda la red de distribución, que incluye la parte de operaciones, cajeros, pymes, banca personal, etcétera. Mi carrera fue meteórica, todo eso pasó en 8 años. Empecé como practicante y terminé como gerente regional de la Red de Distribución de Lima, a los 27 o 28 años.
¿Luego adónde fuiste?
Al Banco Financiero. Resulta que el gerente general de Interbank se fue al Banco Financiero y llevó a un grupo de personas con él. Yo fui como gerente para la Red de Distribución. Era un banco mucho más pequeño, que fue adquirido por el Banco Pichincha, de Ecuador, y necesitaba gente que reflotara la red de tiendas. Pero la experiencia no fue como yo esperaba. En un banco pequeño tienes menos recursos para trabajar y dependíamos del Banco Pichincha para todos los procesos económicos. Me quedé un año, luego renuncié y viajé a Estados Unidos, con visa de estudiante para perfeccionar el inglés.
Un cambio total.
Absoluto. Yo quería unos meses libres, nada más, después planeaba regresar al Perú. Me inscribí en un curso que pensé que duraría 6 meses, pero me tardó solo 3, porque era intensivo. Así que postulé a un programa de finanzas corporativas para estudiantes internacionales en la Universidad de Berkeley. Estudié 9 meses y entré a trabajar a una firma de contadores públicos. Empecé desde abajo, viendo los estados financieros, pero como tenía experiencia, en 2 meses me promocionaron y me asignaron 20 cuentas. Incluso me quedé un año más y después fui a trabajar a Kapor Enterprises, donde permanecí 3 años. Después estuve en Xoom Corporation [PayPal].
Ahí fue que empezó tu experiencia en medios de pago.
Sí, ahí fue. Su mercado principal, en ese entonces, era Sudamérica, así que luego de hacer unas implementaciones, vine al Perú como parte de Xoom a ofrecer el servicio. Me contacté con Interbank y el BCP, que eran nuestros socios estratégicos, y luego con el Banco Continental. Estuve también en Colombia, Brasil, México y otros países. Mi objetivo era desarrollar una red para distribuir las transferencias de pago, como Western Union, pero en digital. Era algo nuevo para mí, tenía que viajar, aplicar mucha creatividad, me encantó. El hecho de que el español fuera mi primer idioma me ayudó mucho, lo mismo que la formación académica de la Universidad de Lima.
¿Qué tan desarrollado ves ese sistema de pagos digitales en el Perú?
Aquí la gente tiene miedo de pagar a través del teléfono o la computadora. Falta mucho por desarrollar.
¿Luego fuiste a Worldpay?
No, antes estuve en Zoosk, una plataforma para buscar pareja por internet en la que todos los pagos son digitales. Quería aprender cómo una empresa genera su plataforma de pagos internacional y recibe tarjetas de todo el mundo, en diferentes monedas. Coordinaba con los ingenieros la plataforma tecnológica que necesitábamos para poder entrar a otros mercados digitalmente y aceptar pagos de diferentes países.
¿Cómo evalúas tu formación en la Universidad de Lima?
Yo terminé de estudiar en 1992 y en esa época la creatividad y la innovación no eran tan importantes como hoy. De ese entonces, valoro mucho, y creo que ha sido el pilar de mi formación, el planeamiento estratégico y la visión de futuro. La Universidad nos incentivó el hecho de anticiparnos a los hechos. Recuerdo mucho a la profesora María Reynafarje, quien nos decía que, si nos dedicábamos exclusivamente a solucionar el problema de hoy, no nos prepararíamos para lo que viene mañana. Nos animaba a ponernos objetivos para dentro de 2 o 3 años, porque eso nos diferenciaría de los demás. Por otro lado, valoro mucho el trabajo en equipo que hacíamos en la Universidad. He conocido profesionales de muchos países y no todos tienen esa formación, que es fundamental para el trabajo, donde todos los objetivos se consiguen en equipo.