19 de Mayo de 2023
Desarrollar e innovar en torno a la gestión de personas
Para Eduardo Loli, la diversidad es un potenciador de innovación y evolución, abre la mente a un mundo global que pone sobre la mesa diferentes culturas, experiencias y puntos de vista. Por eso valora mucho su experiencia profesional, que le ha permitido trabajar con personas de Perú, Colombia, Chile, Brasil y el Caribe.
Eduardo es administrador por la Universidad de Lima y ha ocupado posiciones relacionadas con la gestión de personas en British American Tobacco, BHP Billiton y Sodexo. Actualmente, trabaja en la institución financiera chilena Consorcio, donde es gerente corporativo del área de Personas y Cultura.
¿En qué empresas has trabajado desde que terminaste tus estudios universitarios?
He estado en cuatro compañías. Inicié mi carrera en British American Tobacco (BAT), una compañía tabacalera multinacional con sedes en todo el mundo. En el Perú, en 1998, era una empresa pequeña que quería crecer como parte de Latinoamérica. Yo tenía una especialización en marketing, pero la compañía vio en mí capacidades asociadas a la gestión de recursos humanos, y me envió a Chile durante un año para desarrollarme y capacitarme. Volví en 1999 para incorporarme al área de recursos humanos de un cluster de países (Perú, Ecuador, Paraguay y Uruguay). Fue una experiencia de crecimiento muy acelerada dentro de la industria de consumo masivo, que de por sí es muy exigente y competitiva. Estuve seis años en el Perú y, en el 2005, la empresa me mandó a Río de Janeiro, Brasil, donde se ubica la oficina regional de BAT. Me quedé ahí dos años, a cargo de toda la región de Latinoamérica y el Caribe, con la gestión de talento regional, las compensaciones y el desarrollo organizacional. Allí no solo vi asuntos técnicos, sino también de corte político-empresarial, lo que fue bastante útil para mi desarrollo profesional. En el 2006, me moví a BAT en Chile, para continuar mi desarrollo como ejecutivo de recursos humanos, hasta el 2012, año en que la empresa me mandó por segunda vez a Brasil, nuevamente a Río de Janeiro, para trabajar ya no en la oficina regional, sino en BAT Brasil. Esta es una empresa muy grande, la tercera más grande de BAT en el mundo y la primera en producción y distribución de tabaco, con una complejidad bastante mayor, lo que me dio la posibilidad de seguir creciendo profesionalmente.
¿En qué momento cambiaste de compañía?
En el 2013 regresé a Chile para hacer mi primera transición de compañía. Me ofrecieron trabajar en BHP, en la industria minera, en Minera Escondida, para el cargo de recursos humanos en Antofagasta. Esta es la empresa privada productora de cobre más grande del mundo. Fue una oportunidad de crecimiento, porque se trataba de una industria diferente a la de consumo masivo, con otro tipo de problemáticas. En ese momento, Minera Escondida y BHP pasaban por procesos de transformación profundos, en parte por el bajo precio del cobre en ese tiempo, lo que significó un proyecto interesante de reestructuración para recursos humanos. Allí estuve tres años. A inicios del 2016, surgió una muy buena oportunidad en Sodexo, una multinacional francesa dedicada a los servicios de alimentación y mantención para trabajadores de empresas. Sodexo está también en el Perú y tiene muchos años de exitosa trayectoria. Me dio la oportunidad de liderar el equipo de recursos humanos para minería en la región Latinoamérica, a cargo de Perú, Colombia y Chile, con base en este país. Posteriormente asumí también el rol en recursos humanos para Chile, con la incorporación de todos los segmentos de negocio (no solo minería). Era un desafío enorme, porque hablamos de más de 17 000 personas en Sodexo Chile, con 53 sindicatos, y otras 6 000 personas en minería en el resto de países de Latinoamérica.
¿Qué esfuerzos significó esto de tu parte?
Si bien seguía siendo recursos humanos, tuve que aprender de otras industrias, con desafíos culturales y de negocio muy diferentes. En el caso de Sodexo, el principal reto se relacionaba con los sindicatos en esta empresa francesa y su impacto en los márgenes de negocio por los convenios colectivos, lo que para cualquier profesional de recursos humanos genera mucha oportunidad de crecimiento debido a la complejidad de esta gestión. Finalmente, en el 2018 me ofrecieron la oportunidad de participar en Consorcio, que es la empresa donde trabajo actualmente en la industria de servicios financieros en Chile.
