03 de Febrero de 2023
“Buscar la equidad y la justicia me hace sentir bien”
Hernán Velando tiene más de diez años de experiencia profesional. Buena parte de ese tiempo ha trabajado en temas de aduanas y comercio internacional. Pero como abogado corporativo, jefe legal integral en Tramarsa, le ha tocado atender también otros asuntos legales. Ha tenido oportunidad de participar en la venta de una empresa y el año pasado fue reconocido en la lista de la editora europea Legal 500, como uno de los gerentes legales más sobresalientes del país. Estudió la Carrera de Derecho en la Universidad de Lima.
¿Cómo ha sido tu línea de carrera en Tramarsa?
Entré a Tramarsa en el año 2017 para encargarme de derecho aduanero y un poco de comercio exterior. Luego me ocupé de temas civiles, corporativos, societarios y tributarios. Hace más o menos dos años y medio hubo una reestructuración en la empresa, se redujeron unas líneas de negocio para crecer en otras, y en ese contexto me ofrecieron el cargo de jefe legal integral de Tramarsa. Actualmente, somos un equipo reducido que trabaja de la mano con un staff de asesores externos.
¿El nuevo cargo supuso que atendieras nuevos temas?
Sí, empecé a ver también derecho laboral, lo cual supuso un reto para mí, porque era un tema que no había trabajado. Pero cuando uno tiene una buena formación, buenos cimientos, puede lograr los objetivos y salir adelante. Me siento muy contento aquí. Tramarsa es una empresa muy grande, perteneciente al grupo Romero. Tenemos concesiones portuarias, puertos privados, realizamos operaciones para la gestión y mantenimiento de puertos privados, estamos sujetos a muchos regímenes laborales, tenemos regímenes tributarios especiales. La consultoría es parte del día a día, hacemos muchos contratos, atendemos temas laborales.
¿Podrías comentar algún proyecto que hayas llevado adelante?
Hay un tema que puedo comentar, porque es de dominio público. Participé en la venta de uno de los negocios. Teníamos una división de contenedores y contábamos con un almacén en el Callao, dedicado al almacenamiento aduanero y a carga de exportación e importación. Ese negocio, por estrategia comercial del grupo, fue vendido a la empresa Ransa, y yo formé parte del equipo que ejecutó el proyecto, desde la parte legal de Tramarsa, junto con los abogados de Ransa y el staff del grupo Romero. Posteriormente, esta venta permitió que Ransa fuera vendida, y actualmente ya no es cien por ciento del grupo Romero.
En este caso, ¿cómo fue tu participación?
Me encargué de la parte legal, de la transferencia de los permisos, la venta de los activos, la estrategia para la transferencia de los activos, tuve reuniones con funcionarios del Ministerio de Transportes y Comunicaciones y de Aduanas. Para hacer efectiva la transferencia, los depósitos aduaneros funcionan con códigos de operación, pero si estos no funcionan, el riesgo es que uno no puede operar y se paralizan las operaciones de comercio exterior. Así que tuvimos varias reuniones de coordinación con el equipo comprador y los funcionarios de Aduanas, para que el traspaso del negocio se dé sin ninguna fricción.
¿Dónde has trabajado anteriormente?
He sido asociado sénior de comercio exterior y aduana en el estudio Gálvez & Dolorier Abogados, del doctor José Gálvez, profesor de la Universidad de Lima. También fui su jefe de práctica en la Universidad. En el estudio me hacía cargo además de temas tributarios, impuesto a la renta e IGV. Me fue bastante bien. El doctor Gálvez contribuyó mucho a mi crecimiento como abogado. Y antes estuve en Ernst & Young, que ahora es EY. Ahí trabajé como asistente del área de Aduanas y Comercio Exterior. Atendí consultas aduaneras, importación-exportación, drawback y atención al cliente. Y antes de eso estuve también con el doctor Gálvez, en su estudio. Poco antes hice prácticas en el estudio Rodrigo, Elías & Medrano Abogados, en el área de Aduanas y Comercio Exterior. Ahí llegué por el profesor Sandro Fuentes, y fui entrevistado por el doctor Charles Castle, del área de Aduanas. Él fue quien me introdujo en el mundo aduanero, y al día de hoy le agradezco, porque me gustó mucho y me ayudó a llegar donde me encuentro.
Has tenido oportunidad de trabajar en estudios de abogados, en una consultora, y ahora te encuentras en el mundo corporativo. ¿Qué destacas de cada uno de estos ámbitos?
En los estudios uno puede adquirir una especialidad, lo mismo en las empresas auditoras o consultoras. En el mundo corporativo tu labor abarca muchos temas, hay que saber de todo un poco. Si tienes una buena base, sabes interpretar y tienes sentido crítico, te va bien.
Aparte de tu actividad profesional, ¿desarrollas alguna otra actividad?
Me encantan los autos clásicos. Poseo un Ford Mustang del año 1967, y cuando tengo tiempo desarmo yo mismo algunas partes y las vuelvo a armar. Tengo dos hijas y a una de ellas le encanta el carro, así que –a sus 4 años– agarra su trapito y se pone a limpiar las llantas, y luego salimos a pasear en el carro. Cada vez que tengo tiempo libre, aprovecho para pasarla en familia, disfruto mucho estar con mi esposa y mis hijas.
¿Cómo así surgió este pasatiempo de armar y desarmar el carro?, ¿dónde aprendiste de mecánica?
Fue de pura curiosidad y ganas de hacerlo. He llevado el carro a diferentes talleres mecánicos y no siempre han salido las cosas como debería ser. Me gusta que los cromos y las molduras calcen perfectamente, entonces los pongo yo mismo. La última vez que requirió reparación, lo llevé a varios mecánicos porque fallaba el carburador, y nadie daba con la solución. Entonces mandé traer el manual de Estados Unidos, lo leí, lo desarmé y lo armé, y funcionó. Recuerdo que cuando elegí estudiar derecho mi papá me preguntó qué otra carrera elegiría si no fuera a derecho, y yo le contesté que ingeniería mecánica. Él se rió y me recomendó que estudie lo que me haga feliz.
¿Sigues pensando que el derecho te hace feliz?
Me gusta mucho, sin duda, es una carrera que permite solucionar los problemas de otras personas, buscar la equidad y la justicia. Eso me hace sentir bien. Y me gusta también ejercer mi profesión en Tramarsa, porque aquí valoramos y respetamos mucho los derechos de los trabajadores. Si la empresa no tuviera estos principios y valores, yo ya hubiera dado un paso al costado, porque he tenido una formación en valores y eso es lo que entrego ahora, en mi carrera profesional. Uno debe ser un buen profesional, pero antes que nada debe ser una buena persona.
El año pasado fuiste reconocido en la lista de la editora europea Legal 500, como uno de los gerentes legales más sobresalientes del país. ¿Qué podrías comentar al respecto?
Es un reconocimiento muy importante para mi carrera y una señal de que estoy haciendo bien las cosas. Es también una oportunidad de agradecer la formación recibida en la Universidad de Lima.
¿Qué te pareció estudiar tu carrera en la Ulima?
Me pareció excelente. Si tuviese que volver a escoger dónde estudiar, lo haría ahí mismo. He tenido buenos profesores y lo que aprendí me ha permitido desarrollarme bien en diferentes lugares. Por otro lado, hice muchos amigos, con quienes nos une un mismo horizonte, y somos capaces de asumir retos profesionales en diferentes lugares, siempre pensando en las necesidades del país.