¿Qué hace Consorcio?
Consorcio es una empresa chilena de servicios financieros. Por un lado, es Consorcio Seguros, la empresa de seguros más grande de Chile, con más de cien años, y por otro es Banco Consorcio. Esta empresa comercializa seguros de vida, rentas vitalicias, seguros generales, productos bancarios como créditos de todo tipo, cuentas bancarias, etc. Tiene un portafolio muy amplio, tanto bancario como de seguros. Es una empresa local chilena con características culturales muy diferentes a las de una multinacional. Las multinacionales tienen valores, procesos y una estructura operativa asociados a la globalidad. En cambio, esta empresa es muy exitosa localmente, un poco más conservadora en su desarrollo, organización y enfoque de negocio. El principal reto ha sido de desarrollo cultural, con la implementación de su estrategia de cara a clientes cada vez más demandantes y con más opciones. Yo pertenezco al mundo corporativo de Consorcio, lidero un equipo de 57 personas dentro de la gerencia de Personas y Cultura, y esta organización completa está compuesta por casi 3 000 personas.
En términos prácticos, ¿qué es diferente en tu trabajo actual respecto de los anteriores?
La exigencia en una industria de servicios financieros es muy alta y demanda mucha agilidad en función de las expectativas de los clientes. Casi a diario, sale un producto nuevo de la competencia, y la empresa tiene que adaptarse a estos cambios competitivos inmediatamente. Todo ocurre muchísimo más rápido que en las otras empresas en las que trabajé. Eso hace que la problemática de gestión, desde el punto de vista del área de personal, sea muy diferente. Es otra dinámica, donde hay que ser muy proactivo. La intervención de recursos humanos es clave para lograr una cultura que soporte la implementación de esta nueva estrategia de Consorcio, enfocada a sus clientes y a los trabajadores.
¿Cómo enfocas la retención de las personas?
Ha sido difícil retener talento el año pasado, sobre todo al personal tecnológico y digital. Ahora ha bajado un poco la rotación y estamos estabilizándonos, con la administración de la gestión del talento y la entrega de desarrollo y beneficios, y la posibilidad de hacer teletrabajo, que es una de las cosas que la gente desea más: la flexibilidad laboral. También apoyamos la salud mental en la etapa pospandemia, que ha sido un tema muy importante en todas las compañías, así como las iniciativas que aporten en la flexibilidad y cambio de mentalidad en torno a la diversidad e inclusión, que es un pilar fundamental de trabajo. Todo esto es un paquete de medidas que se han ido implementando desde el año pasado, para garantizar la tranquilidad de las personas y motivarlas a seguir apostando por esta empresa.
¿Qué disfrutas más de tu trabajo?
Hay una parte que tiene que ver con lo técnico, con lo estratégico de los negocios. Siempre me ha gustado desarrollar negocios, que es la parte más asociada a mi carrera de Administración. Por otro lado, me gusta mucho la parte del contacto humano, del desarrollo de las personas y del apoyo para que sigan creciendo profesionalmente dentro de la compañía. Mi carrera me dio muchas herramientas para conocer cómo funcionan las empresas y, a partir de allí, entender cómo desarrollar e innovar en torno a la gestión de capital humano y de culturas organizacionales. Yo no me imaginé trabajar en recursos humanos al inicio de mi carrera. Estaba convencido de que iba a ser un buen marquetero, pero al llegar al mundo de los recursos humanos, me di cuenta de que me encantaba. Con esto aprendí que es fundamental ser versátil y flexible.
Los procesos de transformación digital no acaban nunca. ¿Cómo los asumen las personas en esta etapa pospandemia?
La digitalización es parte de cualquier agenda estratégica en todas las empresas hoy en día. Toda persona debe estar enfocada en el desarrollo tecnológico o digital de lo que haga, innovar en su espacio, y no necesariamente para un cliente, sino también para la mejora continua de procesos y sistemas que hagan su trabajo más eficiente y productivo. La proactividad, el “tomarse el espacio” de mejora, es fundamental en toda organización. Los proyectos asociados a digitalización se presentan en todas las áreas. Por ejemplo, dentro de recursos humanos tenemos proyectos de digitalización del análisis de datos; en materia de desarrollo organizacional, herramientas asociadas al desempeño, el clima, la evaluación del potencial de las personas, etc. Hay muchos temas técnicos, así que hoy en día las personas deben estar enfocadas en desarrollar habilidades digitales y tecnológicas, porque esto va a repercutir en sus carreras y habilidades, y les otorgará oportunidades de crecimiento. Por eso es tan importante mantenerse estudiando siempre.
¿Qué estudias ahora?
Actualmente, estudio un programa de Dirección en Recursos Humanos en la Escuela de Negocios de Wharton de la Universidad de Pensilvania. A todos los que trabajan conmigo, y a mi familia, les aconsejo que nunca dejen de estudiar y aprender nuevas materias. Es la única manera de mantenerse vigente, ágil y aportando a la sociedad.
¿Los miembros de tu familia tienen diferentes nacionalidades?
Es correcto, yo soy peruano y tengo nacionalidad española; mi esposa es chilena; mi hija es peruana, y mi hijo nació en Chile. Hemos vivido en Perú, Brasil y Chile, y tenemos planes de vivir en España. Es parte de la diversidad que existe hoy en el mundo: tenemos varias nacionalidades y, además, somos de distintas religiones. Mi esposa y mis hijos son judíos y yo soy católico, además, sabemos varias lenguas: portugués, español e inglés. Creo que es parte del mundo en que vivimos. Qué mejor que comenzar por casa para vivir la diversidad que existe en el mundo.
¿Qué tanto te ha costado o favorecido trabajar en diferentes países, con diferentes culturas?
Me ha encantado y me ha favorecido mucho trabajar en empresas multinacionales y locales, porque eso me ha permitido conocer distintas culturas en el ámbito del trabajo, es decir, viajar y generar los resultados para los que me contrataron, pero en distintos ambientes, con distintos tipos de personas, diferentes profesionales y de diversas nacionalidades. Eso es extremadamente valioso, sobre todo en un mundo tan globalizado como el de hoy. Esto se dio primero en BAT, después en la minera, también en Sodexo. Estas experiencias me abrieron la mente a un mundo global, sin límites, donde las decisiones son más ricas, precisamente por las diversas culturas, experiencias y puntos de vista en la misma mesa. Yo valoro mucho eso. Creo que la diversidad es un potenciador de innovación y evolución que ninguna empresa debería subestimar como parte de su estrategia de negocio.
¿Tienes algún pasatiempo?
Disfruto estudiar sobre negocios, desarrollo personal y recursos humanos. Hace poco hice una certificación como coach ontológico en Chile, en la escuela de coaching Asersentido, y me sirvió muchísimo. Por otra parte, ya estoy terminando mis estudios en Wharton y, por el lado personal, tengo una gran pasión por la construcción de guitarras clásicas. Soy un lutier o guitarrero. Hice un curso en Chile, otro en Colorado, Estados Unidos, y un curso en línea. Poco a poco compré mis herramientas y pasé a experimentar. Hoy construyo guitarras como pasatiempo. Tengo un taller en mi casa, con maderas muy finas para hacer guitarras de calidad, aunque yo toco muy poco. Soy mejor constructor que guitarrista, y no las vendo, me demoro muchísimo en construirlas.
Para terminar, ¿cómo fue tu experiencia en la Universidad de Lima?
Por el lado académico, fue una experiencia con un estándar muy alto, sobre todo en los últimos cursos, que me encantaron: estudio de inversiones y todo lo que tiene que ver con entendimiento del consumidor y finanzas corporativas, cosas con las que no me sentía muy cómodo, pero con las que la Universidad me ayudó a profundizar y que, finalmente, me han sido extremadamente útiles en mi vida profesional. Me gustaron los temas de emprendimiento. Mi especialidad es en Marketing y me encantó la parte de estrategia para los consumidores, con énfasis en la investigación de mercado. La otra parte que valoro mucho es la experiencia de vida. Fue una experiencia de vida muy importante y la pasé muy bien. Muchos de mis mejores amigos son de esa época, de esa vida personal que uno arma dentro de la Universidad. Tengo los mejores recuerdos y mantengo el contacto con muchos de mis compañeros de la Ulima.